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"Lo primero en mi vida es Dios, y luego todo lo demás"

Por Javier Cano - Abril 23, 2022
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"Lo primero en mi vida es Dios, y luego todo lo demás"
Francisco Heredia, sobre el escenario, acompañado del guitarrista Juan Ballesteros.

Francisco Heredia Hernández (Linares, 1983) lo tiene todo para ser grande en lo suyo: el flamenco. Una voz recia, jondísima, caracolera, de artista de dinastía con ganas de seguir la estela de su padre, el reconocido Joselete de Linares, y sentar cátedra en el arte de los Pavón. Con la agenda copada de actuaciones y una vitrina cada día con menos espacio libre, el cantaor se prepara a conciencia para dejar el pabellón alto en su comparecencia más ambiciosa: el próximo festival minero de La Unión: palabras mayores. 

—Con un libro de familia como el suyo y sus facultades, cualquiera diría que tenía usted más que claro cuál iba a ser su oficio desde pequeño. Sin embargo, hace poco más de seis años que se profesionalizó como artista flamenco; vamos, ayer mismo...

—Sí, sí, en 2015; la verdad es que nunca pensé que iba a dedicarme a cantar flamenco. Cantaba para Dios, en el culto, siempre para Dios. Pero una vez me escuchó mi padre en el móvil, le puse un trozo por soleá y se pensaba que era él el que cantaba. "¡Si soy yo!, le dije, y no se lo creía.

—Hasta que se lo creyó, ¿no?

—Sí, y me dijo que me presentara al Concurso Nacional de Tarantas de Linares, cuando quedaban solo dos meses para hacerlo. Yo le dije que no sabía cantes, que no estaba preparado, pero en esos dos meses ensayé todos los días, me presenté por vez primera y me llevé el segundo premio de cante por tarantas.

—Un debut con premio. ¿Contento, a estas alturas de la película, de haberse decidido por el cante como medio de vida?

—Sí, sí, muy contento. Debí hacerlo mucho antes.

—Vamos, que hace usted balance y le sale positivo, muy positivo, y eso que le ha tocado lidiar el toro de la pandemia. 

-La pandemia no yo, todos los artistas hemos estado muy parados. Hice muy poquitas cosas en pandemia, pero hice algo. La verdad es que nos ha afectado mucho, pero ahora, gracias a Dios, vamos para adelante. 

— Hablando de 'dioses', ya sabe lo que es pisar escenarios junto a deidades del cante como El Pele, Israel Fernández, José de la Tomasa, Esperanza Fernández... 

—Gracias a Dios, sí. 

—Y de la alegría que da tener una agenda más que buena de actuaciones, también.

—Bueno, quedan fechas por confirmar pero sí. Y de cuatro concursos que llevo este año, he ganado dos y estoy en la final de otros dos.

El currículo de Francisco Heredia rebosa de reconocimientos. Ahí están galardones como el 'Sol de oro' de Lorca (Murcia), el de cante de las minas de La Carolina, el alhaurino 'Mirando a la Torre', el 'Aniya la Gitana' de Ronda (Málaga), la 'Volaera Flamenca' de Loja (Granada), el absoluto de los Montes de Íllora (también en tierras granadinas), el ya citado de tarantas de su ciudad natal...

—¿Qué parte de 'culpa' tiene Joselete de Linares, su padre, en esta evolución? ¿Ha aprendido mucho del maestro? 

—Yo estoy aquí gracias a él, que me lleva por el buen camino: "Haz este cante, este remate, no hagas esto...!"; es muy exigente, pero merece la pena.

-¿Pesa el apellido? Y si lo hace, ¿es para bien o para mal?

—Muchas veces voy a cantar y dicen: "Ese es hijo de Joselete". Tienes esa presión, pero también es un orgullo que te conozcan por tu padre, por cómo es.

—Se está curtiendo usted en las peñas, que son escenarios exigentes, y en los premios, que no le van a la zaga. Entre tanta actuación y tanto galardón, ¿qué proyecto le quita el sueño (o le ayuda a soñar) ahora mismo?

—Mi proyecto, ahora mismo, es la semifinal de La Unión; he ganado el concurso de Peñarroya-Pueblonuevo, en Córdoba, y he pasado directamente a la semifinal de este certamen, que es el más importante en cante de las minas. Me estoy preparando bien, haciendo muchos cantes de Levante, quiero intentar ganar y grabar el CD. 

—Está claro que 'entrenador' ya tiene pero, ¿qué 'tabla de ejercicios' sigue para llegar a La Unión en plenitud de posibilidades?

—Me pongo los cascos, en mi habitación, y me dan las cuatro de la mañana escuchando cantes.

—Ese es el camino, ¿no? Beber de las fuentes. 

—Sí, yo escucho a los antiguos, ahí donde me inspiro.

—¿Y entre los antiguos?

—Me gusta mucho Caracol, muero por Caracol, Tomás Pavón... 

—Vuelve usted a hablar de 'dioses', tiene usted a Dios siempre en la boca, Francisco, cuando canta, cuando habla y hasta cuando calla.

—Lo primero en mi vida es Dios, y luego todo lo demás. 

 Heredia, en plena ejecución de un palo.
Heredia, en plena ejecución de un palo.

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