Desde mi casa
Quién nos iba decir que hemos puesto de moda una canción de 1988 Resistiré, que el uso de mascarilla ya fue obligatorio en 1918, y ahora ha llegado para quedarse de nuevo, desgraciadamente, a lo largo de la historia han ocurrido catástrofes, accidentes y tragedias varias que han causado verdadera conmoción en todo el mundo por el alcance de sus consecuencias. Pero ahí está el ser humano para levantarse y continuar luchando por nuestras vidas. Permítame querido lector expresar en pocas líneas, las siguientes reflexiones.
Hemos pasado, noventa días, confinados en casa y durante este tiempo hemos descubierto, “que puedo ser útil en ella”, que la vida no sólo es trabajar y ser eficaz en nuestra oficina, taller, escuela, hospital…, hemos valorado otras profesiones: agricultores españoles, ¿dónde estabais?, es que vuestro trabajo callado y ¿vuestros grandes productos?, a los que hemos puesto como se dice hoy “en valor” y que me decís de los comercios del barrio, esos que al no poder salir por ser “personal de riesgo”, de esto podemos escribir y hablar largo y tendido, esos comercios nos han traído sus productos a casa, pescado limpio, fruta de temporada, etc., con precios normales.
Punto y aparte, merecen los que han estado en primera línea, fuerzas de orden público, los componentes de seguridad ciudadana, resuenan en mis oídos esos cumpleaños a los niños y mayores, ¿tenían fuerzas y ganas para ello?, seguro que sí, era un servicio más al ciudadano de a pie, a esos padres que pensaban que voy a hacer en el cumpleaños de mi hijo, sin amigos, pero llegaban los amigos de todos, con sus caras de payaso, sus canciones y dejan un recuerdo que puede ser el mejor de la vida. Que me decís del personal sanitario y no sanitario de nuestro hospitales, puedo comenzar diciendo que han realizado su labor diaria, como cada día del año, dando toda su profesionalidad puesta al servicio de los pacientes, nuestro aplauso de cada día, podría resaltar el trabajo del momento, yo creo que ellos lo han recibido con afecto y satisfacción pero la contrapartida para todos ellos y su mejor premio es que siempre que veamos un coche de policía, guardia civil, policía local, un hospital, pensemos: esas personas que están dentro me salvaron o me pueden salvar la vida. Ese es nuestro mejor homenaje. Gracias a todos ellos.
No puedo olvidar a las personas que se han encontrado solas en casa o en las Residencias de Mayores, y a su personal, ¡qué mala es la soledad! La superación de estas situaciones con la compañía de los suyos no ha sido posible, el voluntariado y los trabajadores de las residencias han hecho posible el paso del tiempo y la superación de la soledad.
Pero cómo olvidar a los familiares de las víctimas de esta maldita pandemia, que han sufrido la muerte de un ser querido, sin haber podido acompañarle en su último suspiro e incluso no poder estar en su funeral, a todos ellos mi mayor condolencia. Amigos, no olvidemos un gran descubrimiento, por lo menos para mí, la videoconferencia o videollamada, esa cercanía con nuestros amigos y familiares ha sido todo un lujo, ¡cuánto hemos aprendido¡
Ahora que comenzamos a retomar a ”la nueva normalidad”, significa que nada va a ser igual, os aconsejo que rebobinemos como estábamos en marzo, abril, mayo… Y nos preguntamos, ¿cómo será el otoño que viene?, nadie lo sabe ¿o sí…?
Texto de SECOT JAÉN
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