"Mentiría si dijera que no me gustaría vivir de la música"

El pasado 11 de junio, al paso de la Virgen de la Capilla por la Plaza de Santa María, Ana Belén Cabrera Suárez (Jaén, 1989) sorprendió a quienes veían la procesión al arrancarse a cantar el Himno a Jaén y, rápidamente, conquistó los oídos del personal. Hoy, Lacontradejaén se acerca a esta hermosa y lírica voz privilegiada, curtida en los sueños pero dispuesta a arrancarse "donde sea".

—Muchos se quedaron perplejos al escucharla el día de la patrona, pero detrás de esa anécdota debe de haber una trayectoria...

—Llevo cantando desde que nací, prácticamente.

—De la cuna al conservatorio, entonces.

—No, soy autodidacta totalmente. Es verdad que a lo largo de los años, obviamente, en los diferentes sitios en los que he estado o he participado me han enseñado, pero soy autodidacta. 

—¿A qué sitios se refiere, Ana Belén?

—Me he tirado trece años en el Orfeón Santo Reino, de Jaén. Entré muy jovencita, con quince o dieciséis años, y ahí aprendes, aprendes mucho. Cuando yo entré, el director era el catedrático Pedro Jiménez Cavallé, así que algo he tenido que aprender ahí. Y a la vez que estaba en el orfeón, cantaba también en el coro romero que se creó en la Universidad Popular, también unos pocos años, hasta 2011, cuando junto con mi pareja decidí tomar otro camino. 

—¿Qué camino tomaron, pues?

—Decidimos formar nuestro propio coro romero, con el que estuvimos hasta poco después de la pandemia. Luego un dúo con él (que es profesor de guitarra flamenca) y yo, Rumbo al sur. Y junto con un grupo de amigos de Torredonjimeno, participamos también en el grupo Siempre amigos. 

—Coro romero... Pero su voz es lírica, ¿es que no le hace ascos a ningún género?

—Bueno, realmente canto de todo; cuando iba por concursos, yo sola, me enfoqué más hacia el pop; luego, en el orfeón, era soprano lírica y con el coro, canté flamenco. A día de hoy, con mi pareja y con el grupo de Torredonjimeno, lo que hacemos es rumbas, sevillanas... Me gusta cantar de todo, ya digo. 

—¿Se dedica profesionalmente a la música, ha conseguido cumplir ese deseo?

—Soy esteticista, autónoma, a la música me dedico prácticamente solo los fines de semana.

—¿Dejaría de 'hacer las uñas' al personal si la música le permitiera vivir de ella, o ambos oficios son vocacionales?

—La verdad es que los dos me gustan mucho, y esto de la música es bastante complicado, a no ser que pegues un pepinazo y puedas dedicarte a ella. Pero vivir de la música es muy difícil.

—¿Tan difícil como para conseguir desilusionarla a usted?

—Con los años cambia mucho la forma de pensar: cuando yo era jovencilla, estaba pendiente del castin de Operación Triunfo y cosas así, pero ahora lo hago porque me gusta, porque lo disfruto, llevo toda la vida haciéndolo y lo transmito a la gente. Aunque te mentiría si te dijera que no me gustaría vivir de la música.