"Me echan de una casa que yo creía haber comprado"
Una familia deberán abandona una vivienda en Martos que reformó sin saber que la compra no fue legal; "Fue un contrato falso", asegura la otra parte
"Me van a echar de una casa que yo creía que tenía comprada legalmente. Era una ruina y he invertido cerca de 60.000 euros". Habla María Jesús Criado, vecina de Martos y madre de dos menores (16 y nueve años), que deberá abandonar la casa donde vive desde 2018. El motivo, la compra que hizo entonces no fue legal y ella, asegura ante la ley, desconocía que le había dado el dinero a alguien que no era el dueño, extremo que desmiente la otra parte implicada.
La casa, ubicada en el barrio del Portillo, es propiedad de una mujer extranjera, dato que Criado dice que desconocía. "A mí me la vendió por 2.000 euros el tío de mi marido. Ahora resulta que en realidad lo que él hacía era buscarle a la dueña un posible comprador", lamenta María Jesús Criado.
Un familiar del hombre que, supuestamente, vendió la casa asegura a este periódico que el contrato era "totalmente falso desde el inicio". "La dueña, que es francesa, le dejó esa casa a este hombre simplemente para que la cuidara: ni era corredor ni nada parecido", abunda.
Acerca del contrato, el familiar insiste en que los DNIs que aparecían en los contratos eran "falsos". "Así ha quedado acreditado en el juicio", manifiesta. Este periódico ha podido conocer que la relación entre las partes ha sido muy tensa antes, durante e incluso después del juicio.
"NO TENGO PROBLEMA EN MARCHARME"
"Yo me fíe de él y ahora tengo que irme de aquí. No tengo problema en marcharme, pero alguien tiene que devolverme la inversión que hice y que proviene de mi herencia", argumenta después de que haya celebrado el juicio.
El próximo viernes 14 de octubre vencerá la prórroga que le habían dado para abandonar la vivienda. Criado sostiene que no le da para un alquiler y vivir, pues cuenta con una ayuda de 463 euros al mes procedente del Estado.
"Es una faena, porque cuando compré la casa no había ni un váter. Nosotros nos metimos a vivir en el bajo y poco a poco hicimos la obra y mejoramos la vivienda", relata.
Las fotos enviadas a este medio —disponibles al término de la noticia— dan cuenta del cambio radical que ha experimentado el inmueble en los últimos cuatro años.
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