
EL ESPÍRITU DE LAS BATALLAS SEIS AÑOS DESPUÉS
Se cumplen seis años desde que el sector olivarero se unió para reclamar precios justos a través de unas movilizaciones que se sucedieron por todo el país. ¿Qué ha cambiado? Le preguntamos a los protagonistas
El "espíritu de las batallas" arrancó en mayo de 2019 con la primera gran concentración en Jaén a las puertas de la Subdelegación del Gobierno. Entonces, el precio del aceite de oliva había bajado de los dos euros. Miles de olivareros protestaron en Sevilla, en Madrid, cortaron carreteras, congregaron respaldos en todos los municipios de la provincia jiennense y activaron cuatro licitaciones de almacenamiento privado. Pero ni con esas, ni con una pandemia que incrementó las ventas, se lograba repuntar el precio hasta cubrir los costes de producción. Les costó años.
El movimiento olivarero marcó un hito en la lucha del sector por precios justos para el aceite de oliva. Surgió ante la crisis de precios en origen, que habían caído un 44% en año y medio, situándose por debajo de los costes de producción. Este movimiento unió a organizaciones como ASAJA, COAG, UPA, Infaoliva y Cooperativas Agro-alimentarias, representando a miles de olivareros, especialmente de Andalucía, donde Jaén concentra el 20% de la producción mundial de aceite de oliva.
El 29 de mayo, unos 5.000 olivareros se concentraron en la Plaza de las Batallas de Jaén, frente a la Subdelegación del Gobierno y la Delegación de la Junta de Andalucía, en la primera gran movilización. Demandaban medidas estructurales como la revisión del sistema de almacenamiento privado (con precios de activación obsoletos desde hace 20 años), autorregulación del mercado, aplicación estricta de la Ley de la Cadena Alimentaria y el fin de prácticas comerciales desleales, como el uso del aceite como producto reclamo en supermercados.
El movimiento continuó con protestas significativas: el 9 de julio en Sevilla, el 10 de octubre en Madrid (con hasta 50.000 participantes según organizadores) y cortes de carreteras en Jaén en enero de 2020. Fue entonces cuando la pandemia retrasó algunas acciones, pero el 7 de agosto se realizó una caravana de vehículos en la Sierra de Segura. Las movilizaciones persistieron en los años siguientes, denunciando pérdidas millonarias (como los 2.800 millones de euros estimados por UPA en 2025) y prácticas especulativas en el mercado.
Cuando se cumplen seis años de este movimiento que unió a todo el sector, Lacontradejaén testea a las organizaciones agrarias, de nuevo en pie de guerra por el descenso de los precios del aceite. ¿Existen paralelismos con aquel momento? Un análisis que coincide en una semana en la que Jaén se ha convertido en epicentro mundial del oro líquido gracias a una nueva edición de la feria Expoliva, que finaliza justo este sábado.
¿Qué ha cambiado en estos seis años? Por aquel entonces, Cristóbal Cano era secretario general de UPA Jaén. En este periodo dio el salto al ámbito autonómico y ahora lidera la organización agraria a nivel nacional. Entre reunión y reunión en Expoliva, recuerda este paso del tiempo.
—Tenemos una situación anómala en los precios en origen que no se basa en ningún dato objetivo para estar donde estamos. Pero yo creo que en seis años hemos aprendido una cuestión muy importante, y especialmente en las dos últimas campañas que fueron malas para todos en cuanto a producción. Y es que el mercado responde a unos precios en origen razonable.
Insiste, como viene haciéndolo desde hace tiempo, en que no sobra aceite, que el consumidor es esta grasa sana y que a unos precios que cubran los costes de producción es perfectamente posible vender todo el aceite que se produce y más.
Conviene recordar que en las últimas diez campañas, de 2013 a 2024, la media de producción ha estado en torno a 1.250.000 toneladas y la de comercialización en 1.400.000. Por lo tanto, los datos avalan que las ventas funcionan, independientemente del volumen de producción que se tenga.
Cuando a Cristóbal Cano se le pregunta sobre qué recuerdos tienes de aquel día la palabra que le viene a la cabeza es "emocionante".
—Fue emocionante ver la Plaza de la Batalla llena hasta la bandera, tener a miles de olivareros clamando por los precios justos, esa revuelta que al final se extendió con el tiempo a prácticamente todo el país.
Efectivamente, así fue. El movimiento de protesta que nació a las puertas de la Subdelegación del Gobierno de Jaén despertó un sentimiento reivindicativo de todo un sector y de un país. A ojos de Cristóbal Cano, debe de seguir vigente porque la situación no es mucho mejor, pese a los vaivenes.
Para Juan Luis Ávila, secretario general de COAG Jaén, esa oleada reivindicativa que nació en la capital mundial del aceite de oliva le genera un sentimiento de responsabilidad. Mientras pasea por Expoliva y responde a la entrevista de Lacontradejaén lanza una mirada de reflexión. ¿Qué ha pasado en estos seis años?
—Básicamente estamos en el punto de partida.
Juan Luis Ávila aplaude nuevas herramientas que se consiguieron a raíz de las movilizaciones como son los mecanismos de autorregulación, una opción para mantener la estabilidad y tener unos precios estables. Nació la ley de la cadena alimentaria pero, a su modo de ver, "a fecha de hoy no sirve para nada. No descarta que sí sea efectiva en un futuro.
—Lo que sí hemos conseguido es una mayor conciencia en los consumidores a la hora de valorar el esfuerzo que hace el olivarero, de valorar que el aceite de oliva es la base de la dieta mediterránea, que no están jugando con cualquier cosa.
Y es que, a día de hoy, el olivarero es probablemente uno de los sectores agrarios más visibles a nivel nacional. Algo tendría que ver todo aquello, y las organizaciones agrarias. Por si algo se demostró aquel 2019 es que el sector podía estar unido, junto con las cooperativas también.
—La situación no tiene nada que ver porque por aquel entonces estábamos negociando la nueva PAC.
El gerente y portavoz de Asaja Jaén, Luis Carlos Valero, asegura que el tiempo les dio la razón y se confirmó que la Política Agraria Común rubricada entonces confirma "la pérdida en millones de euros que va a sufrir el olivar de Jaén por aquella negociación".
—Desde entonces, han venido sequías, precios altos a pesar de ello, y ahora estamos en precios bajos. Así que puede ser que otra vez tengamos que recuperar el espíritu de la batalla porque a este nivel de precios, el 80% del olivar de la provincia de Jaén no es rentable.
En mayo de 2025, con motivo del sexto aniversario, el movimiento perfectamente podría seguir vigente, porque los precios en origen han vuelto a caer (3,22 euros el kilo). El sector continúa exigiendo medidas como la activación del almacenamiento obligatorio, mayor transparencia en la formación de precios y apoyo al olivar tradicional, clave para la economía y el medio rural.
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