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"No veo por qué la política española moderna tiene que ceñirse a la Guerra Civil, hay que dejarlo ya"

Por Javier Cano - Octubre 06, 2019
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"No veo por qué la política española moderna tiene que ceñirse a la Guerra Civil, hay que dejarlo ya"
El escritor Juan Eslava. Foto: Victoria Iglesias

Prolífico donde los haya y uno de los nombres propios de la literatura española de los últimos años, Juan Eslava Galán (Arjona, 1948) regresará a Jaén el próximo jueves para presentar su último libro, La historia de América contada para escépticos, donde derriba mitos y reconstruye realidades a base de rigor histórico, pedagogía y sabrosas dosis de humor. Sin pelos en la lengua, el premio Planeta 1987 habla para este periódico del Descubrimiento, de la mujer, de los políticos y hasta de Franco, protagonista de su próximo éxito literario no precisamente por el lugar donde acabarán sus huesos.  

—La historia de América contada para escépticos. ¿Quiénes son esos descreídos a los que alude usted en el título de su libro?

—En esta serie que estoy haciendo me dirijo a personas que no acaban de creer lo que normalmente se cuenta de las cosas, las versiones que se suelen dar. Es gente que intenta ser más crítica, indagar más en los temas. 

—¿Sería peregrino calificarlo como un libro didáctico, entonces?

—No, no. Yo intento hacer todos mis libros con un propósito didáctico, divulgar la historia de un modo fácil, atrayente y también con sentido del humor.

—Con las páginas entre las manos, presenta usted mitos como el que rodea a Cristóbal Colón de una forma mucho más humanizada, lejos de cualquier idealización...

—Sí, efectivamente. Hay personajes históricos muy idealizados, y no siempre para bien. Yo intento situarlos en su época, en su mentalidad, no juzgarlos con la mentalidad de ahora, obviamente, y a veces no salen tan beneficiados como los ha beneficiado la historia, caso de Colón, por ejemplo.

—Lo hace usted aun a riesgo de que el personaje pierda su aureola mítica, de despojarlo de todo romanticismo a ojos del lector.

—Siempre hay que buscar la verdad, y si es sobre una persona que murió hace ya cinco siglos, no le vamos a perjudicar mucho. Soy partidario de la verdad, siempre y cuando el lector quiera información sobre el personaje, no solamente del mito. 

—El papel de la mujer en el Descubrimiento, en la colonización, no fue baladí, a tenor del protagonismo que le concede en las páginas de La historia de América para escépticos

—Las mujeres tuvieron mucho que ver en la conquista de América, pero los cronistas de la época son hombres de su tiempo, que dejan a la mujer un poco al margen. Sin embargo, en los documentos aparecen en actitudes tan heroicas como los hombres, soportando todo lo que había que soportar allí, que era muy duro. A mí me gusta hacer la historia desde el punto de vista de quienes la padecen, no solo de los grandes hombres que la hacen, y claro, desde esa óptica no podía dejar al 50 por ciento fuera, y ese porcentaje son las mujeres.

—En otro orden de cosas, declaraciones como las que hizo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, allá por el mes de marzo, en las que pedía al Rey de España que se disculpara por la conquista del Nuevo Continente hace cinco siglos, ¿pueden dar lugar a una reescritura de la historia con el objetivo de divulgarla desde un punto de vista tendencioso?

—En el caso de personalidades como López Obrador, desde luego. Que una persona relevante haga unas declaraciones como esas tiene su importancia, su repercusión en la gente común. Pero a mí me da la impresión de que el presidente mexicano, que evidentemente es un político demagogo, no está convencido de lo que dijo, es una persona suficientemente culta como para estar informado de que lo que aseguró sobre la conquista española no es cierto. Lo que ocurre es que los políticos arriman el ascua a su sardina; algunas veces se equivocan y dicen la verdad, pero eso ocurre raramente.

—La leyenda negra, los escritos de fray Bartolomé de las Casas... ¿Hasta qué punto están detrás de esa mala fama del Descubrimiento de América a manos de los españoles? ¿Todo fue sombra, no hubo luces?

—Bueno, tiene más luces que sombras, o mejor dicho, tiene luces y sombras, hay que partir de esa base. Pero, desde luego, no fue lo que dice la leyenda negra, que parte de un libro de denuncia de fray Bartolomé de las Casas que contiene gran parte de verdad, aunque algo exagerada; lo que ocurre es que, después, los enemigos tradicionales de España (particularmente Inglaterra) inflaron la cosa hasta hacer de nuestra labor colonizadora en América una de las patas de la leyenda negra. Sin embargo, la conquista fue mucho más liviana que la colonización de todos los otros pueblos europeos (ingleses, holandeses, franceses...), como cuento en el libro. 

—¿Y la Inquisición?

—Esa es la otra pata de la leyenda negra. Todos los países han tenido instituciones parecidas, a menudo mucho más sangrientas que la nuestra, pero en fin... Ellos reescriben su historia amablemente y nosotros tenemos que embolsarnos esa leyenda negra, que a veces nosotros mismos, estúpidamente, admitimos.

—¿Quiere decir que uno de los fuertes de España no es su propia propaganda, quizá?

—No, no, no, esa batalla la hemos perdido por completo.

