"Hay preguntas en mi libro que precisan coraje para responderlas"

José Chamorro, linarense de 1981, le ha pedido prestada a Bécquer la anáfora de su Rima XXVII para titular su nuevo libro, Despierta, que subtitula como un ensayo para una vida lúcida. Toda una invitación cotidiana nada menos que a "transformar las conciencias" por parte de este profesor (y un montón de cosas más) que cuenta también con dos libros de poemas en su bibliografía. 

—La última vez que pasó usted por las páginas de este periódico, José (hace casi dos años), muchos lectores se sorprendieron de la espiritualidad de su discurso, de la paz que transmitía con aquellas respuestas suyas a la par que ejerce como terapeuta Gestalt, instructor de yoga, pedagogo, escritor... Su agenda debe de ser de todo menos relajante. 

—[Ríe] Al final, el día a día va concretándose; vivo de mi trabajo en el instituto, básicamente, y es verdad que acompaño a algunas personas a nivel terapéutico, esas son mis mis dos actividades de trabajo, por decirlo así. Lo demás, los ratos de búsqueda de sosiego, la escritura..., forman parte de eso. Por las mañanas, igual que desayuna uno, a mí no me puede faltar mi rato de meditación, por ejemplo, de mirar hacia adentro, desconectar de lo de fuera, y eso va dejando un poso que lo coloca en otro lugar. 

—Vamos, que no necesita un terapeuta, que puede con todo. 

—Todos tenemos nuestros picos de ansiedad, pero uno sabe de qué va el asunto y tiene cierta capacidad de autorregulación. Y el deporte...

 ¿Pero le queda tiempo para sudar voluntariamente?

—Correr por la montaña, que es lo que practico, me ayuda muchísimo no solo a nivel físico, sino también mental. Todos tenemos nuestras dificultades diarias, todos tenemos nuestros límites, y cuando los sobrepasamos en esta sociedad que nos arrastra, uno no es diferente: todos tenemos nuestros puntos flacos. 

—También hace casi dos años, en aquella entrevista, traía usted nuevo libro bajo el brazo, como ahora. 

—El sexto libro, sí: el cuarto ensayo, junto con dos títulos de poesía que hay por ahí intercalados. 

—¿Qué ofrece al lector en su nuevo libro?

—Intento compilar muchos artículos que salieron en prensa en un periodo de diez años, con una primera parte de artículos más cortos, de columnas de opinión y reflexión, y una segunda parte que retomé en pandemia, una reflexión para que la gente se dé cuenta de lo que hay ahí fuera. Cada texto tiene sus preguntas, para intentar que el que lo lea, a la luz de lo que yo cuento relacionado con lo de fuera, pueda mirarse y preguntarse, interpelarse y en la medida de lo posible abrir los ojos, despertar y asumir la responsabilidad que tenemos a mano. Esa es la idea. 

—Lo de que le ha pedido prestado a Bécquer el título es una licencia literaria que, siendo usted poeta, venía que ni pintada. Pero, ¿por qué Despierta? ¿Por qué ese título? Suena a imposición, perdone que se lo diga. 

—Yo te diría que aunque suena un poco imperativo, es una invitación a que las personas se hagan conscientes de la vida que viven y de lo que les rodea, y que asuman la parte de responsabilidad que buenamente puedan. A veces alguien dice: "¡El mundo no cambia!", pero yo digo "y tú, ¿qué haces para que cambie?", y responde: "Es que yo solo...".

—Y usted, ¿qué dice?

—Que si todos dijéramos eso, si el grano que conforma una montaña dijera ¿qué hago aquí?, no habría montaña ninguna. Intento que el lector tenga la posibilidad de frenar del día a día, de este ritmo frenético, y que pueda dedicarse un tiempo a la reflexión y a interrogarse respecto a los diferentes temas que atraviesan los textos del libro.  

—En plena resaca electoral, quizás algún político se convierta en lector suyo, José, ya que habla de frenar, de reflexionar.

—Yo creo que es un libro para todos los públicos, como las películas. La única condición sería saber que te puedes encontrar con algunas preguntas que hay que tener el coraje de pararse a pensarlas. Nada de lo que sucede nos es ajeno, todo nos toca a todos; otra cosa es que, a veces, no queramos mirarlo y prefiramos decir "este no es mi tema". Pero sí, es un libro para cualquiera.

—¿Tiene a mano un ejemplo de esas preguntas, por favor? A estas alturas de la entrevista tiene usted en ascuas al lector (y al entrevistador, que lo sepa).

—A ver, he abierto el libro por una página cualquiera y me encuentro con esta, por ejemplo: "¿Por dónde comenzarías a asumir responsabilidades?"; esta pertenece a un texto que habla del chivo expiatorio, de que siempre estamos buscando gente a la que echarle las culpas. O "¿cómo gestionas tus propias imperfecciones?".

—Uff, esa es buena...

—Es que todos las tenemos. 

—Publicada por el sello San Pablo, esta obra cuenta con prólogo del conocido naturalista Joaquín Araújo; por cierto, quienes ya peinan canas pero conservan la memoria se acordarán de que este señor colaboraba en los programas del desaparecido Félix Rodríguez de la Fuente, todo un mito para los nenes de los 80.

—Yo a Joaquín lo conocía a través de algunas de sus producciones y, sobre todo, lo había leído, porque escribe bellamente, con corazón y cabeza, es una cosa bárbara, rezuman sensibilidad sus palabras, se nota que no es una impostura sino que es su propia vida narrada. Y pensé "estaría bien que sus palabras me acompañaran en este trabajo"; me lancé a hacerle la propuesta y me encontré con la grata sorpresa de estas letras que me dedica al inicio.

—Hace pocos días falleció Antonio Gala, un clásico de la Feria del Libro de Madrid mientras pudo. Y poeta, como usted. En esa misma línea, José Chamorro se pasó el 28-M, el día de las elecciones, entre casetas y firmas. ¿Qué tal se le dio la jornada?

—Justamente, la tarde de las elecciones. Se dio bien, la feria del libro es impresionante, con muchísimo público, y además pillé para la firma un momento en que no llovió. Mucha gente, con inquietud, que se acercó a preguntar por la obra y a que se la dedicara. Y también fue muy agradable poder hablar con los libreros. 

—¿Qué le aporta una experiencia como esa, tan próxima al lector?

—Aporta el tú a tú; a veces nos quedamos en las redes sociales, en una especie de realidad etérea en la que no sabes quién está detrás, y aquí, en la feria, es la cercanía, el contacto, permite que se contagie y nos lleguemos los unos a los otros de una manera diferente, que es supernecesario.

—¿Y a Jaén, capital y provincia? ¿Tiene ya fechas de presentación en su tierra?

—El día 7 de junio estaré en Linares, el 22 en Úbeda y en Santiago de la Espada estaré en julio. Quiero ir a Jaén, a ver si puede ser con el programa Letras Capitales. Nunca he estado en la capital presentando un libro, a ver si en esta ocasión lo consigo. 

—Para terminar, José, y para que los lectores lleguen a esas fechas con ganas de que se lo firme: ¿por qué deberían comprar su libro, leerlo, prestarlo?

—Yo diría que porque puede brindar la oportunidad, hablando con modestia, de abrir los ojos y despertar a una realidad y a la manera que tenemos de vivir; de hacernos conscientes de cómo estamos viviendo para poder, realmente, realizar esos ajustes que a lo mejor son necesarios en esta búsqueda que todos tenemos de la felicidad. Los problemas del mundo no son más que el reflejo de los problemas del alma, y si uno no empieza por uno mismo...