El drama tras un despido

Una madre protesta con sus hijos pequeños en la Plaza de Santa María por el despido de su marido de la concesionaria del servicio de recogida de basura y limpieza viaria, donde llevaba 22 años trabajando como barrendero

Son las ocho y media de la mañana. El frío arrecia en Jaén. Una mujer, acompañada de dos niños pequeños, se desgañita en la Plaza de Santa María, frente al Ayuntamiento. Varios viandantes se acercan a ella alertados por los gritos. Pide "justicia urgente" para su marido. El 22 de diciembre, día del Gordo de Navidad, recibió la carta de despido de la empresa concesionaria del servicio de recogida de basura y limpieza viaria de Jaén -FCC-, en la que llevaba 22 años trabajando como barrendero. Según argumenta su esposa, por bajo rendimiento laboral.

Pero ese descenso en su productividad -dice la mujer- esconde un trastorno psicológico que lo ha llevado al Hospital Neutraumatológico, donde permanece ingresado desde hace unos días. Sufre una depresión. Ella no para de llorar mientras sus hijos, Abdul e Inés, de 4 y 5 años, revolotean a su alrededor sin saber muy bien lo que ocurre. El pequeño lleva puesto, al igual que la madre, el uniforme de trabajo de FCC. "No hay derecho a lo que han hecho con mi marido; no se lo merece", denuncia entre sollozos. Solicita que declaren nulo el despido hasta que se recupere de la enfermedad, ya que en ese momento se encontraba de baja.

Un hombre pregunta a Fouzia Bahbahi, de 36 años de edad, si los niños han desayunado. Ella no responde, sigue chillando con la intención de llamar la atención del alcalde para que medie en el conflicto. Acto seguido, llega otra mujer, cuyo hijo es compañero de clase de Abdul. Entre unos y otros consiguen convencer a Youzya para que deje marchar a sus hijos al colegio. Saca de su bolso unos dulces y los pequeños abandonan la Plaza de Santa María de la mano de la mujer. Youzya se queda sola, pero no baja la intensidad de su protesta. "No me marcho de aquí hasta que alguien me dé una solución", espeta.

La vida puede sufrir un frenazo en seco en cuestión de segundos. Y el reloj de esta familia jiennense se acaba de parar en un drama. Fouzia, natural de Marruecos, llegó a la capital hace diez años y, cinco después, se casó con Joaquín Moya. Fruto de este matrimonio nacieron Abdul e Inés. Todos ellos residen en una vivienda en la calle Vicario. Su único sustento era el sueldo de operario de Joaquín. El mismo día en el que conoció que FCC prescindía de sus servicios, tomó varias pastillas que lo llevaron directo a Urgencias. Los facultativos decidieron dejarlo ingresado en el hospital.

Este periódico ha tratado de conocer la versión de la empresa concesionaria, pero ha declinado realizar declaración alguna al respecto. Por su parte, el Ayuntamiento ha preguntado a FCC por este caso y el de otro trabajador despedido en los últimos meses, y en ambos ha recibido la misma comunicación: los ceses son procedentes y están acreditados.

No obstante, el concejal de Hacienda y Contratación, Manuel Bonilla, tiene previsto reunirse con el nuevo comité de empresa de la concesionaria para hablar de diferentes asuntos relacionados con el funcionamiento del servicio y las relaciones laborales, y abordarán lo ocurrido con estos trabajadores. 

Fouzia volverá este martes, a primeras horas de la mañana, a la Plaza de Santa María y no parará hasta que "se haga justicia".