"Queremos celebrar con el público los diez años del grupo"
"El que derriba un puente construye un precipicio", sentencia el poeta Benjamín Prado en un poema de su libro Iceberg. Todo lo contrario que lo que hace Flamencubeando desde que subió por primera vez a los escenarios, aquel diciembre de 2010. Diez años de música de ambos lados del Charco que los Delgado (Fernando, Luis y Luis Jr.) y Curro Pérez quieren compartir con sus incondicionales en el concierto que ofrecerán el sábado dentro de las Noches de Palacio. A tres días del esperado reencuentro con Jaén, el 'patriarca' del grupo repasa estos dos lustros de trayectoria para los lectores de Lacontradejaén.
—Diez años, Luis, con sus alegrías, sus fatigas y hasta su pandemia. Una situación que los ha tenido más callados de lo normal y a la que pondrán fin el próximo 12 de junio en los Baños Árabes.
—Así es, exactamente. La última vez que cantamos juntos fue el 24 de septiembre del año pasado.
—¿Hay ganas?
—Muchas ganas. Es un placer volver a Jaén, poder celebrar aquí nuestro décimo aniversario y volver de nuevo a estar juntos, que es importante para nosotros. Lo primero, por las ganas que tenemos de reencontrarnos con el público. El grupo no es nuestro, es del público, sin ellos no somos nada, somos lo que el público quiere que seamos, ensayamos para ellos, montamos canciones nuevas para el público, sin ellos esto no tendría sentido. Se lo debemos todo y creemos que qué menos que la opción de poder celebrar estos diez años en un concierto con ellos.
—¿Se sienten requeridos por el público?
—Bueno, creemos que sí. Nos gusta estar por aquí cada año o dos años y el año pasado no estuvimos, así que ya tocaba, la gente nos lo pedía, a pesar de las circunstancias en las que estamos, que no lo ponen fácil. Gracias a Dios sabemos que Flamencubeando tiene un buen ramillete de seguidores a los que debemos todo, sin medias tintas. Tenemos que dar las gracias también a la Diputación Provincial de Jaén y en particular al área de Cultura y Deportes, personalizando en su diputado, Ángel Vera, y a todo el equipo de personas que hacen posible Noches de Palacio. Es un honor que hayan contado con nosotros en un cartel plagado de figuras de primera línea.
Mikel Erentxun, Pablo Milanés, Kiko Veneno, Los Secretos o Manu Tenorio son solo algunos de los protagonistas del ciclo que recupera a Flamencubeando para el público jiennense, el sábado, en el Centro Cultural Baños Árabes. Una cita cuyas entradas se pueden adquirir a través de https://megaentradas.com/evento/flamencubeando-noches-de-palacio-2021.
—¿Qué trae Flamencubeando a los Baños Árabes?
—Hay de todo, una parte antológica con un repaso a canciones importantes para nosotros, y un ramillete de novedades, cuatro o cinco, que también vienen cargadas de ensayo cibernético, porque envidentemente poco hemos podido hacer de otra manera. Nos gusta dar lo máximo en Jaén, no venir con las manos vacías, pese a las circunstancias.
—Una década de existencia no son cuatro días, Luis. ¿Qué balance hace usted de la trayectoria del grupo?
—A nivel de grupo ha sido un acierto. Empezó sin querer, no fue una cosa premeditada. Yo venía haciendo una serie de actuaciones con mis hijos Fernando y Luis, y Curro hacía las suyas por su lado. Un día coincidimos en el Darymelia, hicimos un par de cosas juntos prácticamente sin ensayarlas y a partir de ahí...
—Amor a primera vista, un flechazo artístico...
