El PSOE carga contra el alcalde por la situación de la calle Sedeño

Julio Millán exige a Javier Márquez que vuelvan los obreros para acabar "este despropósito" y lamenta que los barrios acudan a la "autogestión" ante la incapacidad del equipo de Gobierno

El secretario general del PSOE de la capital, Julio Millán, ha querido conocer de primera mano la situación de la calle Sedeño después de que se paralizaran las obras y los vecinos tuvieran que ponerse el mono de trabajo para tapar con arena las arquetas con el fin de evitar que las "ratas invadieran sus viviendas y negocios". El líder de los socialistas jiennenses ha vuelto a cargar contra el alcalde, Javier Márquez, por su "incapacidad" para gestionar las obras que se acometen en la ciudad, al tiempo que le exige que vuelvan los obreros para acabar "este despropósito".

“Esto es lo nunca visto. La incapacidad para atender hasta las cuestiones más sencillas y la falta de planificación en general de este alcalde ha llegado a su límite con lo que estamos viendo en la calle Sedeño. Los vecinos se están haciendo cargo de problemas que incluso les ha provocado el ayuntamiento, como las obras de esta calle, que han pasado de ser una buena noticia a convertirse en una pesadilla”, ha dicho Julio Millán, antes de añadir: “Márquez ha conseguido que los vecinos se autogestionen los problemas de los barrios, que sean barrenderos, albañiles o jardineros”, señala.

El responsable de los socialistas no entiende “qué le ha hecho la gente de este barrio al alcalde para que les castigue con una plaga de ratas y les condene a vivir entre escombros durante semanas”. En este sentido, dice entender la preocupación de los residentes. No en vano, además de las ratas, muchas de las 37 arquetas del saneamiento que se han levantado desprenden mal olor en pleno verano, hay cocheras que no se pueden utilizar porque las zanjas impiden la salida y la entrada de vehículos.

Del mismo modo el supermercado, uno de los pocos establecimientos de este tipo en los alrededores, ha acusado la reducción de clientes y la logística diaria (camiones que han de descargar y circular por una calle estrecha con zanjas) se hace complicada. “Es un barrio con gente muy mayor, que no quiere pasar por esta calle por miedo a las caídas y quienes venían con más frecuencia a comprar aquí prefieren ir a otro sitio el tiempo que duren las obras que visto lo visto, se alargan sine die”, dice Millán.

El secretario general del PSOE reprocha al alcalde que haya quitado a los trabajadores de las obras de esta calle para llevarlos a otro lugar. “No se puede desvestir a un santo para vestir a otro. Habría sido mejor esperar a que acabasen lo que hacían en otro lado antes de abrirles la calle y dejarlos colgados. Pero claro, parece que en el vocabulario del PP no entra hacer las cosas en condiciones”, dice.

El Grupo Municipal Socialista, que fue el primero en dar la voz de alarma ante la queja de los vecinos con el parón de las obras en la calle, registró un escrito solicitando conocer las razones de esta parálisis y exigir que se reanudasen los trabajos, un escrito que no ha tenido respuesta del PP. El barrio afronta la semana que viene sus fiestas con la calle aún desmantelada.