"Los negocios necesitan a un informático sí o sí"
Daniel Berrios Tordecillas (Jaén, 1990) tiene una meta: ser consultor tecnológico en Jaén. Cuando colegas del sector le dicen que haga carrera en otras provincias, él declina y abunda en el empeño: por qué marcharse, defiende, si en la tierra de los olivos todos los negocios deben tener un informático.
La entrevista con el joven —alto, barba fina y ánimo alegre— es en el Café La Mona. A Berrios le gusta el palique aunque le impone la cámara. Responde a las preguntas entre el entusiasmo y la presión de la lente apuntándole. Fanboy orgulloso de Google, acudió meses atrás a la IFA de Berlín invitado por Lenovo, y tiene conocimientos en el ámbito de las visitas virtuales. Lacontra se acerca a un joven enamorado de la tecnología, valga la redundancia. Habla un preautónomo de la provincia.
—Una vez me dijo un informático que un ordenador es un tonto muy rápido al que hay que hacérselo todo. ¿Está de acuerdo?
—No es que sea una cosa tonta, sino que realmente es una caja inteligente, porque permite hacer muchas tareas a partir de ciertas instrucciones que realiza un programador que antes ha diseñado una aplicación. Yo creo que el término de caja tonta se puede quedar en la televisión. A un equipo informático no se le puede considerar así.
—¿Recuerda cuándo y por qué se hizo con su primer ordenador?
—Sí. El equipo se lo compraron mis padres a mi hermana para las típicas tareas del instituto. Fue en el año 1998. Me acuerdo que un día me acerqué a mi hermana y le pregunté que para qué servía. Como no había internet, me enseñó las carpetas, los ficheros y poco más. No había por entonces muchas aplicaciones. Tenía ocho años y me llamó la curiosidad. Más adelante, sí que empecé a trastear al ordenador y posteriormente experimenté el comportamiento del equipo. '¿Por qué muestra cierta imagen en la pantalla'?, me preguntaba. '¿Cómo funciona una aplicación?'. A partir de ahí supe que ser informático era lo mío.
—Hoy, con tanto cacharro, es más fácil aprender sobre tecnología, ¿no?
—Sí, sí. Es más fácil y al mismo tiempo supone un peligro, porque un niño de ocho años no sabe en qué mundo se puede meter, a menos que existan ciertos controles por parte de los padres. Muy pocos padres conocen esas restricciones para los niños. Por una parte, como decía, es positivo el desarrollo tecnológico, pero existe el riesgo de que el niño entre en un contenido que incluso pueda perjudicarle.
—Ha dicho que los controles deben hacerlos las familias. Y no el Estado. ¿Es su posición?
—Es un tema delicado, porque los padres deben tener ese cierto control. Según he leído, hasta los 14 años el padre debe verificar qué hace el menor. A partir de esa edad no es necesario que está delante para controlarle, pero sí puede hacerle ver, por ejemplo, los riesgos que implican exponer la imagen o darse de alta en redes sociales.
"DESDE SECUNDARIA SUPE QUE ME SERÍA MÁS UTIL LA FP"
—Hizo dos módulos en el IES Virgen del Carmen, ambos relacionados con la informática. ¿Tenía claro que la FP sería el camino más útil?
—Lo supe desde que entré en Secundaria. Investigué el tipo de contenido que se podía impartir en un ciclo, y entonces ahí ya sabía que iba a ser mi futuro. Es cierto que había gente que me decía: '¿Y por qué no te vas al Bachillerato y luego das el salto a la Universidad?'. No creo que el día de mañana me aportase lo que yo necesitaba, a sabiendas de que la Universidad está más vinculada al contenido lógico. De hecho, experiencias de gente de mi entorno ya me aseguraban que en el ámbito universitario no estaba el contenido que yo quería. En un ciclo informativo es más fácil realizar instalaciones, que es lo que a mí me gustaba.
—De modo que si uno no va a la Universidad, no pasa nada.
—No. Y no me arrepiento; me alegro de haber hecho los ciclos formativos de grado medio y superior relacionados con mi sector. Si cambio de opinión y decido ir a la Universidad, tengo la ventaja de tener el camino directo, sin pasar por la Selectividad.
—¿Cómo se produjo la llamada de Lenovo para acudir a su presentación de productos en la feria tecnológica de Berlín?
—Fue raro —dice tras titubear y luego ríe—. De pronto recibí un mensaje privado vía Twitter de Lenovo. Me cuentan que estaban haciendo dos grupos: uno para fans y otro para influencers. El mío, al parecer, era el segundo. Antes ya había colaborado con Lenovo para hacer reviews. El mensaje lo ignoré porque parecía de un sorteo o algo así. Más adelante, indagué y vi que la gente estaba participando. A última hora rellené el formulario y facilité los datos a Lenovo. 'A ver si cuela', pensé. Como digo, fue raro. Hasta que la marca me confirmó mi presencia en la IFA de Berlín para conocer también todos los productos en el evento Lenovo Tech Life. Fueron unos días muy buenos.
—Fue su primera keynote de una empresa grande. ¿Qué tal tratan los responsables de la marca a los consultores?
—Muy mimados —vuelve a reír—. Fuera de bromas, el trato por parte de Lenovo a los influencers y a los fans fue muy bueno. Desde el primer momento nos aportaban información del evento que desconocíamos, como el asunto del viaje y del destino. Daban la seguridad de que todo era cierto. Fue genial.
"ME GUSTARÍA REPETIR LA EXPERIENCIA CON GOOGLE"
—¿Se imagina en un evento de Google o de Apple?
