El eterno equilibrista
La sombra de la corrupción se proyecta sobre José Enrique Fernández de Moya, quien afronta los momentos más duros de su controvertida carrera política
José Enrique Fernández de Moya (Jaén, 1969) ha sido la principal figura del Partido Popular de Jaén en los últimos lustros. Ha ocupado prácticamente todos los sillones de la calle San Clemente, desde que ingresó en el partido, en 1991, a través de Nuevas Generaciones, y hasta su ascensión al Ministerio de Hacienda de la mano de su gran valedor, el también jiennense Cristóbal Montoro. Hombre disciplinado, obediente, cumplidor y de fuertes convicciones morales, Fernández de Moya no ha tenido una carrera política fácil. Ha tragado sapos y culebras para ganarse el respeto de los suyos, pero también ha liderado contubernios, que le han granjeado un buen número de enemigos. Miguel Moreno, alcalde de Porcuna y líder de la corriente crítica -hoy fuera del partido-, no dudó en culparse de "romper" el PP de Jaén y de ser el autor intelectual del "fraude" del pasado congreso provincial, después de quedarse fuera de la lucha por la reelección debido a su incompatibilidad para mantener la responsabilidad de presidente y la de secretario de Estado de Hacienda.
Fue un golpe muy duro para Fernández de Moya, quien no lo asumió, precisamente, con deportividad. De hecho, en la reunión en la que eligió a su sucesor, el alcalde de Santisteban del Puerto, Juan Diego Requena, se escucharon conversaciones subidas de tono e, incluso, algún que otro insulto. Uno de los que se marchó pegando un portazo fue su número 2 y lugarteniente hasta entonces, Miguel Ángel García Anguita, quien, al día siguiente, se pasó al bando de los críticos, con algún que otro recadito al que había sido su 'jefe' durante tantos años y al que liberaba de muchos marrones. No ha sido la única rebelión dentro del partido. Cada congreso suponía para Fernández de Moya un dolor de cabeza con alcaldes, exalcaldes o concejales enojados por no incluirlos en alguna lista o, simplemente, porque no le caían bien. Sin embargo, siempre salía a flote, gracias a sus buenas relaciones con la cúpula de Génova, donde ha estado muy bien valorado, más que en el PP andaluz, sobre todo, tras la llegada de Juan Manuel Moreno Bonilla a la Presidencia.
Doctor en Derecho y profesor titular de Derecho Financiero en la Universidad de Jaén, Fernández de Moya tuvo en Gaspar Zarrías a su alter ego. Lo 'odiaba', pero, al mismo tiempo, sentía admiración por la manera en la que llevaba el Partido Socialista, con mano de hierro y sin fisuras. En cierto modo, alcanzó ese cénit en su propia formación, en la que pocos se atrevían hacerle sombra, conscientes de que era su tumba política. Es más, dicen que sigue siendo el que "manda" en la calle San Clemente. Casado y con un hijo, el actual secretario de Estado ha sido parlamentario andaluz, portavoz de Economía en esa Cámara y senador en las elecciones de 2011, donde fue portavoz de Economía y Hacienda y portavoz adjunto del grupo parlamentario popular. Ese mismo año, fue elegido alcalde de su ciudad natal, con una histórica mayoría absoluta, 16 de los 27 concejales de la Corporación Municipal. Pero, Fernández de Moya vio la Alcaldía como un paso previo y obligado antes de su proyección nacional. Nunca se sintió cómodo con el bastón de mando. Incluso, le costaba acudir a actos municipales. Para él, su sitio estaba en Madrid, en el Congreso de los Diputados y lo más cerca posible de una cartera ministerial.
De 2011 a 2015, el Partido Popular fue un auténtico rodillo en el Ayuntamiento. Hacía y deshacía a su antojo. La oposición se sentía 'ninguneada' en la mayoría de los plenos y su única fuerza era acudir a los medios de comunicación para denunciar determinadas operaciones supuestamente irregulares. Por una de ellas, deberá comparecer, el próximo 5 de junio, ante el Juzgado de Instrucción Número 2 de Jaén como investigado (figura conocida antes como imputado) por posibles delitos de prevaricación administrativa continuada, falsedad en documento mercantil, malversación de caudales públicos continuado y cohecho y tráfico de influencias durante su etapa como alcalde, según adelantó ayer Radio Jaén. Según el informe de las diligencias previas del caso, que cita la Cadena Ser, el exalcalde "ordenó personalmente en contra de los informes y reparos de ilegalidad del interventor del consistorio jiennense, distintos pagos a la empresa Matinsreg, encargada del mantenimiento de las fuentes ornamentales de la capital".
