"El verdadero político sale del movimiento vecinal"
Francisco Jesús Castro Liébanas llega a la cafetería hecho un pincel. Se sienta con una sonrisa en los labios y amablemente se somete a una batería de preguntas sin evadir respuesta alguna. A sus 24 años, es el rostro visible de la Asociación de Vecinos Torre del Concejo, del barrio de San Juan, en pleno corazón del casco histórico de Jaén. Detrás de ese aspecto tímido y vergonzoso se esconde todo un combatiente, capaz de liderar la lucha de sus vecinos y plantarse en el pleno para poner en jaque a más de un político. También lo hemos visto cortando una carretera o empapándose de agua hasta las huesos por la caída de una vivienda o un muro.
Estudiante de Administración de Empresas, Francisco Jesús Castro reivindica el casco antiguo, por el que se emociona y padece. Lo siente como propio y no está dispuesto a arrojar la toalla cuando lo más fácil a su edad es disfrutar de la vida sin más preocupación que hincar los codos y salir los fines de semana con los amigos.
Tiene una conciencia social y solidaria que le impide quedarse al margen de la realidad que le rodea. Le gusta la Semana Santa y sabe bailar bachata y salsa. Dice lo que piensa, aunque sea consciente de que su ímpetu juvenil le puede jugar más de una mala pasada. "De los errores se aprende", sentencia.
—¿Qué hace un chico como usted metido en estos fregados?
—Eso me dice todo el mundo. La gente se sorprende al ver a una persona tan joven al frente de una asociación de vecinos, pero somos nosotros los que debemos tirar del carro, no solo en los colectivos vecinales, sino en muchas más cuestiones. Le pongo el caso de las pensiones, algo que nos afectará a todos el día de mañana. Por desgracia, los jóvenes no se preocupan por este tema. Me gustaría que eso cambiara, y dejar de ser un ejemplo en el movimiento vecinal de Jaén por ser el más joven.
—Quizá sea ese el problema, que no ha habido un cambio generacional en el asociacionismo.
—Principalmente porque no despierta interés. La gente joven prefiere la política, aunque, en mi opinión, es mucho más importante el movimiento asociativo porque es el que está más pegado a la tierra, a las personas.
—Pero usted hace política.
—Evidentemente, pero con la salvedad de que la política defiende los intereses de un partido y una asociación a los vecinos, independientemente de su ideología, a su gente. Ese es el problema que tenemos hoy en día con los políticos, que solo se preocupan de su partido, no de la gente, les haya votado o no, que tiene problemas en su ciudad.
—Y ese ímpetu juvenil, ¿le ha jugado alguna mala pasada?
—Soy una persona impulsiva y claro que me ha jugado malas pasadas, pero no lo lamento. Tomo nota de los errores que haya podido cometer y sigo para adelante.
—Se ha convertido en el azote de los políticos para recuperar el casco antiguo. Ante los hechos, ¿no se ve predicando en el desierto?
—Es lo mínimo que puedo hacer por mis vecinos. Son pocas las peticiones que cumplen, por lo que no podemos cejar en este empeño. Entiendo que el Ayuntamiento está bastante mal económicamente y todo es más complicado, pero hay temas que no se resuelven solo con dinero. El problema es que no quieren. No trabajan lo suficiente para resolver las demandas. Me critican demasiado porque ataco al equipo de Gobierno y al alcalde, del que pido su dimisión, pero lo que pido no es cualquier cosa, no son tonterías. La situación del casco histórico es lamentable. El Ayuntamiento solo mira el PGOU y el Jaén Plaza -centro comercial-, y se olvida de nosotros.
Desarrollar el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) no le cuesta dinero al Ayuntamiento porque corresponde a otras administraciones, como la Junta de Andalucía, que va a incluir un presupuesto para su intervención integral, tal y como se aprobó en el Parlamento autonómico. Lo que debemos analizar es por qué el Ayuntamiento solo se preocupa del PGOU y qué hay detrás de todo esto. Nosotros estamos viendo que algunas viviendas y solares abandonados los están comprando sociedades corporativas que están en paraísos fiscales por 50 euros.
El Ayuntamiento habla, además, de un PGOU para una ciudad que supuestamente necesitará viviendas para unas 60.000 personas. A mí, personalmente, no me salen las cuentas. Lo que veo es que Jaén pierde población, al contrario de lo que piensa el Ayuntamiento, que cree va a seguir creciendo y que va a venir muchísima gente. Ojalá que fuera así, pero sabe perfectamente que no pasará.
—Mi percepción es que necesita más apoyos en su acérrima defensa del casco antiguo. ¿No cree que falta algo más de compromiso por parte de otros colectivos?
—No solo asociaciones, sino los propios vecinos. Por ejemplo, en los cortes de la Circunvalación, estaban realmente los vecinos de la calle Alegría, que, en este caso, eran los afectados, y compañeros de San Vicente Paúl o El Tomillo. La Magdalena no pudo asistir por el horario que elegimos. Pero es una cuestión que va más allá del casco histórico. Es algo que ocurre en el resto de España. Estoy en contacto con otros colectivos y me dicen lo mismo. Falta bastante conciencia social en temas vecinales o para defender las pensiones.
—¿A qué se debe esa apatía de la ciudadanía?