—Eso es muy gordo, muy gordo. La verdad es que me lo imagino, pero va a estar muy complicado estar en un evento tan grande. Pero no descarto que Google me llame y así repetir el mismo proceso. Rellenaré el formulario y a ver si cae.
—Hablando de marcas. ¿Cuál es, a su juicio, la que mejor lo está haciendo en los mercados del móvil y del ordenador?
—A nivel de exposición, y de evento, la mayor potencia es Apple. Todo el mundo sabe cómo son sus productos y cómo los vende. Cuida todo al detalle, cada palabra y cualquier aspecto de iluminación. Por otro lado, a nivel de ventas hay una alta gama de fabricantes, y es difícil señalar a uno en concreto. Creo que posiblemente Samsung es la marca que lo está desbordando en cuanto a ventas.
—¿Por qué Apple es tan cara?
—Como mira tanto al detalle sus dispositivos y todo, creo que así costea el proceso de fabricación. Es decir, sabemos que Apple tiene muy en cuenta las exigencias de los clientes, como el tamaño y las medidas de los teléfonos. Y es una marca que mima mucho los dispositivos. Controla asuntos como el reciclaje, la seguridad de las actualizaciones y se esmera en que su producto sea el perfecto. El intentar que sus teléfonos tengan la mejor cámara, por ejemplo. Son una serie de factores que propician que sus dispositivos sean tan caros.
—¿Los móviles premium de 1.000 euros han llegado para quedarse o hay opciones de que otras marcas hagan un dispositivo similar más barato?
—Que un teléfono cueste tanto dinero me parece un poco absurdo. Cuando aparece un dispositivo de 1.000 euros es porque realmente se ha salido del mercado y juega con el factor novedad, con esa idea de que la gente lo va a comprar. No obstante, el concepto de alto precio igual a mejor dispositivo es erróneo. Se pueden encontrar grandes dispositivos en otras marcas como Xiaomi, que lo está haciendo muy bien.
—Ha creado el Pocophone —un terminal de poco más de 300 euros que planta cara en algunos aspectos a la gama premium.
—Efectivamente. Y pienso igual en cuanto a crear ese dispositivo perfecto a bajo precio. Hablo de Xiaomi, que ha presentado el Mi Mix 3, su producto estrella hasta la fecha. Ningún fabricante ha podido desarrollar ese tipo de dispositivo. Aparte hay otros fabricantes como OnePlus, con el 6T, que brilla por novedad del lector de huellas dentro de la pantalla y su diseño cuidado. Pese a esas cualidades, aplica un precio competitivo. Podía haberlo puesto más caro. Fíjese que la marca aquí no piensa en ganar de golpe, sino en vender muchos producto y sumar a partir de ahí.
"EL CONCEPTO DE PRECIO ALTO IGUAL A MEJOR DISPOSITIVO ES ERRÓNEO"
—¿Qué móvil tiene?
—Antes tenía un OnePlus. Ahora tengo el Google Pixel 2 XL. Y estoy encantado.
—Poca cosa.
—Sí —ríe.
—El Apple del mundo Android.
—Correcto.
—Hay canales de tecnología y youtubers especializados que están logrando hacer nicho de mercado. ¿Se ve en algo así?
—Pues lo he pensado, pero hay que tener muchísimo tiempo, y no lo tengo. Es muy difícil generar ingresos a partir de vídeos en Youtube. También es posible lograrlos con la publicidad integrada. Hay que tener muchísima visibilidad, y a corto plazo no hay beneficios. Sí que se puede ganar dinero con los patrocinios de las marcas.
—Está cerca de ser un emprendedor. ¿En qué parcela le gustaría ahondar?
—Hasta ahora ser consultor tecnológico es mi profesión más natural, porque abarco de todo. También hago instalaciones de redes empresariales y de sistemas, creación de páginas web y una suma de servicios que me encantan. Algo que destaca es el tema de las visitas virtuales. Lo del coche con el palo y la bola de Google que se pasea por las calles yo lo hago en interiores. Las visitas virtuales supone un servicio que no es tan común todavía en nuestra provincia. Y el mejor diseño para las visitas virtuales es emplear herramientas específicas como cámaras de alta calidad. Es la manera de obtener al detalle cada objeto que hay en el negocio. Crea la sensación de que alguien está dentro.
—Le voy a hacer una pregunta clásica de la sección.
—¿Cuánto dinero tengo?
—No, que Broncano siga con el monopolio. Emprender y Jaén. ¿Qué me dice?
—Hay un miedo en esa idea. Todavía existe ese miedo, y creo que hay que perderlo. Pienso que no hay que verlo como si fuera sinónimo de perder dinero o de invertir malamente. Emprender es un concepto muy bonito: haces algo que antes no existía. Hay que verlo así si la intención es emprender.
—Lleva toda la vida aquí. ¿Cree que conseguirá ser consultor tecnológico en su tierra?
—Quiero trabajar en Jaén. Más de una vez me han dicho: '¿Por qué no te coges una beca y te vas a Granada o a Málaga?'. Sería una buena opción, pero creo que en Jaén hay mucho que hacer, y yo quiero trabajar aquí. Mi meta es hacer ver a los negocios que hay que tener un informático sí o sí, porque muchos de ellos pasan fatigas cuando pierden información por averías, y no tienen a nadie. Para eso estamos nosotros, para cubrir esa necesidad. Jaén necesita informáticos.
Fotos y vídeo: Esperanza Calzado.
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