Depilación completa
Es lunes por la mañana, día de trabajo. Tengo el teléfono a mano, la pantalla del Mac con más ventanas abiertas que la película de Hitchcock y las muñecas listas para llevar a Lacontradejaén a la gloria. Suena el móvil. Es un fijo de Jaén que no tengo registrado.
—¿Dígame?
—Hola, Francisco.
—Sí, ¿quién es?
—Mañana tienes cita para depilación.
—¿Cómo?
—Sí, es mañana.
—No entiendo.
—¿Usted es Francisco Cano Aceituno?
—Sí, sí, pero tiene que ser un error: yo no he contratado nada.
—¡Ah! —la exclamación anuncia que el fallo está por revelarse—. Nos hemos confundido. No es usted.
Ahí queda todo después de las pertinentes frases hechas, del adiós y hasta otra, aquí no pasó nada.
No soy el chico que quiere depilarse todo. Podría serlo, porque yo acostumbro a depilarme las piernas por estas fechas. Pero no soy ese joven —o mayor o menor— que apuesta por un rapadito integral. Compartimos primer nombre y apellidos. Eso sí. Nominalmente, nos diferencia 'Manuel', segundo y anodino nombre. No usarlo nunca me validó esta vez como individuo.
O no.
Es todavía lunes. He devorado pasta, empanada y el café con leche del mediodía. Estoy de pie, buscando algo en la casa de unos amigos, y vuelve a sonar el móvil. Es un fijo de Jaén que no tengo grabado en el móvil.
—Sí, ¿dígame?
—Hola, ¿Francisco?
—Sí, ¿quién es?
—Te llamamos de la clínica. Tienes mañana depilación completa.
(Como sé lo que viene ahora, le doy al altavoz para que los dos amigos que me acompañan también se sientan parte de Depilación completa, capítulo dos).
—Yo creo que no. Ya me han han llamado esta mañana.
—¿No eres Francisco Cano Aceituno?
—Sí, pero no he reservado cita en la clínica. Es un error.
—¿Entonces no tienes la cita mañana?
—No. De algo así no me olvidaría.
–No, no, es verdad. Acabo de ver el presupuesto. No puede ser.
Y ahí queda la cosa, con un final muy interpretativo. ¿Qué es eso del presupuesto? ¿Por qué me descarta tan rápido? ¿Asocia mi voz nasal a un bolsillo sin poder?
No sé. Pero mis amigos ríen.
Lo he pensado, y creo que lo mejor es depilarme; dos llamadas el mismo día me parece una doble señal que debe ser atendida.
Lo haré.
Sólo las piernas.
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