El curioso caso del bastón de mando de Orcera
La vara del alcalde aparece, seis años y medio después, en el falso techo del despacho del Ayuntamiento sin que nadie sepa cómo ha llegado hasta allí
Hace unos días, mientras se realizaban tareas de mantenimiento del sistema de climatización del Ayuntamiento de Orcera, un operario encontró un extraño objeto en el falso techo de un despacho. Se trataba del bastón de mando del alcalde, desaparecido unos días antes de la toma de posesión de Sergio Rodríguez Tauste como regidor orcereño. Las dos primeras preguntas que se hicieron todos, tras insigne descubrimiento, fueron: ¿Cómo ha llegado hasta allí? ¿Y quién lo ha colocado ahí? Ninguna de las dos tienen respuesta, por el momento. "No tengo ni idea", responde sorprendido exalcalde de Orcera, Sergio Rodríguez Tauste. "Solo sé que lo estuvimos buscando antes de la toma de posesión y no aparecía por ningún sitio", añade.
La vara de alcalde representa el poder municipal y su uso se da tanto en nuestro país como en otros estados latinoamericanos y europeos. En España, aparecen documentados desde el siglo XVII, aunque su origen es muy anterior, según varios historiadores. Actualmente, su función es meramente simbólica y se utiliza fundamentalmente en la ceremonia de investidura y en otros actos solemnes, si bien en Cataluña ha cobrado un valor especial durante el "proceso soberanista". El pasado 8 de noviembre los doscientos alcaldes desplazados a Bruselas recibieron al expresident, Carles Puigdemont, varas en alto.
Pero volvamos a Orcera, donde todavía sigue el misterio. Corría mayo de 2011, Sergio Rodríguez Tauste, candidato del PSOE, había ganado las elecciones con 745 votos, con 151 de ventaja sobre el Partido Popular. Eso le otorgaba seis concejales, frente a los cinco de la formación conservadora. Asumía un Ayuntamiento endeudado hasta los dientes, pero con la ilusión de un joven comprometido con el pueblo y con ganas de cambiar las cosas. Los días pasaban y el bastón de mando no aparecía por ningún lado. ¿Dónde estará? se pregunta, una y otra vez, Sergio Rodríguez Tauste.
La toma de posesión se acercaba y un alcalde sin vara es como una boda alianzas. Así, que el nuevo equipo de Gobierno se las tuvo que ingeniar para que el flamante regidor pudiera aceptar el relevo con una vara como Dios manda. Según cuenta el propio Sergio Rodríguez Tauste, está llegó al salón de plenos por arte de birlibirloque. "Unos amigos de Benatae nos hicieron uno para el día del pleno y lo metimos camuflado como la garrota de un abuelo", recuerda con gracia. La sorpresa fue mayúscula entre los presentes cuando le entregaron el bastón al exalcalde de Orcera para que se hiciera la foto de familia con toda la Corporación. La vara salió de entre el público en medio de la sorna y las bromas. Más de uno soltó una sonora carcajada, como se puede apreciar en la instantánea de aquel día.
Pero la "buena", la "de siempre", seguía sin aparecer hasta el pasado 15 de diciembre. "Yo no lo he podido usar durante mi periodo como alcalde, pero será utilizado por Juan Francisco con el respeto que se merece", subraya Sergio Rodríguez Tauste quien renunció al cargo a mediado de octubre por razones personales. Su prioridad como primer edil fue mejorar la situación económica y hacer de Orcera un buen pueblo. Licenciado en Historia, Sergio Rodríguez Tauste reconoce que la misteriosa desaparición de la vara solo fue "una muestra más del nivel al que llegó la política orcereña entre 2007 a 2011". "Desde hoy estará en el sitio que se merece como símbolo del Ayuntamiento de Orcera", sentencia. Un final feliz para el curioso caso del bastón de mando del alcalde que, a partir de ahora podrá disfrutar como se merece Juan Francisco Fernández.
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