Descartados los daños estructurales en el Colegio Jesús María

El Ayuntamiento confirma que el hundimiento se debió a problemas en la solería y prevé que el alumnado regrese al edificio principal a comienzos del próximo año
Los sondeos y catas realizados en el Colegio Jesús María han descartado daños estructurales en el edificio principal del centro educativo, que permanece cerrado desde finales de octubre tras registrarse un hundimiento en una de sus alas. El alumnado, reubicado desde entonces en los cuatro edificios anexos con los que cuenta el colegio, retomó las clases el pasado 3 de noviembre.
El alcalde de Jaén, Julio Millán, ha visitado las instalaciones acompañado por técnicos municipales y por responsables de la empresa encargada de las obras de reparación. En el recorrido también ha estado presente la directora del centro, Mariló Alonso, quien ha sido informada puntualmente de los avances en los trabajos.
Millán ha constatado el buen ritmo de las obras y ha expresado su confianza en que la comunidad educativa pueda volver a la normalidad con el nuevo año. “Hemos dado respuesta con rapidez al centro y a su comunidad educativa, y vamos a garantizar una vuelta con todas las garantías en el menor tiempo posible”, ha afirmado el regidor, que ha destacado el trabajo “sin pausa” que se desarrolla en el colegio, donde los operarios trabajan en turnos de mañana y tarde.
Por el momento, ya se ha demolido el suelo de la primera planta afectada por el hundimiento. Los estudios técnicos han confirmado que el problema se originó en la solería de la planta baja, apoyada directamente sobre el terreno natural. Según ha explicado el concejal de Mantenimiento Urbano, Javier Padorno, las condiciones de humedad del subsuelo habrían provocado movimientos en el terreno.
“En estos casos, cuando las tierras se mojan, aumentan de volumen y, al secarse, se contraen, dejando huecos que pueden provocar hundimientos como el ocurrido”, ha detallado Padorno.
La solución técnica pasa ahora por la construcción de un nuevo forjado sobre el que se reconstruirán las aulas y aseos afectados. Las catas geotécnicas realizadas han permitido analizar la capacidad portante del suelo, detectando la existencia de dos solerías antiguas a unos 20 y 25 centímetros de profundidad.
Durante los próximos días, se realizarán nuevos sondeos y pruebas de penetración para comprobar la resistencia del terreno y calcular con precisión las características del nuevo forjado que garantizará la seguridad y estabilidad del edificio.
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