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"No estoy cansado, sigo con la misma fuerza que el primer día"

Por Javier Cano - Mayo 17, 2025
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"No estoy cansado, sigo con la misma fuerza que el primer día"
José Manuel Troyano interviene en el acto de entrega de la medalla. Foto: José Luis Chicharro.

José Manuel Troyano Viedma (Bedmar, 1950) acaba de recibir la medalla de oro de su pueblo tras cincuenta años como cronista oficial, toda una vida como docente y hasta alcalde del municipio en la primera etapa democrática. Satisfecho, agradecido y con ganas de seguir en el tajo investigador, suma un nuevo reconocimiento a su apabullante currículo. 

—Hay que comenzar dándole la enhorabuena, señor Troyano: ¿cómo ha recibido nada más y nada menos que la medalla de oro de su patria chica?

—Siempre que te llegan estas alegrias, y a esta edad, se agradecen mucho.

—Bueno, alegrías como esta no se recogen todos los días, la medalla de oro de su pueblo es punto y aparte...

—Generalmente se la dan a uno cuando ya está muerto, y tiene que ir la familia a recogerla.

—Deje claro que en este caso, de muerto nada.

—No, no, no, vivito y coleando. 

—¿Qué supone este entrañable galardón en su amplia trayectoria?

—Una gran alegría y una gran satisfacción, han reconocido el trabajo que como profesional y como persona he realizado a lo largo de mi vida, sobre todo en los últimos cincuenta años con el cargo de cronista oficial de la villa. 

—¿Llegó usted al cargo, se postuló, o fue el cargo el que lo prefirió?

—Fue como consecuencia de la dimisión del cronista de entonces, que lo era también de la ciudad de Jódar, don Narciso Mesa Fernández; se quedó con Jódar solamente, en el año 74; en el 75 propusieron mi nombre en un pleno para nombrarme, y hasta hoy. 

—Y usted encantado de ejercer ese cargo, que conlleva responsabilidad pero también honor. 

—Claro, es muy satisfactorio por mi condición de licenciado en Historia, hacía solo un año que había terminado la carrera; después, cuando pasaba el tiempo, aumentaban las necesidades de seguir investigando, de conservar lo que teníamos y dar a conocer a los ciudadanos todo lo que hemos podido investigar a lo largo de estos cincuenta años. 

—Cincuenta años, señor Troyano, se dice pronto: ¿contempla la posibilidad de abdicar, de hacerse emérito, o no está cansado del cargo?

—¡Es que es de por vida, es vitalicio y sin emolumento alguno: al Ayuntamiento no le supongo ningún coste y a mí me sirve de hobby y entretenimiento, no estoy cansado en absoluto, sigo con la misma fuerza que el primer día, gracias a Dios". 

—La docencia: ¿su vocación o la única salida que le dejaron sus estudios? 

—Una cosa natural con los estudios que escogí; la única profesión que me quedaba era la docente, pero en mi caso es profesión y vocación, hasta el último día. Me ha dado muchas satisfacciones. 

—¿Cuál ha sido su periplo profesional? ¿Lo alejó mucho de Bedmar su trayectoria docente?

—Empecé ejerciendo en Úbeda, en el instituto San Juan de la Cruz, después en la Escuela de Maestría Industrial y luego en el IES Los Cerros; después, en 1981, me fui a Córdoba, al politécnico Maimónides, y en el 91 a Granada, en el ies ainadamar me jubilé en 2010.

—Nacido en bedmar, comprometido con la historia y la tradición de su pueblo... ¿Nunca se le ha pasado por la cabeza vivir en otra parte, aprovechar el rebufo profesional para escalar puestos en la gran ciudad? ¿O es que jamás se lo han propuesto?

—Bueno, he estado fuera en los lugares que he comentado, pero es que en la primera etapa fui también alcalde, entre el 76 y el 79, por lo cual mantuve una relación permanente hasta el 81 que me fui a Córdoba, por las mañanas a dar clase en Úbeda y por las tardes, a Bedmar a hacerme cargo de los asuntos de la alcaldía. 

—Siempre con billete de vuelta...

—Sí, sí, siempre he mantenido casa en mi pueblo, y tengo mi domicilio fiscal en Bedmar. 

—Querido y respetado entre sus vecinos, José Manuel, ahora que le han dado la medalla de oro lo mismo no puede sacar la basura en pijama o pasear en chándal. 

—La verdad es que la medalla me la han dado enmarcada en un cuadro, no me la puedo poner [ríe] Nada, esto simplemente me obliga a estar en los actos a los que se me invite, seguiré escribiendo y siempre contando con la colaboración del Ayuntamiento, que en estos cincuenta años siempre me ha apoyado. 

—¿Quedan cosas por sacar del tintero, después de medio siglo como historiador oficial bedmarense, o ya está todo escrito?

—Hemos avanzado muchísimo, hemos multiplicado por mil lo que había, pero lo hacemos siempre abriendo puertas, lo que uno ha escrito o investigado siempre tiene resquicios. La historia de nuestros pueblos es fantástica desde el punto de vista social, político e incluso religioso: ¡Nunca para uno!, siempre hay temas nuevos, un documento donde menos te lo esperas, que da pie a otro estudio, pensando en que otras generaciones (cuando ya no estemos aquí) puedan seguir avanzando en el conocimiento de la historia. 

—Enhorabuena otra vez.

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