Decadencia-Disolución o Progreso verdadero
Estamos ya inmersos en un tiempo parecido al que hubo cuando se inició la decadencia y disolución del Imperio Romano, cuyas “fuentes” han nutrido las civilizaciones subsiguientes, pero que ya agotadas sus “buenas” influencias, los residuos o montañas de basuras de todo tipo y entre las que nos hacen caminar, van disolviendo “eso” que dicen es civilización, que si llegó a serlo alguna vez, yo dudo que esto de hoy lo sea ya; y por tantos motivos que mejor no señalar ninguno, que el inteligente analice desde a su municipio, hasta donde pueda en cualquier área del planeta y deduzca por sí mismo como la destrucción general no solo se instala sino que no para de crecer..
La gran corrupción que soportamos es como el ácido sulfúrico o nítrico, que generalmente disuelven cualquier materia orgánica; y lo humano sin apenas nada de espiritualidad hoy es “materia fungible y poco más”; sólo nos han dejado tres dioses a adorar, “poder, fama y dinero” (que como en la religión y “sus trinidades”) se reducen a uno y que es “el dios dinero”, por cuanto en este planeta, todo se compra con dinero. Y el dinero debe ser un medio para generar un mejor vivir a toda la humanidad y no un fin para esclavizarla y ser atesorado en monstruosas fortunas que para nada sirvieron, sirven o van a servir. Sintetizando aún más… “El dinero es un medio, no un fin”; lo que sintetiza aún mejor, el contundente dicho de la sabiduría popular que afirma… “Era tan pobre tan pobre que sólo tenía dinero”; dicho que al parecer no tiene autor conocido.
El ser humano ha vuelto a ser un mero esclavo y como tal lo han condenado a vivir, salvo las minorías dominantes que sin intelectualidad ninguna, sin principios humanos y justos, se apoderan de todo, para al final destruirlo en infernales obras materiales y por tanto inútiles.
Jamás se les ocurre iniciar la principal obra a realizar en este planeta, que no es otra que preparar intelectualmente a las masas, para que sepan convivir humanamente y prosperen de igual forma; por el contrario sólo se preocupan de enfrentarnos simplemente por cuanto no les interesa otra cosa, ya que así realizan los criminales negocios que siempre han realizado los perversos que dicen gobernarnos para “nuestro bien y progreso”.
Hoy reflexiono así, por cuanto los dos textos que a continuación copio, me impulsan a ello; son dos pruebas de “la desolación que padecemos”.
Resaca Amarga (Luís Ventoso: ABC 20-04-2017): «FRANCIA, corrupción rozagante. Lagarde, la bronceada gurú del FMI, fue hallada culpable, pero no se le impuso pena para no dañar la imagen del país. Fillon compite por la presidencia con rostro de hormigón, pese a haber dado a su mujer un empleo ficticio y millonario a costa del erario público. Sarkozy también está enfangado en tribunales. En Alemania dos presidentes de la República y un ministro relevante se vieron forzados a dimitir. Italia respira chamullo. La Rusia de Putin es abiertamente una cleptocracia. En el Reino Unido vuelve a ser ministro Liam Fox, cesado por Cameron por favorecer a un lobista amiguete.»
La corrupción: (José María Carrascal: ABC 21-04-2017): "La partitocracia ha acelerado el proceso, al convertir los partidos en los mejores vehículos para enriquecerse”. Sintetiza así la enorme corrupción descubierta ya en España y la que como una “goma o plastilina” inagotable, se extiende y dilata, por tiempos ya bochornosos y sin que los “ladrones” paguen lo mucho malversado o robado a cara de perro; los que lucen sus jetas, la mayoría en la calle ante los indefensos “paganos” de todos estos latrocinios, que somos el totalmente indefenso pueblo español.
Si siguiera buscando hechos similares o peores, veamos lo que ocurre en Venezuela y no sé cuántos países más, que tienen abarrotados los países denominados “paraísos fiscales” (refugio de bandidos digo yo) los que fundados por los intereses, de los mismos países robados o esquilmados, nadie habla de suprimirlos totalmente, puesto que en general ello no interesa “a las castas dominantes de todo el mundo”, que pese a lo que roban no quieren ni pagar impuestos.
Por todo ello he recordado la época que cito del Imperio Romano, el que no fue destruido por aquellos bárbaros del norte que nos dicen; sencillamente fue destruido por la corrupción no controlada y por los mismos, que eran los responsables de mantenerlo, con las normas y leyes que les hicieron llegar a ser el imperio de más larga duración de todos los conocidos de este perro mundo; lo que demuestra que la pudrición política es mucho peor que las guerras abiertas, aunque estas también sean terribles por la destrucción que conllevan y las masas de inocentes que asesinan.
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