"En Jaén se puede hacer. Hay ganas"
Fulgencio Meseguer Galán (Jerez de la Frontera, 1965) viene de fuera pero es un jiennense más. Trasladó su empresa a Jaén y Software DELSOL se ha convertido en una marca en la fabricación de software de gestión orientado especialmente a la pequeña y mediana empresa. Obsesionado con la creación de empleo, ahora coge las riendas de la Asociación cultural de empresarios y profesionales de Jaén PROA. Lo hace con una idea en mente: en Jaén se puede hacer. Fiel convencido de las posibilidades de esta provincia, nos desvela algunas de las estrategias que el colectivo y él mismo quieren poner en marcha para mejorar las infraestructuras, la proyección de Jaén en el exterior y, a la postre, crear puestos de trabajo.
—¿Cómo y por qué surgió la idea de hacerse empresario?
—Realmente surgió en 1987, hace 31 años y fue un emprendimiento de supervivencia. Tenía que buscar un empleo y decidí autoemplearme. Junto a un amigo mío hicimos una sociedad pequeña, una empresa de informática, que fue el antecedente a Software DELSOL, que surgió cinco o seis años después.
—Estos primeros pasos fueron en Jerez. ¿Cómo llega a Jaén?
—Efectivamente, se creó en Jerez. Un cliente mío era de Jaén, fue cuando conocía a mi mujer en aquel entonces. Mi negocio me lo podía traer aquí, pero no a la inversa, así que se decidió trasladarnos a Jaén. La empresa era muy incipiente y se pudo hacer el cambio de sede sin ningún tipo de problema.
—Lleva ya muchos años en Jaén y ahora coge las riendas de la Asociación cultural de empresarios y profesionales de Jaén PROA, que parece que se había quedado algo estancada. ¿Cómo afronta este reto?
—Va a ser un arranque con mucha intensidad. Se ha creado una hoja de ruta para 2018 y 2019 y afronto este reto con mucha ilusión. Lo cierto es que hay muchas cosas que hacer y es ilusionante. Jaén necesita que se le aporte y que se le apriete en muchos sentidos. Creo que desde la asociación y en el ámbito que representamos se puede hacer algo. Yo pertenezco a PROA desde hace dos años y medio y quizá se pueda pensar que han confiado en mí por el volumen de mi empresa o lo que puedo llegar a representar en la sociedad. Pero me parece que han confiado en mí porque soy una persona muy activa, que se mueve, que exige y que no espera, que reacciona.
—Me ha quitado la siguiente pregunta.
—Soy muy de analizar la información y ser generoso, en el sentido de que me gusta aportar algo a la sociedad en la que vivo. Jaén ya es mi tierra desde hace 25 años y veo que me mueve eso, me gusta aportar.
—Los socios de PROA son de reconocida trayectoria y conocedores de la realidad jiennense. ¿Qué sensaciones se transmiten? ¿Jaén está tan mal como puede pensar el ciudadano de a pie o como transmitimos en ocasiones los medios de comunicación?
—Tenemos sensaciones agridulces. Somos muy críticos con la situación y somos realistas porque no se puede negar la tasa de paro que tenemos y la falta de industria. También falta potenciar la imagen de Jaén y el olivar en el resto del mundo. Pero no siempre somos pesimistas. A ratos somos optimistas. Jaén vive en una cierta resignación por la idiosincrasia del propio jiennense. Es una provincia un tanto especial y con una forma de ser muy particular. Por ejemplo, tiene una forma de ver su aceite muy especial.
—Pero Jaén es más que olivar y PROA es un ejemplo, un colectivo al que pertenecen empresas de diferentes sectores.
—Es cierto. En PROA hay empresarios de la automoción, de las nuevas tecnologías, de la comunicación, de la ingeniería, construcción... Todo eso existe y es real. Pero debemos reconocer que el producto de Jaén es su olivar y el aceite. ¿Jaén tiene más que olivar? Sí. Se puede hacer mucho en innovación, mucho en cultura, pero el fondo y de lo que sí se podría sacar mayor provecho es de lo que somos, y somos olivar.
