La desaparecida casa de don Bartolomé Perales
Éste es el proyecto de reforma que saldría al unificar los edificios nº10 y nº12 de la calle Cerón en la década de los veinte. Su propietario fue don Bartolomé Perales y en diciembre de 1923 decide levantar este edificio para albergar pisos y un gran comercio de muebles que regentaba él, ocupando todo el bajo. El diseño de la fachada alberga un diseño historicista con toques regionalistas acentuados en la parte alta con dos cornisas laterales ataviadas de tejadillo vidriado y la culminación en el centro de la terraza de una torreta-mirador.
El edificio contaba con pisos muy amplios donde albergaban cuatro alcobas o dormitorios, baño, comedor, recibidor y un largo pasillo. Disponía en su fachada posterior de dos patios de luces.
En el bajo se situaba el comercio de Muebles Perales. En su parte izquierda tenía unas escaleras que bajaban al sótano, éste era famoso por la venta de muebles de gran calidad siendo sus escaparates más concurridos por niños y viandantes al llegar la navidad por la instalación de un gran Belén y la colocación de sillones forrados en terciopelo para sus Majestades de Oriente, incluyendo la venta de juguetes.
En la década de los años ochenta del siglo XX se decide, desafortunadamente, derribarlo y desde entonces el solar ha permanecido abandonado. Una visión impropia de una calle tan céntrica y que da una imagen degradante al entorno, además de acumular jaramagos y lucir horribles paredes posteriores de edificios que dan a la calle Álamos y Parra. En 2013 se colocó un cartelón anunciando la construcción de un nuevo edificio que parece, según el dibujo, que guarda las mismas formas del diseño antiguo. Ojalá este lugar deje de una vez por todas de lucir este deprimente solar y en un corto tiempo pueda edificarse el nuevo edificio que parece respetar la misma fisionomía del original diseño, torreta-mirador incluida.
Calle seriamente mellada patrimonialmente y una de las vías con más solera de la capital, puesto que el nombre de Cerón proviene por haber tenido aquí sus casas el linaje de Cerón, del que destacamos la figura de Diego Cerón, emparentado con el Condestable Miguel Lucas de Iranzo y que también aquí daba su extenso terreno palaciego.
Justo a las espaldas del edificio que presentamos, se encontraba la también desaparecida posada (Los Álamos). Su fachada se encontraba en la calle los Álamos, entre ambas edificaciones se refugiaba, casi escondida por temor a la piqueta, uno de los torreones de la muralla que en sus orígenes seguía el trazado de la calle Cerón, visible desde la plaza de San Francisco hasta principios del siglo XX. Hacia finales de la década de los setenta del siglo XX se demolería la antigua posada llevándose también por delante los últimos vestigios de la torre almenada que en sus últimos años su basamento era utilizado como bodega. Todo se metió en el mismo saco y se arrasó otro pedazo de la muralla de mala manera se demolió sin considerar su importancia historia y arquitectónica.
En las fotografías se muestra el solar que deja al descubierto antiguos materiales utilizados en la construcción del edificio como el ladrillo visto y la mampostería de piedra.
Éste y muchísimos más edificios desaparecidos en la capital jiennense los podréis ver reflejados dentro de mis libros Reconstruyendo el pasado arquitectónico de Jaén, partes primera y segunda. Es una recopilación y reconstrucción de toda aquella arquitectura palaciega, civil, religiosa, privada o urbana que perdimos, y que podréis revivirlo de forma diferente, amena y explicativa, todo ello acompañado de planos, secciones, detalles y fotografías que os ayudaran a comprender con claridad cada edificio o rincón perdido de nuestra ciudad.
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