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"Jesús fue el primer 'storyteller', el primer contador de historias"

Por Javier Cano - Noviembre 11, 2023
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"Jesús fue el primer 'storyteller', el primer contador de historias"
Maryola Nieto firma ejemplares de su libro en la feria madrileña. Foto cedida por Maryola Nieto.

Nada tiene que Luna a través, el primer libro de la escritora iliturgitana Maryola Nieto, con la vida o la obra de Cristo, pero nada de nada. Como mucho, ese afán suyo por hacer que sus historias lleguen al lector con claridad de paso que remueven su conciencia, su manera de estar en el mundo.

Docente en tierras malagueñas, la hija del recordado pintor Manuel Nieto Aldehuela debuta en los estantes con este trabajo de autoayuda que promete una lectura de todo menos indiferente.

—Por sus venas corre óleo y acuarela pero parece que, a usted, el arte le ha puesto una pluma en la mano, no un pincel. 

—Sí, siempre he escrito. A los once años escribí mi primera obra, e incluso en Andújar, en el taller de la Casa de la Cultura, se representó una obra de teatro mía. Siempre me ha gustado escribir. Mi padre también escribía. 

—¿Cuándo y por qué decidió pasar de la intimidad creativa a los escaparates de las librerías?

—Siempre estaba escribiendo, pero con mi trabajo de orientadora era complicado. Poco después de venirme a Marbella, hice el máster de Coaching personal y grupal en la Facultad de Psicología de Málaga (fue muy duro, tenía que alternarlo con el trabajo) y me convertí en 'coach', sentí esa pasión por el desarrollo y el crecimiento personal y decidí aplicar esos conocimientos. ¿Cómo?

—¿Cómo, cómo¿ Cuente...

—A través de la literatura, del 'storytelling'.

—Defina 'storytelling', por favor.

—Es el arte de contar historias y es una de las herramientas del 'coaching' (una forma de desarrollo personal, que acompaña a la persona del lugar donde están al lugar donde quieren llegar  —una meta profesional, la superación de miedos, acabar con las creencias limitantes que nos bloquean...—). Auné mis conocimientos de desarrollo personal y psicología con el 'storytelling', intentando que fueran lo más variadas posible. 

—Y así nació Luna a través. Un título muy poético...

Luna a través es un símil, la vida está llena de obstáculos, como las carreras campo a través, y decidí hacer un libro que supusiera un entrenamiento emocional, para adquirir destreza y habilidad a la hora de gestionar nuestra vida. Pero como nos movemos en el campo de las emociones, cambié el campo por la luna, porque ese entrenamiento viene de la mano de la magia de los relatos, del hechizo de la luna, de la magia de la fantasía. 

—En la portada de su libro aparece la palabra con-mover, así, con guion. ¿Qué quiere expresar Maryola Nieto a través de esa particular deconstrucción del verbo?

—Porque intento conmover (de emocionar) y con-mover (de provocar acción). 

—Su herramienta, como ha dicho líneas arriba, son esos relatos que conforman el libro. ¿Qué tienen de especial, de diferente, para que puedan conseguir el objetivo perseguido?

—Son relatos hechos para ejemplificar cada una de las emociones y los conceptos que trato en cada capítulo. El formato es el relato ('storytelling'), luego vienen las preguntas poderosas (que es un tratamiento del 'coaching', preguntas que te hacen reflexionar sobre la lectura, para que tú te identifiques con ella), y después el desarrollo 'coaching', es decir, la teoría. Pero sin historias no hay aprendizaje, no hay mejor manera de aprender algo que con una historia. 

—Algo así como lo que hacía Jesús con sus parábolas. 

—Totalmente. En mi trabajo de fin de máster yo decía que Jesús había sido el primer 'storyteller', el primer contador de historias; con sus parábolas hacía entender a la gente el dilema moral que a él le convenía que entendieran. Una lectura emotiva, un relato con corazón llega de manera directa. 

 Junto al escritor iliturgitano Juan Vicente Córcoles, en la presentación del libro en Andújar. Foto cedida por Maryola Nieto.
Junto al escritor iliturgitano Juan Vicente Córcoles, en la presentación del libro en Andújar. Foto cedida por Maryola Nieto.

—Un libro como este, planteado como un elemento de ayuda al lector, ¿nace también de una experiencia personal, de una necesidad propia?

—Yo lo necesitaba, a mí me ayudó a sanar, a aceptar, a dejar ir... Yo soy el ejemplo de que cualquiera puede crecer, no he podido separar mi experiencia personal del proceso de creación de este libro. Utilizo muchas palabras japonesas, me parecen preciosas.

—¿Por ejemplo?

—Para mí es muy importante, también, el 'ikigai', el sentido de la vida, tu propósito en la vida. A veces lo perdemos y hay que buscarlo, retomarlo. Para mí, este libro ha sido mi 'ikigai'. Otra palabra japonesa que me gusta mucho es la que da nombre a la técnica del 'kintsugi'. 

—Habla usted ahora de la varias veces centenaria práctica nipona de restaurar piezas rotas con polvo áureo, ¿no?

—Cuando se les rompe una vasija no la tiran, sino que rellenan las grietas con oro o plata. Yo estaba rota, en muchos sentidos, y me negué a ser víctima, me dije: "Me voy a rellenar con lo mejor que pueda". Quería ser una pieza del 'kintsugi'.

—Para leer Luna a través, ¿hay que ser un iniciado en las cuestiones a las que alude, o con saber juntar una letra con otra es suficiente?

—Es para todos los públicos, va directamente al corazón, no tiene género ni edad. Yo trabajo aquí el cambio, la búsqueda de la identidad, la autoestima, la resiliencia, el victimismo, la ira, el amor... ¡Hasta el cambio climático! Hay un capítulo en el que me asesoró Mario Picazo, que es muy amigo mío. 

—Al hilo de este asunto de la audiencia, de los posibles lectores. ¿Qué le dicen, qué le comentan acerca del libro?

—Hay gente que me dice: "Madre mía, cómo he cambiado con tu libro, he dejado una relación tóxica, ahora sé lo que quiero, ya comprendo por qué me pasaba esto o aquello...". Estoy muy contenta. 

—¿Tan satisfecha como para pensar ya en un nuevo título, en una nueva publicación?

—Hay gente que me pide la segunda parte, que trate otras veinticinco emociones o sentimientos. No sé... Tengo también una novela muy bonita, más juvenil. Ya veremos. 

 Portada y marcapáginas del libro.
Portada y marcapáginas del libro.

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