No más dinero manchado de sangre

Por desgracia para los defensores de los derechos de los animales, otro año más se organiza en Jaén el festival taurino a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer con la excusa de atraer al público aficionado a este tipo de espectáculos de muerte y sangre. Así demuestran su compromiso en la lucha contra el cáncer.

Es de reconocer que la AECC realiza una labor muy importante e indiscutible en la lucha contra esta enfermedad, y al mismo tiempo es lamentable que continúe aceptando dinero, manchado con la sangre de animales inocentes, para seguir recaudando fondos para sus fines. Hay muchas otras formas y más éticas de llevar a cabo esta captación de fondos sin la necesidad de sesgar la vida de seres inocentes que, según la Declaración Universal de los Derechos de los Animales aprobada por la UNESCO el 27 de octubre de 1978 y ratificada posteriormente por las Naciones Unidas, establece que los animales son seres vivos sensibles que tienen unos derechos que la especie humana debe respetar, como son el derecho a la vida, a la libertad y a no sufrir. En la Comunidad Europea este principio queda recogido en la Resolución del Parlamento Europeo de 6 de  junio de 1996, materializada en el Protocolo anejo al Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea número 33, sobre protección y bienestar de los animales, introducido por el Tratado de  Ámsterdam, actualmente regulado en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

Poco importan estos derechos, reconocidos por entidades internacionales, a los aficionados taurinos que asisten a estos festivales anacrónicos basados en el maltrato a los animales, y mucho menos a los organizadores de este tipo de eventos que continúan justificando la existencia de la tauromaquia cuando está herida de muerte y ya no tiene cabida en una sociedad del siglo XXI, donde la ética, la razón y el respeto a la vida se imponen ante tradiciones que justifican estos asesinatos como cultura.

Esta actividad cruel, denominada tauromaquia, forma parte de nuestro pasado y bajo ningún concepto debe de formar parte de nuestro futuro ya que cuenta con el rechazo de la sociedad de forma generalizada

Quienes insisten en defender la tauromaquia solo consiguen demostrar que esta es una actividad cada vez más debilitada y rechazada socialmente.

Según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales, del Ministerio de Cultura, tan solo un 8’5 % de los españoles acude a una corrida de toros a lo lago del año. Las encuestas no indican solo el desinterés y rechazo de los españoles a las corridas de toros, sino que constatan un claro desplome de las corridas de toros en España. Los datos del Ministerio de Cultura confirman que las corridas de toros han sufrido un descenso acumulado de más del 36,62 % en 10 años.

Dejémonos ya de falacias, los toros estuvieron intrínsicamente ligados al carácter de los españoles en una época que dejo de existir hace muchos años. Hoy por hoy nada de eso se corresponde con nuestra sociedad.

Todos contra el cáncer, apoyemos la labor de la AECC, pero nunca participando de una actividad que implique la muerte de seres inocentes.