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El cernícalo primilla

Por Javier Moreno Montoza - Marzo 15, 2017
El cernícalo primilla
El cernícalo, tema del artículo de Javier Moreno Montoza. Foto: Miguel A. Domínguez: http://www.mad-foto.weebly.com

Medidas para compatibilizar desarrollo y conservación: el caso del cernícalo primilla

Según la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, la población andaluza de cernícalo primilla (Falco naumanni), una pequeña rapaz migratoria ligada a ambiente agrícolas y esteparios, podría haber perdido la mitad de sus efectivos reproductores en la región (Boletín GEOBIO Nº 59). Si en el 2012 la comunidad autónoma contaba con 5.000 parejas, convirtiéndose en el gran bastión ibérico de la especie, en 2016 solo se contabilizaron unas 2.500.

Esta mala noticia, que podría estar ocurriendo igualmente en el resto de su área de distribución ibérica, supone un importante varapalo para la conservación de esta emblemática especie y probablemente supondrá la más que necesaria adopción de medidas urgentes de conservación. No obstante, tal y como han apuntado las mismas fuentes, parece que el origen de este descenso podría situarse lejos de nuestras fronteras, concretamente, en su área de invernada al sur del Sáhara. Probablemente, la sequía, que lleva años asolando la zona y reduciendo la producción de cultivos y de insectos, podría estar afectando a los cernícalos durante su invernada.

En todo caso, el cernícalo primilla resulta especialmente sensible a la alteración de su hábitat y, aunque generalmente se le considerada fuera de peligro, su carácter migratorio, el hábitat que ocupa y el soporte de nidificación que utilizan —techumbres y fachadas de edificios agrícolas e históricos— lo convierten en un serio candidato a verse afectado por la actividad humana. De hecho, su población ha disminuido debido a los cambios producidos en el agro ibérico, como son la sustitución de cereales por leñosas (olivar o viñedos), la destrucción de linderos agrícolas, el uso abusivo de plaguicidas químicos y, de forma muy concreta, a la destrucción, derribo o restauración de los cortijos, naves agrícolas y edificios históricos donde nidifican.

Afortunadamente, existen numerosas experiencias exitosas que demuestran que es perfectamente posible compatibilizar la conservación de la especie con el desarrollo agrícola y urbano de las áreas que habita:

  • Mantener los cultivos herbáceos y los pastizales naturales en su área de distribución, prestando especial atención al mantenimiento de setos, linderos y ribazos con vegetación natural. Cuando se plantean cambios de uso del suelo, reservar parcelas de barbechos y fomentar los linderos ayudan a paliar las alteraciones del resto del hábitat.
  • No usar plaguicidas químicos del tipo de los neonicotinoides que puedan reducir drásticamente la presencia de insectos en las zonas agrícolas, comprometiendo la alimentación y la cría de la especie. En este sentido, se deberán ajustar las medidas de control de plagas al calendario de presencia de la especie e incluirla a ésta como parte de la solución a la hora de afrontar la lucha integrada contra roedores e insectos agrícolas.
  • Evitar que las obras de restauración de cortijos, naves agrícolas o edificios históricos coincidan con el periodo reproductor de la especie: de mediados de febrero a principios de agosto. Fuera de estas fechas, los primillas no están presentes y se puede actuar sin miedo a dañar la colonia.
  • Cuando se realicen obras de restauración, incluir una partida específica para habilitar nidales y huecos de nidificación que garanticen y mejoren la continuidad de la colonia. De hecho, ya existen soluciones comerciales para estas instalaciones: las asociaciones Grefa y DEMA realizan una importante labor de investigación y desarrollo al respecto. Igualmente, tal y como ya se ha practicado en numerosas localidades, se pueden instalar o habilitar “primillares” a modo de nuevas colonias que sustituyan los emplazamientos que sea necesario derribar.
  • En relación a  la inspección ambiental, las mejores fechas para localizar los primillas van de marzo a junio: periodo en el que se retoman las colonias de nidificación y se produce la reproducción de la especie. Esta cuestión resulta de vital importancia a la hora de programar las visitas de inventario ambiental para Estudios de Impacto Ambiental u otro tipo de informes similares.

Se trata, en todos los casos, de medidas de fácil aplicación y que resultan de obligado cumplimiento dado el carácter de protección legal de la especie. En este sentido, la solución más satisfactoria para compatibilizar la restauración de edificios históricos y la conservación de la especie, pasa por respetar la normativa ambiental y dejarse asesorar  por expertos que conozcan al ave y las medidas de gestión que le son beneficiosas.

En nuestra provincia, el cernícalo primilla habita cortijadas y otras construcciones humanas dispersas en la campiña, instalando sus colonias en las techumbres y tejados de las viviendas. Igualmente está presente en numerosos edificios históricos de localidades tan importantes como Úbeda, Baños de la Encina, Andújar y la propia capital. En la ciudad de Jaén nidifican en las cubiertas de la Catedral, así como en varios edificios del casco histórico.

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