—Realmente no lo sé. Es una pregunta muy complicada de responder. He estado en situaciones, como cuando se vino abajo una casa en la calle Santiago, y vi a vecinos sentados, riéndose y despreocupándose del tema. No querían salir en la tele porque les daba vergüenza. Es algo que nunca entenderé. Lo que me anima es que todo el mundo no es así y mientras haya cuatro o cinco personas que luchen, allí estaré.
—Y tanta dedicación y esfuerzo, debe producir estrés.
—No es para tanto. Tengo una directiva muy apañada. Antonia, José, Juan, Mari Ángeles... hacen todo lo que pueden y más. Siempre me están apoyando. Obviamente, como presidente, siempre se me ve a mí, pero es una labor repartida entre más gente. Por ejemplo, las jornadas sobre mujer que organizamos en el barrio, las llevaron Antonia y Mari Ángeles. El proyecto de arreglo de calles y sobre el APA III, en el que me ayuda un muchacho de la asociación. Realmente, en este caso, lo único que hago es aportar ideas.
—¿Qué van hacer con ese proyecto?
—He hablado con Rafael Cámara -presidente de Iuventa- porque mi idea es hacer una presentación en la Universidad Popular, pero me comentó de hacerlo a través de 'Jaén Genuino', de Viva Jaén. No soy muy partidario de ello, pero si es así, lo importante es que tenga trascendencia porque está causando impacto y mucho interés.
—Pero ese trabajo, ¿no le corresponde a las autoridades?
—Evidentente, pero lo que queremos, al fin y al cabo, es que los vecinos vean la solución. De nuevo, somos las asociaciones las que vamos por delante y hacemos el trabajo de las administraciones.
—¿Le ha tentado algún partido?
—A día de hoy, no. No obstante, si estoy en algún partido es porque coincido en ese pensamiento.
—¿Qué piensa cuando ve a compañeros suyos del movimiento vecinal dar el salto a la política?
—Lo digo ahora y antes, los políticos de partido son lo peor que puede haber. Creo que el verdadero político es el que sale a defender a sus vecinos desde el movimiento vecinal. Está claro que debe dar la cara por su partido, pero antes la dará por los vecinos.
—¿Todos entran por defender a sus vecinos o por otros intereses?
—Eso es algo que se ve con el tiempo. No puedo acusar de algo de lo que no tengo pruebas. Creo que, antes de hablar, hay que darles una oportunidad.
—De su barrio posiblemente salga una candidata. En San Juan son guerreros.
—Me hace gracia porque mucha gente no nos conoce. Siempre se ha entendido que el casco antiguo es La Magdalena, pero, poco a poco, hemos conseguido que entiendan que formamos parte activa de él. Porque el barrio de San Juan no solo son problemas. También hay pintores, cantaores, escritores... Todo no es negativo, a pesar de que tengamos casas en estado ruinoso, solares abandonados o problemas con ciertos vecinos. Y me molesta cuando dicen: "Por ahí no subo solo, vaya que me roben". Pues eso es mentira. Se puede dar el caso, pero como en cualquier otro lugar de la ciudad. A mí me han robado tres veces y ninguna en el barrio. Una de ellas en el Paseo de la Estación.
—¿Llora mucho por su barrio?
—Eso mejor que nadie lo saben mis amigos y mi familia. Lloro por impotencia tanto desde el punto de vista político como de los propios vecinos.
—¿Por qué pide la dimisión del alcalde?
—Es el vicepresidente de la Red Española de Ciudades por el Clima y consiente que se arranquen 19 árboles de una plaza para colocar granito y asfalta las calles con hormigón impreso. No sé cuál es su apuesta por la sostenibilidad y el medio ambiente.
—Tendrá más motivos.
—Por supuesto, pero lo que no puedes es pertenecer a esa red y tener una ciudad con lo pequeña que es Jaén contaminada. Tiene que luchar más para que Jaén sea un ejemplo en la lucha contra el cambio climático. Y él hace todo lo contrario. También podemos hablar de accesibilidad, donde Linares es todo un ejemplo. ¿Por qué permite muchas cosas de las que están pasando?
—¿Cree, por lo tanto, que Jaén necesita un cambio a partir de las próximas elecciones municipales?
—No tengo la misma ideología que el alcalde, pero le di mi voto de confianza porque pensaba que en relación con lo que teníamos antes podía cambiar las cosas. Me he dado cuenta de que es mentira. Cuando llamó a los vecinos del barrio lo que todo el mundo sabe, y que no diera la cara con la calle Alegría y el casco antiguo, me decepcionó mucho.
Puede ser que Jaén necesite un cambio, pero lo que realmente necesita son políticos de verdad, no de partido. Habrá qué ver quién apuesta por ello.
—Lo hemos visto mucho con Antonio Maíllo.
—Me llevo muy bien con él. Lo conocí cuando visitó el barrio y entablamos buena relación. Lo considero un político de verdad, que mira más allá de los intereses de su partido. Me lo demostró cuando estuve con él en el Parlamento de Andalucía. Está haciendo más de lo que puede.
—Al final hemos hablado mucho de polítca.
—La política está en todas partes y también en las asociaciones de vecinos. Aquí lo verdaderamente importante es separar los intereses vecinales de un partido. Yo soy de una formación política, pero eso no quiere decir que tenga que hacer lo que ellos dicen.
FOTOS Y VÍDEO: Esperanza Calzado
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