
EL LINCE MIRA AL FUTURO
Andalucía consolida la recuperación del lince ibérico y encara una nueva fase en la que la conectividad entre poblaciones, los avances científicos y la cría en cautividad, con Jaén en un papel clave
Hace apenas dos décadas, el lince ibérico estuvo cerca de desaparecer. En aquel momento solo quedaban 94 ejemplares supervivientes, la mayoría aislados en pequeños núcleos de Andalucía. En 2024, hizo historia y dejó de ser una especie en peligro de extinción. En aquel momento, se contaba con más de 271 ejemplares en la zona de Andújar-Cardeña, y el animal pasa a estar catalogado como vulnerable.
Hoy la situación es radicalmente distinta. Según los últimos datos difundidos por la Junta, se contabilizan 836 ejemplares en Andalucía dentro de un total de 2.401 linces en la Península Ibérica, cifras que duplican los registros de 2019 y que reflejan un cambio histórico en el destino de la especie. La Sierra Morena Oriental, principalmente en la provincia de Jaén cuenta con 585, de los que 123 son hembras reproductoras y 174 cachorros. Esta cifra supone el 24,36% del total que existen en España.
La consejera andaluza de Sostenibilidad, Catalina García, subraya un dato especialmente significativo. Y es que todos los linces que viven hoy en España y Portugal descienden de las 75 hembras andaluzas que resistieron en los peores momentos, lo que evidencia el papel decisivo de la comunidad autónoma como núcleo originario de la recuperación.
La Junta de Andalucía destaca la implicación de propietarios de fincas, entidades conservacionistas, agricultores, sociedades de cazadores, universidades, empresas privadas y profesionales del campo como pieza imprescindible en este proceso. Ese apoyo también se percibe en el territorio, con la expansión del lince hacia nuevas áreas andaluzas como Sierra Arana, Sierra María–Los Vélez o la comarca de Cabra, donde se ha marcado a la hembra adulta Igabrum para estudiar la conectividad entre zonas consolidadas y territorios emergentes. También se han registrado nacimientos de cachorros en estas nuevas áreas, lo que refuerza el potencial expansivo de la especie en Andalucía.

EL PAPEL ESTRATEGICO DE ANDALUCÍA Y JAÉN
Uno de los pilares actuales de la recuperación del lince es el proyecto europeo LIFE LynxConnect, dirigido por Francisco Javier Salcedo, coordinador del Plan de Recuperación del Lince Ibérico en Andalucía. Su propósito es reforzar la conectividad entre poblaciones para garantizar la recuperación a largo plazo y hacerlas más resilientes desde el punto de vista demográfico y genético. "Una población conectada es mucho más fuerte que varias aisladas", resume Salcedo.
Este proyecto reúne a 22 socios de España y Portugal, entre administraciones públicas, ONG, entidades científicas, organizaciones del sector cinegético y empresas privadas, con un papel central de Andalucía no solo por ser el territorio donde sobrevivieron las últimas poblaciones, sino porque alberga infraestructuras fundamentales en la estrategia de conservación. Entre ellas destaca el centro de cría de La Olivilla, en la provincia de Jaén, operativo desde 2007, que forma parte de la red de instalaciones esenciales para la cría y coordinación del programa.
El proyecto ha contado, además, con la implicación de municipios y territorios rurales. Buen ejemplo de ello son Alcolea del Río y Villanueva del Río y Minas, en la provincia de Sevilla. En Alcolea se contabilizan entre siete y ocho ejemplares tras su detección en 2021, con una alta aceptación social y participación de sociedades de caza en jornadas de sensibilización. En Villanueva del Río y Minas se registran más de una veintena de linces adultos, además de crías nacidas en los últimos años, con el lince consolidado como un elemento de equilibrio ecológico y valor añadido para el municipio.
Entre los desafíos señalados por el proyecto se encuentran la creación de nuevas poblaciones, la mitigación del impacto de infraestructuras viarias y la necesidad de mantener el esfuerzo humano y económico. El gran objetivo de futuro pasa por alcanzar 1.100 hembras reproductoras, frente a las aproximadamente 500 actuales, lo que permitiría consolidar un estado de conservación favorable.
AVANCES CIÉNTIFICOS SIN PRECEDENTES

