La dejadez con las mascotas costará 500 euros

El Ayuntamiento de Cambil se pone firme con la recogida de excrementos: las sanciones, extendidas en otros municipios, llegan a los 500 euros

Sacar al perro, asistir al momento en que el animal expulsa lo que ya no necesita y seguir hacia adelante ambos, animal y ser humano, sin más le costará dinero al dueño. Así será en las calle de Cambil tras la publicación de una ordenanza reguladora por parte del Ayuntamiento. Las multas llegarán hasta los 500 euros.

Las quejas ciudadanas por el asunto de los excrementos son cíclicas, porque hay momentos donde abundan más y otros en los que quizá pasan más desapercibidas. El Gobierno local entiende que la mejor arma para sensibilizar a quienes cometen las prácticas incívicas es tocar el bolsillo.

En concreto, la ordenanza remarca la obligatoriedad de recoger las heces en las calles y espacios públicos. También subraya que es indispensable que los canes estén bajo el control de los dueños con las correas y con los collares.

La medida, publicada en redes por el Ayuntamiento, ha tenido una difusión notable y ha generado decenas de comentario. La mayoría ha aplaudido la acción municipal. En líneas generales hay consenso: la ciudadanía espera que así queden señalados quienes no tienen en cuenta normas básicas de convivencia. Otros usuarios han comentado los problemas que generan las colonias de gatos abandonados.

MEDIDAS EN LA CAPITAL Y EN LA CAROLINA

Cambil se une a otros ayuntamientos de la provincia que ya habían aprobado iniciativas reguladoras prácticamente iguales. Lo hizo el Ayuntamiento de Jaén el verano pasado; las críticas procedentes del movimiento vecinal eran archiconocidas. Las sanciones en la capital  son también muy similares a las de Cambil: 450 euros.

También el verano pasado reaccionó La Carolina. Las multas son aún más elevadas, pues superan los 700 euros. En este caso, la medida llegó tras una campaña de sensibilización del Ayuntamiento denominada Recoger los excrementos de tu mascota es tu obligación. La afirmación es obvia. El cumplimiento, no tanto.