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"Lo particular de este libro es su crítica frontal al supremacismo humano"

Por Javier Cano - Septiembre 13, 2025
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"Lo particular de este libro es su crítica frontal al supremacismo humano"
El autor posa con el libro. Foto cedida por Jaym*/Jaime del Val.

Filósofo, artista y activista metahumanista, Jaym*/Jaime del Val acaba de publicar Metacuerpos: un Contrapocalipsis. Filosofía del Movimiento y Liberación Terrestre: Deshacer el Supremacismo Humano, en la Era de Algoritmos y Extinciones.

—¿Toda su esencia filosófica es rasteable en este libro?

—Sí, porque este libro es una versión condensada, escrita en español (de seiscientas páginas) de una trilogía escrita y publicada en inglés desde el año pasado hasta este (el tercer volumen saldrá en dos semanas) y en esa trilogía, en la que llevo trabajando doce años, efectivamente está condensado absolutamente todo mi universo filosófico. Pero no solo eso, también mis posturas estéticas (vinculadas con mi trabajo artístico) y mis posturas activistas, mis propuestas políticas. 

—¿Qué encontrará quien decida hacerse con su nueva obra, Jaime?

—Por un lado hay que resaltar la amplitud multidisciplinar, porque es un libro que abarca temas tan amplios como cosmología, ontología, todos los aspectos también políticos, críticos, en que vengo trabajando desde hace muchos años y en muchos ámbitos, desde el antiespecismo, el animalismo y la ecología hasta la diversidad sexual y muchos temas más: todo lo que tiene que ver con una crítica radical de los sistemas dominantes y de dominación, que es un tema fundamental en el libro. 

—Un libro crítico...

—Precisamente lo que tiene de particular este libro es una crítica frontal (como creo que no se ha hecho nunca antes) a lo que denomino supremacismo humano, que creo que es la cuestión más incuestionada que persiste hoy incluso dentro de los movimientos intelectuales y activistas más alternativos y crítico. Ese supremacismo humano subyace al hecho de que caminamos hacia nuestra inminente extinción. 

—Dura previsión, Jaime. 

—La primera cuestión que señalo desde el prefacio del libro (el gran negacionismo de la era actual) es el supremacismo humano, que capacita a la humanidad para reconocer su fracaso y el inminente colapso ecosocial que anuncian todas las ciencias rigurosas, tanto climáticas como de otros ámbitos, aunque son conocimientos que se suelen dar de forma fragmentada: yo no solo sintetizo datos, sino que los depuro y los unifico en una visión filosófica de conjunto. 

—¿Es consciente el ciudadano de a pie de ese supremacismo humano al que alude, y de sus consecuencias?

—Una de las cuestiones que invito a los lectores y las lectoras a conocer es la manera en que ese supremacismo humano (que tiene unos cimientos filosóficos pero también de muchos otros tipos, milenarios) impide a la humanidad actual entender, ver y reconocer el calibre del descalabro inminente hacia el que se camina, tanto como impide ver y reconocer la naturaleza histórica milenaria de los problemas que fundamentan ese colapso inminente y que tienen que ver con todos los aspectos asociados a la civilización sedentaria, de la cual hago una crítica absoluta y radical en todos los aspectos del libro.  

—¿Cómo se articula esa crítica en la publicación, señor Del Val?

—El libro se articula en tres partes que son como las tres partes de una demanda judicial: la primera, Juicio a la humanidad, una exposición de motivos que tiene que ver con una crítica del problema, de cómo ha ido surgiendo la era de algoritmos, el surgimiento en la biosfera de de todo un conjunto de grandes reducciones que han ido creando la más rápida extinción masiva conocida en la historia, vinculada al surgimiento de la domesticación, de la sociedades, de la explotación, del sedentarismo... Hago un examen muy particular, histórico filosófico, del surgimiento de esa gran anomalía geológica de las culturas de la dominación y de su actual deriva hacia un colapso absoluto. 

—La segunda parte...

Fudamentos de Derecho: ahí esbozo las ideas filosóficas para no ya una crítica sino los nuevos conceptos, la nueva filosofía que hace falta articular, el nuevo pensamiento (todo vinculado a la cuestión del movimiento) que hace falta desarrollar por si se quisiera salir del hoyo o reinventarse más allá del colapso. 

—Y la tercera y última parte...

Sentencia medidas cautelares: es toda la parte estética y política, ahí presente la teoría estética que hay detrás de mis conceptos artísticos y también toda la propuesta política, metahumanista (que llamo VeganArQueer), donde planteo de una forma muy práctica las cuestiones que sería imprescindible abordar y que estoy abordando desde propuestas mías actualmente, que tienen que ver con la abolición de la explotación animal como condición prioritaria para abordar la crisis climática, por ejemplo; y otras cuestiones todas ellas muy tabú para la humanidad actual. 

—En una tertulia de las de ahora lo acusarían de firmar un libro catastrofista, ¿no cree?

—No es exactamente catastrofista, el catastrofismo es, entre otras cosas, de quienes tienen terror al colapso de la civilización dominante, y aquí abordo todo lo contrario; es un libro realista, hay que evitar todo signo de que esto se plantee como catastrofismo; y por otro lado planteo no un miedo a que desaparezca la civilización sedentaria, explotadora, colonial, extracivista..., sino que plantea que hubiera habido que desmantelarla hace mucho tiempo. Así que esta tercera parte plantea toda una serie de gozosas transformaciones que tienen que ver con recuperar cuanto  hemos perdido en estos milenios de civilización.

—Líneas arriba (y de alguna manera se hace presente en toda la entrevista) alude usted al movimiento, a la filosofía del movimiento.

—Es una filosofía que plantea toda una serie de cuestiones filosóficas profundas para definir el movimiento como algo indeterminable, como algo en variación perpetua; recupero aquí doctrinas de los presocráticos, planteando que el universo es movimiento perpetuo y que lo que ha ocurrido en los últimos milenios ha sido un intento catastrófico de paralizarlo. De lo que se trata precisamente es de recuperar ese movimiento perdido. 

—¿Cómo, de qué manera?

—Hace falta moverse, no basta con pensar: moverse de forma nueva, de eso va mi trabajo artístico, de crear formas o movimientos nuevos o recuperar otros perdidos. Ofrezco soluciones de muy amplio espectro, tanto políticas urgentes como una pragmática experiencial y de recuperar una experiencia corpórea que hemos perdido y que enriquecería nuestras vidas, en vez de querer paliarla con el devastador consumismo que se erige sobre un desierto de lo real. Hay que hacer un cambio total, que implica deshacer la pobreza experiencial que inauguró toda la era del sedentarismo, de la domesticación, de la explotación. 

—El libro se presentó el pasado martes en Madrid, Jaime: ¿vendrá con él a las tierras jiennenses de sus orígenes maternos, a la Santisteban de los Higueras, a la capital de la provincia?

—Lo presentaré en Almería, donde voy mucho, y si surgen posibilidades de presentarlo en Jaén, encantado de hacerlo, por supuesto. 

 

 

 

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