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"Cuando era niña, el palo de la fregona era mi micrófono"

Por Javier Cano - Febrero 03, 2024
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"Cuando era niña, el palo de la fregona era mi micrófono"
A pie de calle, la cantaora jiennense en plena ejecución de una saeta. Foto cedida por Mari Carmen Mesa.

Le da a la copla, a las rancheras y a cualquier palo flamenco, pero Mari Carmen Mesa Cruz (Jaén, 1968) recibió el flechazo de la saeta hace no muchos años y desde entonces puso su personalísima voz laína al servicio de sus emociones más íntimas. 

Acostumbrada a acaparar la atención a pie de calle o a hombros de un balcón, la cantaora jiennense responde hoy a la primera entrevista de toda su vida y lo hace en las páginas de Lacontradejaén.

—¿De verdad que esta es su primera entrevista, Mari Carmen?

—De verdad que sí; a lo mejor me han parado para preguntarme mi nombre alguna vez cuando he cantado, pero poco más. 

—Cada geografía flamenca tiene su capital: los barrios jerezanos de Santiago y San Miguel, Triana en Sevilla, el gaditano de Santa María... Hay quien dice de Jaén que su epicentro jondo está en la Magdalena. ¿No será usted de...?

—De Jaén y autóctona de La Magdalena. 

—Vamos, que los que lo dicen, dicen bien. ¿Quién la enseñó a cantar (si es que la enseñó alguien)?

—Antonio Molina, desde que yo era muy niña. El palo de la fregona era mi micrófono. Me gustaba su música, más que eso y que sus pulmones, las letras de ese hombre me hacían transportarme a otro mundo. 

—Sería usted una cría...

—Seis años tenía cuando mi madre me puso a fregar.

—¿Siempre tuvo conciencia de sus facultades, de sus cualidades para el cante?

—Si, con eso se nace. En mi casa, cuando había santos y cumpleaños de mi familia, mis padres, mis primos, mi tía Paquita y mi tío Juan hemos cantado fandangos, pero solo eso, en reuniones familiares. 

—Le viene de familia...

—Efectivamente.

—¿Algún profesional en casa, un nombre destacado?

—No, pero mi tía Paquita, con mi tío Juan, sí es verdad que cantaban antes en La Magdalena, cuando cantaban los cantaores en el pique de saeteros al salir la procesión, desde los balcones, con Valderrama y el abuelo de los Maeras.

—¿Nunca pensó en hacerse profesional, en presentarse a un concurso, por ejemplo? 

—Sí, me presenté a Se llama copla, pero Pive Amador me dijo que no tenía voz [ríe]; no pasa nada. Mi vida no estaba destinada para eso, estaba destinada para trabajar para ganar algo de dinero y salir adelante limpiando las casas de las personas. ¡Hasta 2020, que me dieron la grandísima oportunidad de ejercer lo que siempre me ha gustado en la vida!

—Que es...

—De auxiliar de clinica, la Diputación me dio esa gran oportunidad. 

—Y la saeta, Mari Carmen, ¿cuándo llegó a su garganta por vez primera?

—Yo decía que siendo de La Magdalena y habiendo el auge que había allí antes de encerrarse la procesión, no podía irme de este mundo sin cantarle a mis Cristos (aunque El Abuelo, para mí ha sido muy grande, entonces mis Cristos eran los de mi barrio). ¿Qué ocurría?

—Eso, ¿qué sucedía?

—Que la pareja que yo tenía (el padre de mis hijos) no quería que cantase, me cortó las alas en ese sentido.

—Comparte usted ese episodio vital con una grande de la copla como Gracia Montes. Pero siga, continúe...

—Pues eso, que estaba en las filas viendo los pasos y en cuanto empezaba a medio tararear, ya me estaba pegando el codazo. 

—¿Qué pasó, entonces, para que finalmente sí se lanzase a cantar, pese a los codazos?

—Una vez les dije a mis tíos que me dictaran unas letras, y les di mi estilo. Me escuchó Paco Jiménez [Francisco Jiménez Delgado, exdirector de la UPM] y me dijo que habían abierto un curso de cante de saetas y que por qué no me apuntaba. Fui, Vicky Romero [la monitora] no me conocía, pero cuando me escuchó me dijo que cantara una saeta, me corrigió muy poquito y me dio consejos más profesionales. De ahí, me seguí apuntando tres cursos seguidos, más bien para saber que era lo que yo cantaba.

—¿Perdone?

—Es que cuando alguien me decía que cantara un fandango, una bulería o una seguirilla, yo no sabía lo que era. Por eso me metí en el curso de cante flamenco.

—¿Aprendió mucho?

—Muchísimo.

—Pero hay algo que los lectores de esta entrevista seguro que se preguntan, a estas alturas. ¿Si su pareja no le permitía cantar, ¿cómo es que sí pudo usted inscribirse en esos cursos, dar rienda suelta a su voz? usted ese paso? 

—Es que me quedé viuda.

—La paradoja de la muerte y la resurrección...

—Me quedé viuda en 2009 y para la siguiente Semana Santa, una familia de al lado de donde vivo (Peñamefécit, desde el año 95), que me echó un buen capote en su momento, me sacó a ver al Abuelo salir. Me gustó, porque yo siempre lo hice con mi familia, y me fui con ellos. La Plaza de Santa María estaba de bote en bote, y pararon a Jesús donde estaba el Banco de España. Delante de mí había dos o tres filas de personas, y Jesús en lo alto. En un cambio de turno de promitentes, de golpe y porrazo me vi con el "ay, ay" gritándoselo a Jesús. No me pregunte cómo. 

—Fue algo instintivo, una suerte de liberación visceral.

—Entre el bullicio y la emoción, cuando me di cuenta ya estaba cantándole. La gente se apartó como las aguas, y me quedé en el sitio. Esa fue la primera vez que le cante a Jesús. 

—¿Qué se siente en un momento así?

—Era la emocion de volverlo a ver de madrugada, ahí parado a unos metros de mí y yo lanzándole mi saeta. Fue un cúmulo de cosas, no pensé en nada ni en nadie. No veía a nadie ni oía a nadie. Yo estaba con él, fue como si Jesús me dijera: "¡Lánzate, que te quiero oír!". 

—Se lanzó, y ya no ha parado.  

—Efectivamente. 

—¿Y solo la saeta? ¿Ya no le tiran otros palos, otros estilos?

—También canto copla, rancheras y fandangos, todo el que ha estado de fiestuqui conmigo sabe que le doy a cualquier palo. 

—Pero (sea sincera, por favor): le dan la oportunidad de grabar un disco, aunque le ponen como condición que no vuelva a cantar saetas, que se retire de eso. ¿Qué haría usted?

—Hombre, sí, yo cantaría y grabaría un disco, pero nadie me va a evitar que le cante a Jesús mientras yo tenga voz. 

 Mari Carmen Mesa le canta al Abuelo el Viernes Santo de 2023. Foto: Cofradía de Nuestro Padre Jesús.
Mari Carmen Mesa le canta al Abuelo el Viernes Santo de 2023. Foto: Cofradía de Nuestro Padre Jesús.

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