REELECCIÓN Y SOBRESUELDOS
En 2015, aceptó, otra vez de mala gana, presentarse a la reelección como alcalde. Lo avaló el propio Cristóbal Montoro, a la espera de las Generales. Fernández de Moya logró que la lista del PP fuera más votada en las elecciones municipales, pero con mucho menos apoyo, solo 12 concejales. Fue investido gracias a los votos en blanco de los tres ediles de Ciudadanos, ahora fuera del partido naranja, una de ellas en Vox. Las claves de ese mandato se basaron en la continuidad, la austeridad y la gestión de la "ruina" de un Ayuntamiento con una deuda que no paraba de engordar hasta alcanzar los 550 millones de euros, en el momento de su marcha.
En 2013, el mismo día en que el Ayuntamiento de Jaén anunciaba cómo sería la revisión del plan de ajuste para recibir 36 millones de euros a cargo al tercer plan de pago a proveedores, José Enrique Fernández de Moya admitía que había cobrado sobresueldos del PP entre 1999 y 2007. Es decir, que había recibido retribuciones como cargo público al tiempo que otras por "representación, dietas, locomoción y asistencia a actos de partido", aunque se justificaba asegurando que eran unos ingresos que están "declarados y fiscalizados".
Las administraciones gobernadas por el PSOE, la Junta de Andalucía y la Diputación de Jaén, fueron objeto de ataque constante por parte del alcalde que "nunca se subiría al tranvía". Criticaba sin piedad a la presidenta del Gobierno regional, Susana Díaz, a la que bombardeó con cartas en las que le pedía una reunión bilateral. "Es una situación inédita que no se reciba a un alcalde andaluz. Los regidores de la provincia le hemos enviado más de 70 cartas sin respuesta ninguna”, dijo en una ocasión Fernández de Moya.
SALIDA DE LA ALCALDÍA
"Es un hombre de convicciones, íntegro, que ha sabido hacer de la gestión eficaz su forma de estar en política", dijo María Dolores de Cospedal, entonces secretaria general del PP, durante un acto en la capital jiennense, en la que destacó la carrera dentro del partido del que para ella ha sido un "gran alcalde de Jaén". "Le agradezco el paso, porque no es fácil", comentó, mientras anunciaba públicamente su confianza en Javier Márquez como sucesor. Corría noviembre de 2015. La salida de Fernández de Moya no fue sorpresa alguna. "Tan largamente anunciada, rumoreada" que "no ha convulsionado que digamos el panorama político y social de la ciudad", decía en rueda de prensa el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Manuel Fernández Palomino. "Algo que en otra situación podría ser objetivamente criticable, como una espantada de la Alcaldía apenas unos meses después de asegurar en campaña que se iba a quedar, pasa sin pena ni gloria ante la certeza de esa misma base social de que Jaén no iba a ninguna parte con Fernández de Moya", señalaba que "lo que más les afectaba de esta salida es que el Fernández de Moya que sale de alcalde es el mismo que el PP ha puesto de cabeza en la candidatura a las generales que tan importantes van a ser para la ciudadanía de la capital y del país".
"MI PATRIMONIO ES MI HONESTIDAD"
"Mi patrimonio es mi honestidad, mi patrimonio es mi integridad personal y esta no la va a destruir nadie". Estas son las palabras del secretario de Estado de Hacienda dijo nada más conocer, por los medios de comunicación, que tendrá que declarar como investigado el próximo 5 de junio en el Juzgado de Instrucción Número 2 de Jaén por delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos y falsedad, sobre hechos ocurridos cuando era alcalde de Jaén. "No sé de lo que se me acusa, no sé aquello que puede ser o no presuntamente imputable. Lo único que es evidente, imagino, es que como cualquier ciudadano español tengo también derecho a defenderme", insistió José Enrique Fernández de Moya, tras ser abordado por los periodistas en un acto en Adra (Almería), en las jornadas 'EDUSI: Avanzando hacia el Desarrollo Urbano Sostenible'.
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