Jaén y 'think thank' europeo de la educación permanente
Es curioso cómo a veces el pasado se encuentra con el presente. Como el tiempo es capaz de trazar una tangente en espiral que nos transporta a pretéritos momentos en pequeños viajes de ida y de vuelta. Viajes fugaces, a veces placenteros. Pero todos ellos consiguen, sin lugar a duda, anular por momentos algunas de las más definitorias y caducas condiciones del ser.
Y es que hay veces, en las que una lectura es capaz de convertirnos en viajeros inesperados. Insospechados aventureros que, como agentes de un ministerio en una serie de ficción, abren puertas imaginarias dando saltos temporales a recónditos lugares del pasado.
¿Nunca han tenido esta sensación? Esa impresión de saber ya de que nos están hablando, de conocer como acaba una historia, de haberla vivido o, cuanto menos, de haberla intuido de una u otra forma.
Últimamente, cuando abro la sección de educación de alguno de los más reputados periódicos de nuestro país, tengo esa percepción. La de estar leyendo debates pretéritos sobre cuestiones básicas o, cuanto menos, sobre aspectos que el colectivo docente ya había madurado en su momento. No me mal interpreten. A pesar de la complejidad que atesora la pedagogía, aprecio la preocupación social. Es más, los docentes llevamos años reivindicando que se ponga el foco en las deficiencias y en las necesidades que padece nuestra tan querida educación pública. Sin embargo, me temo que la clave en todo proceso de implicación colectiva pasa por la elaboración de un imaginario popular que, irremediablemente, depende del procedimiento de construcción y decodificación que cada uno de nosotros hacemos con la información. Del éxito mayoritario de este inconsciente mecanismo, dependerá la transformación de nuestro sistema educativo.
Y en esto, es en lo que estamos un grupo de docentes vinculados a la Educación Permanente en Jaén. En llevar a cabo un imperioso y demandado proceso de reflexión, de formación y, sobre todo, de configuración de propuestas que sirvan para la correcta transformación y mejora de un ámbito habitualmente olvidado, apartado y desconocido. En este caso, no existen puertas que nos transporten a un pasado similar, no hay una vía alternativa a un pasado mejor, ni una espiral que atraviese el tiempo en tangente para mostrarnos el correcto camino. No contamos con el valor de la historia, con la experiencia vivida, con la sabiduría del pasado. Pero sí con el valor del presente, con el esfuerzo y la tenacidad de la profesionalidad docente. Somos nosotros los que hemos de trazar la senda, los que hemos de poner luz sobre los obstáculos y los que hemos de hallar el método para sortearlos. Somos nosotros los que hemos de aportar el conocimiento y la reflexión, la colaboración y la participación para que ese imaginario popular, del que hablaba con anterioridad, se convierta en un aliado más. En un actor de refuerzo, en un batallón en la reserva, en una masa esencial que apoye y acompañe a sus docentes en la mejora del sistema.
En este aspecto, Jaén ha tomado la iniciativa acogiendo a lo largo de toda esta semana al 'think thank' europeo de la Educación Permanente. Nuestra pequeña ciudad se ha situado a la vanguardia de un proceso reflexivo, acogiendo a expertos llegados de remotas partes del Viejo Continente. Docentes de Alemania, Noruega, Austria y Portugal departirán a lo largo de las jornadas de hoy y mañana —viernes 9 y sábado 10— en IFEJA, junto a otros compañeros de origen español, para tratar de sentar las bases de una fase de colaboración que ha de mejorar los procesos formativos en la enseñanza para adultos y, de una forma muy específica, para abordar los retos que plantea a la profesión la enseñanza en contextos complejos, como los Centros de Menores Infractores o los Centros Penitenciarios.
El proceso de cavilación ha comenzado y el primer Congreso Andaluz sobre Educación en Centros Penitenciarios, menores infractores y adultos, será clave para que, en un futuro no muy lejano, tengamos unas bases sólidas, un conocimiento exhaustivo de los modelos europeos y una experiencia que, llegado el momento, nos permita abrir una de esas puertas del tiempo y encontrar al otro lado, el valor de la historia.
Gerardo López Vázquez es historiador y profesor en el IPEP de Jaén
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