—¿Advierte usted esa debilidad en asuntos como el proceso independentista catalán, por ejemplo?

—Sí, se tergiversa totalmente por parte de los separatistas o independentistas, como los queramos llamar, a sabiendas de que mienten. Pero les da resultado, sobre todo ante la gente que no está bien informada. 

 Juan Eslava Galán, en el cortijo donado al Ayuntamiento de Fuerte del Rey. Foto: Facebook oficial.
Juan Eslava Galán, en el cortijo donado al Ayuntamiento de Fuerte del Rey. Foto: Facebook oficial.

—Hablando de asuntos de rabiosa actualidad, la política manda. ¿Cómo se escribirá la historia al respecto? ¿Qué leerán las generaciones futuras en los libros históricos sobre este momento concreto?

—Cuando tengamos cierta perspectiva, que siempre es necesaria, nos daremos cuenta de que somos una democracia joven e inexperta, de que tanto el pueblo como nuestros dirigentes metemos mucho la pata. El hecho, lamentable pero cierto, es que nos están tocando unos políticos... Cuando hicimos la Transición (que fue modélica) hubo una floración fantástica de gente muy preparada por ambas partes, tanto por la izquierda como por la derecha. Ahora tenemos una cantidad de pipiolos inexpertos que se han metido en política para vivir de ella, y esa es la desgracia de España. En fin, vamos a ver cómo salimos de esta, yo no lo veo muy claro. 

Eslava y Emilio Lara, con Antonio Pérez Henares y el pintor Augusto Ferrer-Dalmau.

—Dice usted que la Transición fue modélica. Sin embargo hay muchas voces que no comparten su opinión, e incluso quienes la cuestionan. 

—Sí, encima la cuestionan. Hay cosas cuestionables en la Transición Democrática (en un libro mío yo la llamé 'transacción'), pero hasta en esas cosas, en su conjunto fue una especie de revolución modélica y, desde luego, muy pacífica. Es injusto que gente que no entiende tampoco mucho de lo que ocurrió venga a cuestionarla. 

—Hay quien dice que, en España, lo que funciona bien termina por cansar, que uno de los deportes nacionales es 'cuestiona, que algo queda'.

—Bueno, hay una parte positiva en cuestionar las cosas, esto de que los españoles seamos tan difíciles, digamos, de contentar tiene una parte positiva, y es que seamos críticos. Pero además de ser críticos hay que informarse, y muchas veces no nos informamos suficientemente, repetimos la última opinión que le hemos oído a un tertuliano de la tele o de la radio, y conviene que intentemos formarnos políticamente un poco mejor. 

—Franco, ¿sigue siendo una asignatura pendiente? ¿Cómo cree que afectará la exhumación del dictador a la imagen de España?

—Yo creo que, efectivamente, se debe sacar de allí. Pero había ya una generación de españoles que hasta se había olvidado de quién era Franco, y ahora están agitando, cuando hay tantos problemas en el país, algo que pertenece a la historia. Sí, había que sacarlo de allí, y en el Valle de los Caídos, donde se invirtieron tantísimos millones cuando España no los tenía, hay que darle un contenido. De vez en cuando oigo opiniones sobre que aquello hay que dinamitarlo; no hay que dinamitar nada, yo pondría, por ejemplo, un centro de interpretación de la Guerra Civil, o de la historia reciente... Un contenido que no fuera político, sino meramente histórico, estudiar nuestra historia siempre es interesante. 

—¿El debate en torno al traslado de los restos de Francisco Franco ha actualizado el revanchismo entre las viejas Españas, la roja y la azul, la de los bandos?

 —Sí, y es un gran error. Vamos a ver, ¿quién queda vivo, en un bando o en el otro, de los que hicieron la guerra? Si queda alguno es ya algún abuelito que está más p'allá que p'acá. Y es evidente que los nietos no son ni cómplices ni hay que pedirles explicaciones por los crímenes o los desmanes que hicieron sus abuelos. No veo por qué la política española moderna tiene que ceñirse a la Guerra Civil Española, aquello hay que dejarlo ya, que está mucho más cerca del siglo XIX que del XXI.

Juan Eslava, Emilio Lara y Arturo Pérez Reverte conversan en un acto literario.

—El próximo jueves, 10 de octubre, Eva Díaz, directora del Centro Andaluz de las Letras, lo acompañará en la presentación del libro en su tierra. No pierde usted la vinculación con Jaén, ¿verdad?

—Ni la he perdido ni quiero perderla nunca. Yo quiero mucho a mi tierra, y dentro de lo poquito que yo puedo siempre voy con el nombre de Jaén por delante. 

—Si se tiene en cuenta su presencia frecuente en los estantes de las librerías, queda claro que es usted un trabajador incansable. ¿Anda ya enfrascado en su próximo libro?

—Sí, yo creo que sí soy trabajador, en fin, a la vejez, viruelas. De joven era vago y ahora... Ya he entregado mi siguiente libro, que saldrá en marzo, me parece. El título provisional es La tentación del Caudillo, va de Franco, del momento que quiso, o se lo pensó, entrar en la Segunda Guerra Mundial. 

—Otra vez Franco...

—Claro, cubre casi medio siglo de historia de España, de historia reciente, como figura histórica está ahí, tiene una tremenda presencia. 

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