"En dos años hemos dado cinco premios mayores, más que Doña Manolita"
Hay coincidencias en la vida que llevan a pensar en que el destino prepara los pasos de tu vida. Bien podría decirse de Antonio Ruiz López, gerente de la administración de Lotería La Mona de Jaén, ubicada en la calle Álamos. Un de los primeros negocios que abrió su familia fue el estanco número 8 de Úbeda. Ahora ya van por la cuarta generación y lo hacen con la administración de Lotería número 8. Además, su padre se dedicó a vender fruta en la plaza y justo ahora La Mona abre frente al Mercado de Abastos de la capital del Santo Reino. Coincidencias que no pasan desapercibidas para un punto de venta que en apenas dos años ha repartido cinco premios mayores. ¿Son pocos o muchos?
—¿Cómo y por qué deciden entrar en el mundo de la venta de Lotería?
—Era algo que siempre nos ha llamado la atención. Somos dos hermanos y siempre nos ha atraído este tipo de concesión administrativa en la que se vende un producto tan agradecido como es ilusión y suerte. Desde hace tiempo estábamos mirando en el mercado a ver si salía una oportunidad hasta que nos llamó una empresa de Madrid. Nos pilló con la pandemia de por medio, un problema de salud familiar con mi madre pero aún así decidimos embarcarnos.
—Lo hicieron en un momento complicado.
—Efectivamente. La pandemia justo acababa de empezar. En marzo de 2020 empezamos a barajar el proyecto, se alargaron las negociaciones por el momento de tanta incertidumbre que estábamos viviendo por la pandemia de Covid-19 y el acuerdo lo cerramos en verano. El traspaso del anterior titular y apertura fue el 28 de diciembre de 2020.
—El día de los Santos Inocentes...
—Fue un día inolvidable, justo después del Sorteo Extraordinario de Navidad y antes de El Niño.
—En dos años, os habéis convertido en los loteros más conocidos y queridos del barrio.
—Tenemos la suerte de que hemos llegado con muy buen pie. En dos años hemos dado cinco premios mayores. Si antes de ser lotero me hubieran preguntado si esos cinco premios eran mucho o poco no lo sabría. Ahora, para hacer la comparativa, puedo decirte que Doña Manolita ha dado tres premios mayores en ese mismo tiempo, mientras que la Bruixa D'Or, tres. Os podéis imaginar lo que supone para nosotros este hito porque, evidentemente, nuestros niveles de ventas no son los mismos, ni mucho menos. Nos sentimos muy afortunados y muy queridos por el barrio. Ojalá dure mucho esta racha.
—¿Cómo son esos momentos desde que toca el premio, se entera la prensa y después los ganadores? ¿Cómo es entre bambalinas?
—Es curioso, porque muchas veces se entera la prensa o algún cliente antes que nosotros. Te puedo contar la anécdota de cuanto tocó el millón de euros en marzo. Era un viernes y me pilló cenando por el barrio. Me llegó el mensaje de Loterías y Apuestas del Estado y estaba a un paso de la administración. Nos dio más alegría que si me hubiera tocado a mí. Fue un bombazo. Hace un par de meses dimos un primer premio de Bonoloto y la noche anterior yo había estado de boda. Mi compañera me llamó muy temprano pero no lo cogía. Me insistió y supe que algo pasaba y efectivamente, así fue. ¡Qué resaca más buena!
—¿Han tenido contacto con algunos de los agraciados?
—Más que yo, mi gente de ventanilla. Algunos se han asomado para darnos las gracias. Pero es verdad, que no es la gran mayoría. Algunos si nos explican que han podido quitarse la hipoteca o superar una mala racha que pasaban...
—¿Los loteros compran lotería?
—Sí, sí compramos. Es verdad que para nosotros es un producto más.
—A raíz de los premios mayores que habías dado y los pequeños que también habéis repartido ¿se nota más alegría en las ventas?
—Es así. Un cliente cuando sabe que se han repartido miles de euros y que se han dado muchos premios quiere comprar. Se nota mucho, es verdad. Nosotros llevamos una racha muy buena y estamos preparando la Navidad con una ilusión tremenda. Que tocara sería el culmen a estos dos años de gloria que estamos viviendo.
—¿Os sentís queridos? Porque esta administración es muy de barrio.
—Eso es algo que nos ha encantado. Aunque está en un enclave privilegiado es muy de barrio y el ambiente que se vive es así. El ambiente es muy diferente y nos hace conectar más con la gente.
—¿Cómo se prepara la Navidad?
—Con mucha ilusión. Esta es nuestra segunda Navidad, somos muy nuevos, pero estamos notando un aumento de ventas. Todavía no podemos desglosar qué parte corresponde a que la situación está más normalizada que el año pasado y qué parte es de nuestra subida por el ratio de premio. Pero lo cierto es que las ventas son bastantes buenas.
—¿Qué supondría dar el Gordo de Navidad?
—No sé qué haría pero no sé ni cómo expresarlo en palabras. Sería como ganar la Champions. Se me ponen los pelos de punta solo de pensarlo.
—¿El Niño no conlleva tanta ilusión?
—También nos vale. Es posible que al ciudadano no le llame tanto la atención como el Sorteo de la Lotería de Navidad. El Niño se vende en dos semanas y el de Navidad se prepara con muchos meses de antelación. Ahora mismo, como diría el Cholo, vamos partido a partido.
—¿Compagina esta profesión de lotero con otra?
—Soy economista y junto con mi hermano contamos con pequeñas empresas familiares en la que trabajamos más de veinte personas.
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