“Solo aprovechamos al máximo una quinta parte del valor de la aceituna”
La UNIA analiza la excelente posición del sector olivarero para generar riqueza a partir de la valorización de los subproductos del aceite
El sector del olivar y las industrias asociadas están en una excelente posición para aplicar los principios de innovación y circularidad relacionados con este nuevo modelo económico. Puede optimizar la investigación para generar riqueza a partir de la valorización de los abundantes subproductos como el alperujo, el hueso, el hojín... a la vez que minimizar su posible impacto ambiental. Existe un amplio margen de mejora esta semana se analiza en los Cursos de Verano que la Universidad Intenacional de Andalucía imparte en la sede Antonio Machado de Baeza.
El ingeniero agrónomo e investigador del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), Anastasio J. Villanueva, ha asegurado que el sector olivarero valoriza tradicionalmente “una de cada cinco partes” de la aceituna producida. Villanueva considera que el sector ha demostrado “capacidad de producir aceites de muy alta calidad”, en sus respectivas categorías, lo que contrasta con los “problemas de rentabilidad” que muestran los datos. Ante esta situación, recuerda que “existen cuatro partes de la aceituna que aún están por aprovecharse y pueden mejorar la rentabilidad privada”. Se trata de “diversificar la renta y no depender solo del aceite”, desarrollando aplicaciones innovadoras para sus subproductos.
Basándose en sus estudios e investigaciones, Villanueva ha identificado varios factores clave a la hora de estimular o inhibir estas iniciativas: “Es importante el propio compromiso ético y medioambiental del empresariado, que puede ir antes o después de necesidades de imagen corporativa”, ha declarado. La colaboración con empresas tecnológicas, “que debe ser estrecha”, también influye positivamente, así como, a menor nivel “el apoyo institucional o la existencia de normativa favorable”.
El director del curso ha señalado la burocracia como principal rémora del desarrollo de la bioeconomía circular, recordando que “es necesario un músculo financiero por parte del empresario para esperar a la aprobación de trámites”. Estos procesos suponen “una barrera importante”, aunque considera que desde la Consejería de Agricultura “se está trabajando” para armonizar normativas y simplificar procesos, apuntando al futuro Plan Andaluz de Economía Circular.
Por otro lado, el Grupo Operativo Subalma, que trabaja para la mejora de la productividad y sostenibilidad de sistemas de riego de precisión por goteo subterráneo, se ha presentado en los Cursos de Verano de la UNIA. Se compone de la agrupación San Isidro Labrador de Canena y Asaja, representando la visión de agricultores y productores; la Diputación, estableciendo los criterios e intereses de la propia Administración; CEBAS-CSIC, organismo de investigación nacional capaz de avalar los resultados del proyecto; la consultora Evergrant, facilitando la implantación de la tecnología mediante modelos de negocio viables; y, como líder del grupo operativo supra-autonómico, la compañía Azud, fabricante de la tecnología desarrollada.
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