—¿Qué propuestas tiene PROA? ¿Qué lineas de trabajo se plantean?
—PROA aglutina a cerca de 800 trabajadores, 35 empresas y cerca de 80 millones de euros de facturación. ¿Qué vamos a intentar? Aumentar la representatividad en la provincia. Actualmente somos 19 socios y vamos a intentar llegar a 30 en un año, de manera que podamos alcanzar los 2.000 trabajadores, aproximadamente. De esta manera, podremos hacer mayor fuerza en las acciones que se ejecuten.
—¿Alguna acción que se pueda adelantar?
—Se ha decidido una hoja de ruta que contempla más de diez acciones muy concretas para ejecutar este año y principios del que viene. Se van a basar en cuatro grandes objetivos. El primero es, justamente, el mencionado anteriormente, el de aumentar esa representatividad de la asociación. El segundo es aportar o intentar reforzar la imagen de Jaén y su olivar en el exterior. No solo en cantidad, sino en calidad. Somos el primer productor en España y en el mundo de aceite y en calidad también. Eso hay que hacerlo ver en el exterior, que no se queden en el círculo de Jaén y cercanos.
—¿Hay que venderse mejor, entonces?
—Exactamente. Ese es un objetivo pero también perseguimos reforzar la visión de necesidad de que llegue a Jaén la Alta Velocidad o la vía de altas prestaciones desde Madrid hasta Jaén. También esforzarnos para que se tenga en cuenta Jaén como opción a la hora de hacer el corredor del Mediterráneo.
—Las infraestructuras siempre han sido uno de nuestros caballos de batalla...
—Estamos en ello, efectivamente. Si bien por autovía hay muchos proyectos que están en marcha y que se acabarán en plazo o cuando sea, lo cierto es que por ferrocarril es un desastre. Bajar de Madrid a Jaén son cerca de cinco horas, que es inadmisible en el caso, por citar un ejemplo, de un ingeniero que aterriza en Barajas y tiene que venir aquí a una industria. Eso es impensable y te hace coger el coche sí o sí. Si de Madrid a Córdoba se tardan dos horas con un AVE y son 400 kilómetros, es inadmisible que para hacer un recorrido de 100 kilómetros menos se tarde dos horas más. En esa línea, tenemos ciertas acciones para hacer reuniones con diputados de Jaén y conseguir que se nos tenga en cuenta y se acabe de invertir.
—Entiendo que van a jugar un doble papel, en el sentido de que irán de la mano de los políticos para lograr ciertos objetivos a la misma vez que harán de acicate para que cumplan con sus compromisos y no caigan en saco roto.
—Es necesario que lo hagamos. Si no se le da visibilidad al problema o a la negación del problema, no se hace nada. Vamos a intentar que la sociedad vea que se está haciendo algo y que se puede conseguir algo. Y siempre con un trasfondo común, el empleo. Si se crean infraestructuras se atraen industrias y se generan puestos de trabajo. Yo soy un obseso del empleo. Si no hay, no hay resultados. Si no llega el empleo a la sociedad, por mucho que se logre aumentar el PIB o los beneficios empresariales, si eso no se traduce en generar empleo se está haciendo poco.
—En esa lucha está pensada la petición de una Inversión Territorial Integrada, que hay quienes piensan que no va a ser la panacea. ¿Qué postura tienen ustedes?
—Inversión hace falta, sea por la ITI o por cualquier otra vía. Si bien Diputación ha invertido mucho en la provincia y hay un esfuerzo por su parte, se nota que el de los ministerios es ínfimo en toda la provincia de Jaén. Venga el dinero por la Junta, por el Gobierno central o por donde sea, la inversión hace falta y siempre vendrá bien.
—Otro de los caballos de batalla que tiene Jaén es la fuga de población, sobre todo joven y con una alta formación. ¿Tienen pensado colaborar con la Universidad de Jaén para evitar esta salida de jóvenes?