De manera paralela al trabajo en el territorio, la ciencia ha abierto una nueva vía determinante para reforzar la variabilidad genética. Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC y de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid han logrado por primera vez producir embriones de lince ibérico en laboratorio a partir de células reproductoras de hembras fallecidas —en su mayoría en accidentes— y espermatozoides criopreservados en el biobanco de la especie. Este avance, publicado en la revista Theriogenology Wild, permite conservar el potencial reproductivo de animales que nunca pudieron reproducirse en vida, lo que puede resultar clave para mantener la diversidad genética.
Las muestras proceden de centros de cría en cautividad de España y Portugal y de centros de recuperación de fauna, en coordinación con comunidades autónomas como Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, además del Ministerio para la Transición Ecológica. Los embriones obtenidos se encuentran actualmente criopreservados, aunque los investigadores subrayan que aún queda trabajo por hacer, incluyendo el desarrollo de técnicas que permitan transferir estos embriones a hembras receptoras.
Al mismo tiempo, el Programa de Conservación Ex Situ del Lince Ibérico ha alcanzado en 2025 uno de sus hitos más relevantes: el nacimiento de 62 cachorros en la red de centros de cría de España y Portugal —entre ellos La Olivilla (Jaén), junto a El Acebuche (Huelva), Silves (Portugal), Zarza de Granadilla (Cáceres) y el Zoo de Jerez—, de los que 48 han sobrevivido hasta la fecha, la cifra más alta registrada en las últimas temporadas. Desde el inicio del programa se han registrado 835 nacimientos en cautividad, 640 supervivencias y 424 ejemplares liberados en España y Portugal.
En 2025 se formaron 32 parejas, que dieron lugar a 25 gestaciones completas, con nacimientos entre finales de febrero y principios de mayo. Nueve de los cachorros permanecerán en cautividad para reposición de reproductores, mientras que, si se confirma la aptitud clínica y comportamental de los 39 restantes, podrán ser liberados en 2026 para reforzar poblaciones silvestres.
Los responsables del programa señalan que los resultados de 2025 contrastan positivamente con los de 2023 y 2024, tanto en número de nacimientos como en supervivencia, y destacan la planificación de futuro que incluye la previsión de conformar nuevas parejas reproductoras atendiendo a criterios genéticos y necesidades de reintroducción.
LA IMAGEN INÉDITA
Ese contexto de crecimiento ha dejado también episodios simbólicos. Entre ellos, la captura de la primera imagen documentada de un lince ibérico de pelaje blanco, fotografiado en la provincia de Jaén. Aunque la ubicación no ha sido detallada para proteger al animal, especialistas han destacado la relevancia del hallazgo y el interés científico que puede aportar en futuros estudios, a la espera de nuevos datos de los censos anuales.
Ángel Hidalgo, aficionado a la fotografía de 29 años, fue el que compartió en redes sociales un hallazgo de magnitud.
"Cuando lo vi con su pelaje de invierno blanco como la nieve me quedé paralizado", narra el joven acerca del hallazgo. También le impresionó "los ojos penetrantes del felino". "No podía creer lo que estaba viendo", dice acerca de un encuentro que se produjo el 22 de octubre. El lugar donde halló al felino se mantiene en secreto por seguridad.
Fue al revisar una de sus cámaras cuando tomó conciencia de lo que había logrado. "Me sentí muy afortunado de presenciar este momento, de poder ver a este gran lince en su hábitat natural", relata.
El lince ibérico 'blanco' presenta una modificación genética por una pigmentación reducida. La característica de leucismo se observa como manchas de decoloración, según detalla National Geographic, que ha hablado con el fotógrafo, un amante de la naturaleza que da cuenta de su pasión a través de redes como Instagram.

Así, lo que hace apenas veinte años parecía una cuenta atrás irreversible es hoy una realidad en movimiento, fruto de proyectos sostenidos, del trabajo técnico y científico, del respaldo institucional, de la implicación directa de los territorios y —muy especialmente— del papel decisivo de Andalucía. En ese camino, Jaén ocupa un lugar estratégico, tanto por su peso en la red de cría como por su presencia en la planificación del futuro del lince ibérico.
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