El motorista de Santiago Pontones que ayuda en África
El serrano Gustavo Jiménez Nieto regresa puntualmente a España antes de continuar con su proyecto solidario en países de África
Ha sido un problema informático el que ha apeado momentáneamente a Gustavo Jiménez Nieto, vecino de El Patronato (Santiago Pontones) de 42 años, del proyecto solidario en tierras africanas que inició en octubre de 2017. "El ordenador es un herramienta imprescindible para lo que hago: reportajes en vídeo, crónicas y fotografías. Volveré a África el próximo día 11 de enero", señala en conversación con este diario. El serrano ya ha recorrido en moto unos 7.000 kilómetros por países como Marruecos, Mauritania, Senegal y Mali.
Un viaje solidario, el título del proyecto, promueve la ayuda directa que desconfía de ciertas oenegés grandes. "Muchas de ellas se aprovechan de la buena voluntad de la gente que dona para inflar los fines lucrativos de los creadores", apunta. "En Dakar hay directores que viven en casas de 5.000 euros al mes", ejemplifica.
SANIDAD Y EDUCACIÓN, PRINCIPALES NECESIDADES
El viaje en moto lo ha llevado a conocer las principales necesidades de los países africanos. "La más urgente es la sanidad. Hay problemas endémicos, como la malaria. La gente muere porque no tiene los siete euros que hacen falta para pagar los medicamentos", revela. Él mismo se vio afectado, y la cosa acabó bien gracias a que sí tenía el dinero para comprar la medicina. Diarrea, fiebres y vómitos acaban en tragedia si no son tratados.
Otro de los asuntos que más despiertan su interés es la falta de educación en todos lo ámbitos, desde la más básica, relacionada con la lectura y la escritura, hasta la sexual. "Esta última propicia que haya tantas menores de 14 ó 16 años embarazadas", narra.
EL VIAJE Y LA FINANCIACIÓN
Gustavo Jiménez admite que no hay billete de vuelta en este viaje. Que quiere seguir y crecer con él. Por eso inició una campaña de mecenazgo que ya le ha dado gratas sorpresas. Dice que se entusiasma cuando alguien le dona 200 euros. "África es muy dispersa, con dificultades de insfraestructuras", cuenta. Amigos y familiares también le ayudan en el desafío que supone tener fondos para aguantar el viaje.
A partir del día 11 le esperan Burkina Faso, Togo y Benín. Tiene previsto hacer reportajes sobre los niños brujos y el tráfico de menores en zonas fronterizas. ¿Por qué todo esto? Quizá por escenas como la siguiente: "Un día llegué a un lugar en el todos los niños salieron corriendo a mi encuentro nada más advertir mi presencia. Creo que yo fui el primer blanco que vieron. Algunos me tocaban la mano y corrían; otros se la limpiaban después de dármela". El viaje del pontonero continuará en breve.
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