—Luis y Fernando tenían entonces veintiuno y diecinueve años, con lo que eran chavales relativamente jóvenes en una música que para ellos no estaba de moda, aunque la habían escuchado mucho en mi casa. Y Curro, por otra parte, tan camaleónico, pese a no estar en este tipo de música, se adaptó rápido, perfectamente. Fuimos cogiendo marcha, pie de tablas, y la verdad es que cuando nos ponemos a hacer una canción nueva difícilmente "se nos resiste", tenemos muy claro cuál es el camino.
—¿Y cuál es ese camino, ya que lo dice?
—Intentamos no copiar, sino hacer versiones. Es cierto que no tenemos temas propios, pero quien nos conoce sabe que el tiempo no nos da, estamos muy separados (Barcelona, Málaga, Jaén), estamos lejos para ensayar cuando quisiéramos. Venimos haciendo una media de doce a quince conciertos por año, que para nosotros está bien. No podemos hacerlo de otra manera.
—¿Eso de no cantar temas propios es, quizá, la asignatura pendiente de Flamencubeando? ¿Se ven ustedes cantando canciones originales en un futuro no muy lejano?
—No digo que no, porque a nivel particular algún componente del grupo, concretamente Luis y Curro, componen sus cositas, cada uno en su estilo. Cada uno tenemos nuestro estilo propio, aparte del que nos une: Fernando con Charanda y acompañando a cantantes, Curro tiene sus otros grupos, Luis tiene su espacio dentro del tema de música un poco de discoteca, tipo Ibiza... y trabajan todos, menos yo, que ya he dejado de trabajar. Con lo que el tiempo no da para mucho más, pero sí es cierto que lo dejo ahí, tiro el tiro directo para que algún poeta sea capaz de hacernos unos versos para poder ponerles música. Ya digo, esto es un tiro directo.
—Más de uno se sentirá 'herido' por ese tiro.
—Eso espero.
—La palabra pandemia ha aparecido ya en esta entrevista varias veces. ¿Cómo les ha afectado el parón, el confinamiento, la situación sociosanitaria...?
—Bueno, Luis cogió el virus y yo, particularmente, he sufrido en mis carnes el no poder verlo tanto a él como a Fernando; a este último desde septiembre hasta ahora lo habré visto tres o cuatro veces, y a Luis a mediados de mayo. Pero no ha dejado de haber conexión diaria, de hablar de música a diario, de hacer cosas, vídeos en pandemia. Eso nos mantenía unidos, con ilusión y con la esperanza de que todo esto pasara, porque por encima de la música estaba la situación tan grave que se ha vivido, y pretendíamos aliviarla un poco dentro de lo posible.
—Flamencubeando se apuntó rápidamente a lo virtual, ¿cree que una de las 'lecciones' del Covid es la potenciación de nuevas plataformas y las redes sociales para los artistas, o se aferra usted a lo que había antes de la llegada de la pandemia?
—Estoy de acuerdo en que todo evoluciona. Hace diez años, por ejemplo, los medios no estaban como ahora, pensemos un momento en los móviles; los vídeos que nosotros hemos grabado los hemos hecho con el audio y el vídeo del móvil, y luego se han montado en un ordenador. La calidad que daba un móvil hace diez años para cualquier grabación o foto era horrorosa, impensable. Hoy sí es cierto que las nuevas tecnologías abren paso hacia muchas cosas.
—Vamos, que se han puesto las pilas.
—Bueno, ya hay gente que ensaya en tiempo real desde distintos sitios del mundo, aunque nosotros todavía no lo hacemos. Hay que aprovechar esto, evidentemente no es lo mismo, no suena igual, no son las misas sensaciones cuando estamos los cuatro en la habitación de ensayo, nos escuchamos, nos vemos, nos impregnamos el uno del otro en el buen sentido, y si Curro, en un momento dado, da un quejío maravilloso eso nos da vida a todos, y no es lo mismo en internet que a medio metro; pero hay que aprovechar las nuevas tecnologías, está claro.
—Suerte, Luis, y gracias.
Gracias a Lacontradejaén por el apoyo que muestra siempre al arte de Jaén.
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