Nada es imposible
El Begíjar, en su primera incursión en el fútbol autonómico, se cuela en los puestos de ascenso a Tercera División tras un sorprendente comienzo de Liga
La vida en Begíjar, municipio de la comarca de La Loma de poco más de 3.000 habitantes, se altera el domingo que hay fútbol. Tras la comida, las calles comienzan a poblarse. Las máquinas de café echan humo. Queda poco más de media hora para que comience el partido y hay bulla. Televisan el Barcelona-Betis y acaba de marcar Júnior para los verdiblancos. El encuentro está emocionante y dan ganas de quedarse pegado a la pantalla, pero a la misma hora juega el Begíjar CF y eso son palabras mayores.
Las gradas del remozado estadio municipal están hasta arriba de aficionados. El equipo local se hace la foto con una novedad en el once: Higinio Vilches. El lateral izquierdo ha sido repescado del Real Jaén tras su salida por un desencuentro con el entrenador. Un fichaje de campanillas para moldear una plantilla que está haciendo soñar a Begíjar. Siscu, otro refuerzo de calidad, anota de libre directo a muy poco del final. La hinchada enloquece. Los tres puntos ante el Berja, segundo clasificado hasta el pasado domingo, se quedan en casa. El equipo de Félix Vilches se coloca en puestos de ascenso a Tercera División, algo que ni el más optimista podía imaginar en la primera incursión del club en categoría autonómica.
El estreno no ha podido ser más brillante. El Begíjar está por delante de clubes con un prestigio en el balompié regional, como el Villacarrillo, el Maracena, el Estepona o el Arenas de Armilla. Pero la dimensión de su éxito es aún más notable cuando hablamos del municipio con menos población del Grupo II de la División de Honor y con unos recursos limitados que administra con mano de hierro uno de los responsables de la eclosión del fútbol begijense, José López Navarro, un antiguo jugador y empresario reconocido reconvertido desde hace unos años en presidente.
El antes y el después del actual Begíjar tiene su origen en la colocación del césped artificial. José López y un grupo de aficionados decidieron dar un paso al frente para aprovechar la coqueta instalación. La pelota volvía a rodar después de una década de ostracismo. El Begíjar había resucitado sin más pretensión que competir con honradez y modestamente en las categorías provinciales. Los resultados, sin embargo, comenzaron a sorprender: quintos la primera temporada en Tercera Andaluza; segundos al curso siguiente y ascenso de la mano de Salvador Lara. Luego llegó otro salto de categoría, el título de la Copa Diputación, las semifinales de la Copa Subdelegado y la guinda: la División de Honor, con Félix Vilches en el banquillo. Todo comprimido en horas y horas de trabajo para cimentar un proyecto que, hoy en día, está más que consolidado.
CON LOS PIES EN LA TIERRA
José López es el arquitecto que ha construido un club con las ideas muy claras: no pasarse un céntimo del presupuesto y pagar "humildemente" lo que puede, pero pagar. "Esa es nuestra máxima. Lo que prometemos lo cumplimos y llegamos hasta dónde podemos. No hay más secretos", sentencia el dirigente. Esa filosofía genera confianza y posibilita la llegada de futbolistas con una brillante hoja de servicios, como los Manu, Siscu, Higinio Vilches, Sergio Moreno, Bermúdez o Miguel, uno de los delanteros con más olfato goleador de la historia reciente del fútbol jiennense. Aún se recuerdan sus 43 dianas con el Úbeda Viva no hace más de cinco años.
Y al mando de todos ellos un técnico forjado en la base que ha ido creciendo en cada uno de los equipos que ha dirigido. "Es una de las piezas más importantes de todo esto. Nos gusta su manera de trabajar y de influir en el vestuario para que las cosas vayan bien. Es un sensacional entrenador", dice el presidente que durante toda la conversación se quita méritos para repartirlos entre sus directivos, cuerpo técnico, plantilla y la joya de la corona: la afición. José López está prendado con su gente: "El otro día había más de 400 personas en el estadio y jugaba el Barcelona", exclama con orgullo. Entre esa tropa de seguidores mucha chavalería que juega a la pelota en las calles y plazas del pueblo imitando no a Messi o Benzema, sino a Chaquetas a Luis Casas o a Rambillo.
ASCENSO A TERCERA DIVISIÓN
"De ilusión vivimos, no hay más". Es la reflexión que hace el mandatario cuando es preguntado por un hipotético ascenso a Tercera División. "Esto no ha hecho nada más que comenzar. Estamos bien pero queda mucha Liga por delante. ¿Que si sería bonito? Pues claro, pero vamos paso a paso", recula José López, quien ha conseguido levantar de sus cenizas al Begíjar. Un equipo que vive su periodo de máximo esplendor envuelto en un ambiente ante todo "muy familiar". "Los vínculos personales entre cualquier miembro del club, incluso con los aficionados, va más allá de los resultados deportivos”, afirma el presidente, cuyo hijo, Tote, todo un trotamundos del fútbol provincial y siempre dispuesto a echar una mano al equipo del pueblo, es uno de los ídolos de la hinchada.
La clara apuesta por la potenciación de la cantera y por un fútbol con el buen trato de balón como la principal directriz del juego del equipo, está siendo un éxito y la plantilla enamora a su afición que no se puede sentir más orgullo por su equipo local. El domingo viaja a Armilla, donde le espera el Arenas a las doce del mediodía. Los de Félix Vilches tratarán de sumar un triunfo más que le permita mantener su privilegiada posición y, ¿quién sabe?, hacerle sombra al Atlético Porcuna, líder intratable del Grupo II.
Fotos: Begíjar CF
Únete a nuestro boletín