—La relación de la asociación con la Universidad es imprescindible. Me parece increíble que se marche una persona a la hora a vivir fuera. Eso es imposible de aceptar. Nuestra hoja de ruta es muy concreta, la visibilidad, el olivar, la infraestructuras y un apartado que no le he comentado que es el turismo. Se trataría de reforzar esa visión de destino que es interesante y que apenas se reconoce. Jaén es la única provincia con dos ciudades Patrimonio de la Humanidad, o con más castillos. Son cosas que no se saben. Hay mucha oportunidad con aceite, gastronomía... Hay mucho que hacer y mucho que comunicar. Hay que poner a Jaén en agencias y mayoristas de turismo y venderla. Parece que no sabemos. Por citar un ejemplo, hace poco se celebró una Feria de los Pueblos y no sé quién se enteró. Si lo sabemos en Jaén está genial, pero se tiene que saber fuera, no solo aquí. Sin olvidar nuestros parques naturales, que tienen un acceso horroroso con un sufrimiento de carretera. Se ha infravalorado el potencial de la provincia en este nivel.
—Se trata, pues, de sacar pecho de Jaén y dejarnos de tanto lamento.
—Es que tenemos muchas realidades buenas a las que se deben dar visibilidad. Hay otros objetivos que se tienen que conseguir como la Alta Velocidad, pero el mayor esfuerzo que haremos será el de comunicar lo que tenemos, sobre todo en campañas digitales donde realmente hay un alcance y atomización muy buena del receptor del mensaje.
—Las redes se han convertido en un gran altavoz que, en ocasiones, no está aprovechado.
—Efectivamente. Con una inversión muy reducida o contenida se puede llegar a conseguir una gran audiencia. Hay herramientas que la gente todavía no se ha enterado que existen y los políticos parece que tampoco se han enterado. Se hace, por ejemplo, mucha inversión en actividades muy presenciales cuando realmente ese coste, si se invierte en redes sociales, alcanzaría una visibilidad increíble.
—Hay empresarios que hoy en día siguen pensando que estar en las redes no les sirve de nada.
—Estoy harto de escucharlo. Hay sectores a los que realmente no les hace falta, como el frutero o el panadero de la esquina, que seguramente no lo necesiten. Pero la gran mayoría de empresas se tiene que digitalizar y por ahí va el mercado. Llevar esa transformación digital que tanto se habla por el mundo a las empresas, y no a las de Madrid, a las de Jaén, de un pequeño pueblo. No tiene un coste de inversión enorme y, sin embargo, puede tener mucha repercusión.
—Cada vez está más sobre la mesa el que las empresas sean comprometidas con la sociedad en la que están implantadas, es decir, que su marca no solo sean ellas sino su camino con el entorno que les rodea.
—Es un camino difícil de recorrer porque implica que la empresa sea generosa y comprometida. El empresario se hace empresario con un objetivo, ganar dinero. Esa es su meta y a partir de ahí se puede establecer otros objetivos al día a día de su gestión, pero lo primero es ganar dinero. A partir de ahí, generar marca, actividades o eventos de responsabilidad social, si se puede es genial. En Software DELSOL podemos y lo hacemos. En PROA, por ejemplo, todas esas horas que se invierten de trabajo son altruistas. No queremos un beneficio, el fin es mejorar la provincia y sobre todo esos indicadores de empleo que hacen polvo.
—Le voy a proponer un ejercicio. Piense que esta entrevista la está viendo y leyendo una multinacional o una empresa de fuera de la provincia de Jaén. ¿Por qué sí debería invertir aquí?
—Mi frase sería: en Jaén se puede hacer. Hay gente y son personas con fidelidad. La gente tiene ganas de trabajar en su tierra. El ciudadano de Jaén es muy de su tierra, no se quiere ir, por lo tanto el empresario va a tener la fidelidad en su equipo seguro. En cuanto a infraestructuras, en autovía está bien, a falta de algunos tramos. También tenemos facilidades de implantación con parques muy buenos en Andújar, Linares o este donde estamos, Geolit. Nos falta llegar a ese señor y convencerlo. Pero se puede hacer y nuestro objetivo es atraer esa inversión.
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