"Soy de Jaén y confío en que la gente de Jaén me apoyará"
Su voz no es nueva: transita, flamenquísima y mestiza, por las plataformas musicales de más postín, pero Quimera, su primer trabajo de estudio, sí. Tanto, que Blanca Peláez Palomino, "la Almendrita" (Jaén, 1993) todavía no lo tiene siquiera en sus manos. Que nazca o no depende de la generosidad y el buen gusto de quienes alienten ese parto a través de la campaña de crowfunding puesta en marcha por la artista, que se muere de ganas de compartir su disco con el personal.
Una propuesta que esta nieta de poeta y sobrina de cantantes y pintores define como "original" pero "no provocadora", una clara apuesta por la fusión que, a estas alturas, anda impaciente por tocar calle lo mismo que los pasos de palio después de dos Semanas Santas sin procesiones. Con su deje cien por cien Jaén en el habla, la Almendrita apela al apoyo de sus paisanos, que tienen algo más de una semana para y pinchar aquí y efectuar su donación y, de paso, obtener algunas de las recompensas que ofrece.
—Ni los escenarios ni los oídos del público son novedosos para usted, Blanca. Casi una década de estudio y trabajo detrás la avalan, pero no será hasta 2022 cuando sus incondicionales puedan pedirle que les firme la carátula de un disco. ¿Por qué ahora, qué la ha empujado a dar el paso de grabar Quimera, su primer larga duración?
—Bueno, hasta que no me he encontrado un poquito musicalmente; no es lo mismo hacer versiones o colaboraciones con otros músicos que ofrecer tu propio proyecto de álbum de diez canciones. Hay que componerlas, hay que arreglarlas, encontrar el estudio, los músicos... Poquito a poco.
—Y, por lo que se ve, ha encontrado todo eso...
—Sí, totalmente, se ha alineado todo.
—¿Cómo fue ese encuentro, esa alineación?
—A través de la música: hace como tres años o así fui al Vente pá Jerez, el homenaje que se hace todos los años a Miguel Benítez, de Los Delinquentes; su hermano (que ahora es mi mánager) contactó conmigo para que cantara allí, conocí al que hoy es mi letrista y me dijo que le encantaría componer para mí.
—Y vino la pandemia y lo paró todo, ¿no?
—No, no, en plena pandemia se puso en contacto conmigo para ver si quería participar en el proyecto, me dijo que tenía varias canciones escritas y que me iba a pasar las letras, a ver si me gustaban. Ahí empezo todó, hace dos años, en plena pandemia.
—Fructífera su particular pandemia, entonces...
—Total, sí, y esta locura estamos envueltos, ya a puntito de terminarlo.
—Ramón J. Sénder, en su estremecedor Réquiem por un campesino español, asegura que no hay nada más misterioso que un recién nacido. Quimera todavía anda entre líquido amniótico, envuelto en el misterio, en la expectación, pese a los tres temas adelanto ya publicados. ¿Qué encontrará el personal en su propuesta?
—Es un disco fusión totalmente, bastante original, porque bebe de muchas fuentes. Es un proyecto conjunto de varia gente: yo soy la cantante, pero está también el productor, que es el compositor y arreglista, y un letrista, todos de Jerez de la Frontera: la conexión es Jerez, los músicos son de allí, mi compositor también..., menos yo, que soy de Jaén. Hay mucha gente que está compartiendo el proyecto, que forma parte de él.
Habitual en el escenario con El Jose, Chiki Lora, Álvaro Ruiz, Pedro Pastor o Antónimo, entre otros, desde que arribó a Granada hace ya una década, en esta ocasión es la ciudad de las bodegas y los caballos la que capitaliza su trabajo. Ahí está la gente de La Sastrería, las letras de Davile de la Chica y la música de Juan Romero, los cuadros de Paco del Ojo que ilustran cada canción...
—¿Y qué cuenta y qué canta, o al revés, como quiera, en este disco?
—La necesidad de expresarse y de querer contar cosas nuevas. Da la casualidad de que todos hemos bebido de las mismas fuentes, que tenemos los mismos gustos musicales, y al final nos hemos encontrado en el camino.
—Su ascendencia flamenca es evidente, nada más escucharla cantar. ¿Será, pues, un disco apto para cabales, para puristas, o caben todos los oídos?
—Este disco nace desde la libertad de cada músico, de lo que nos gusta realmente. Es original, pero tampoco rompe muchos esquemas. Es un disco de fusión que bebe de muchas fuentes (rock andaluz, latin, pop...), un disco bastante aflamencado, con palos flamencos pero que no llega a romper del todo con la estructura clásica: podemos decir que son más bien canciones con ritmo flamenco. ¡Y con mi voz, que lo aflamenca todo!
—Vamos, que no va usted provocando por la vida, musicalmente hablando.
—No, no.
—¿Por qué ha optado por una campaña de crowfunding para publicar Quimera? ¿Quería involucrar del todo al publico, incluso sentimentalmente, o es que no hay otra forma de sacar para adelante un proyecto tan costoso?
—El mundo del arte es bastante precario, y con el parón del Covid, que ha afectado tanto a los conciertos, es superdifícil afrontar los gastos de un disco por mí misma, sí. Pero tambien quiero involucrar a la gente, es el primer disco mío y quiero que me echen una manita.
—La campaña comenzó hace un mes y, por ahora, la mitad del objetivo ya está cumplida. ¿Confía en que lo que queda de plazo será suficiente para conseguir esos nueve mil euros?
—Yo confío en la gente que tiene ganas de escuchar las canciones, en la gente que está ahí. Entre todos, con el granito de arena que pongan, llegaremos a la otra mitad.
—¿Cómo se está portando Jaén?
—Debería revisarlo, pero creo que sí, que muy bien. Y también gente de Latinoamérica, de Estados Unidos, del norte de España... ¡Estoy muy emocionada!
—¿Qué les diría usted a los jiennenses, a sus paisanos, para que se implicasen en este proyecto, para que el día que Quimera esté en la calle puedan sentirlo un poco suyo?
—Que tengo muchísima ilusión en esta carrera en la que ya llevo un tiempo pero que siento que está comenzando ahora. Confío en que la gente está ahí para poder valorarme y acompañarme en mi crecimiento. Siendo de Jaén, una artista de Jaén, espero que la gente de Jaén se movilice para darme un empujón y que pueda sacar el primer disco, que eso durará toda la vida. Que aporten lo que puedan para que este sueño se pueda hacer realidad. Y si no, que no se preocupen, que si no se alcanza el objetivo se les devolverá la cantidad aportada.
—Está bien saberlo.
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