La despedida de la asociación Loma del Royo
Los ciclos vitales controlan los procesos animales: nacen, crecen, se reproducen y mueren. Al igual en el entorno vegetal. Los órganos sociales se desarrollan bajo un mismo comportamiento, y a veces ocurre lo mismo que en otros ámbitos; la especie se extingue porque no hay repuesto. Distinguirse o extinguirse, reza un principio sociológico.
Esta asociación que nace en 1999, se renovó en 2008 con un equipo de vecinos lleno de ilusiones y proyectos. Este trabajo de EQUIPO pone en valor el proyecto de “lo común” y así después de 13 años, hemos procurado ofrecer al colectivo vecinal una gestión de intermediación para la resolución de los problemas del barrio de la Loma del Royo, luchando a veces contra los “molinos de viento”.
Calles, acerados, arbolado, conducciones de agua, etc. Es verdad, que a veces nuestros esfuerzos no se han visto compensados con las soluciones propuestas y no realizadas por nuestros ediles, que son quien a la postre tienen la capacidad de obrar y resolver. De cualquier manera, hagamos un esfuerzo para que no nos flaquee la memoria y repasemos los logros.
Utilizaba antes el aforismo de Distinguirse o extinguirse. Esta asociación se ha distinguido por su orientación cultural, promoviendo cursos de diversas disciplinas: yoga, pilates, aerobic, bailes de salón, inglés, guitarra. Conferencias dando valor a nuestra historia, tradiciones, gastronomía, quedando patente de ello en tres libros, uno de leyendas y dos sobre nuestra Catedral y el Conjunto Histórico de Úbeda y Baeza, etc.
En la parte lúdica se han promovido las Fiestas de Primavera en el mes de mayo, la visita de los Reyes Magos, lumbres de San Antón, así como viajes culturales, sevillanas solidarias. No nos hemos olvidado de las carencias y en la medida que hemos podido, la solidaridad siempre se ha valorado, y una vocalía social ha sido la encargada de recoger y repartir alimentos, mantas, etc. Hemos sido un referente para el movimiento vecinal jiennense.
El tiempo no pasa en balde y además es higiénico y democrático que así sea. Esta higiene ya señala que ocho años es el tiempo recomendable para liderar proyectos. Hace tres años el equipo rector decidió que había llegado el momento del relevo. Después de dos reuniones y convocatorias el presidente Paco Cèspedes manifestaba su irrevocable decisión de dejar la responsabilidad y con él el resto de la directiva. Es lógico que tras diez años de prestar tiempo y trabajo al colectivo se decida adoptar esta postura.
Finalmente se adoptó una solución de provisionalidad mediante la cual yo me hice cargo de la presidencia para que en un plazo de 18 meses se buscara una nueva directiva. La pandemia del Covid, paraliza todo. Además, las exigencias sanitarias de ventilación inutilizan nuestro local para impartir cualquier tipo de curso.
A todo este conjunto de circunstancias negativas sobrevenidas hemos de añadirle otra de mayor calado: nadie del vecindario de la Loma del Royo ha dado respuesta a la continuidad de las tareas para mantener viva la asociación, por tanto, pese a habernos distinguido nos extinguimos.
Durante estos 13 años ha sido un orgullo trabajar junto a un EQUIPO cuya composición ha sufrido pocas variaciones, prestando un servicio de forma desinteresada al movimiento asociativo de este barrio y esta capital. Como dice la frase hecha de la película: fue bonito mientras duró. Agradecer a todos los que de alguna manera han prestado su colaboración bien como socios o bien en la participación de actividades. Y en especial a los miembros de la junta directiva: Francisco Arévalo, Mayte Yustes, Luis Garzón, Juan A. Puche, María Dolores Molina, María Jesús Frías y Juan Díaz.
Que sigáis bien. Suerte y salud.
María Arévalo ha sido la última presidenta de 'Loma del Royo'
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