"Creo que no hay artista en el mundo con tantas canciones buenas como Lucio Battisti"
Miguel Jurado Bautista, originario de Villanueva del Arzobispo, se embarcó durante un año en una aventura verdaderamente apasionante: profundizar en la vida y obra de uno de los grandes genios de la música italiana del siglo XX: Lucio Battisti. De ese trabajo nació La Apariencia (Dialética Ediciones), una biografía con la que rinde un merecido tributo al artista de Poggio Bustone, fallecido hace poco más de 20 años.
Para este villanovense, ingeniero químico, trotamundos y comprador compulsivo de discos, Lucio Battisti está a la altura de Leonard Cohen, The Beatles, Neil Young o Lou Reed. Y no lo dice para gloria del cantante, sino que así lo refleja la historia de la música. Su éxito y su figura trascendió más allá de los Alpes, a pesar de que para el gran público patrio puede ser un desconocido. Miguel Jurado ya ha presentado su obra en su pueblo natal, Granada o Milán. He aquí un repaso sucinto pero hondo con el autor de La Apariencia sobre la evolución artística y personal de este creador único y apasionado que marcó a varias generaciones.
—¿Quién fue Lucio Battisti?
—Lucio Battisti fue, ante todo, una persona extremadamente inteligente. Partiendo de eso, Battisti renovó la música italiana, casi a finales de la década de los sesenta. Él estaba totalmente influenciado por la música anglosajona, sus ídolos eran Donovan, The Beatles, Bob Dylan... pero a esto se le añadió un conocimiento amplio de la música popular de su país.
Nació en plena II Guerra Mundial, en el 43, en un pequeño pueblo cercano a Roma, estudió perito industrial, aunque ese camino no le interesaba lo más mínimo. Con 22 años se trasladó a Milán a probar suerte, y vaya que sí la tuvo. Al año de estar allí conoció al que sería su letrista durante unos quince años, desde el 66 hasta el 80, Mogol. Después de su divorcio con Mogol hizo un disco de música electrónica (E giá, 1982) con su mujer, Grazia Letizia, como letrista. Este disco cambió el rumbo de Battisti. Después de esto haría cinco discos más con Pasquale Panella como letrista, creando álbumes surrealistas, con una música alienígena y unas letras fuera de lo común. En 1998 murió en Milán a la edad de 55 años.
—¿Por qué un libro dedicado a este cantante italiano?
—Desde mis primeros años de juventud me he interesado mucho por la música, soy un comprador de discos empedernido. En Villanueva del Arzobispo era complicado comprarse álbumes, aunque por suerte teníamos las revistas aquellas, como la Discoplay y la Tipo, que hacían que me pillara mis discos. Recuerdo que el aviso de llegada iba al taller mecánico de mi padre, y él iba a recogerlos sin saber de que se trataba. Alguna vez se enfadaba conmigo, pero, tanto él como mi madre, siempre han estado muy contentos con este pasatiempo. También aprendí a tocar la guitarra, por lo que se puede decir que soy un musiquero en toda regla.
Cuando me fui a Italia a trabajar, hace casi 5 años, hablaba con gente de música. Ellos me aconsejaban artistas de allí, y me iba comprando discos en mercadillos... Recuerdo que me compré, entre otros, el primer disco de Battisti. Aluciné con él, era innovador, tenía unas melodías impresionantes, era rockero y rompecorazones, como a mí me gusta.
Un día estaba viajando de Granada a Milán y pensé si habría alguna biografía de Lucio Battisti en español, en cuanto aterrizé me puse a mirar y vi que no había nada. Entonces me dije que lo haría yo, nunca había escrito nada, pero me veía capacitado.
—¿Qué es lo que más le seduce de él?
—Pues que era un genio, yo lo pongo a la altura de Leonard Cohen, The Beatles, Neil Young o Lou Reed. Creo que no hay ningún artista en el mundo que haya hecho tantas canciones buenas. Tendrá, al menos, 200 éxitos (míos, personales). También hizo canciones para otros, como Equipe 84, Patty Pravo, I Dik Dik o Mina. Fue un fuera de serie.
—A pesar de haber sido influencia de artistas tan diversos como Víctor Manuel, Miguel Bosé o Germán Coppini, ¿por qué es tan desconocido para el gran público de este país?
—Realmente no sé a ciencia cierta los músicos influenciados por Battisti en España. Escuché los que tú enumeras, pero no estoy seguro. Del único que tengo seguridad en absoluto, es de David Rodríguez (La Estrella de David), que colabora en el libro. Aunque supongo que también habrán sido influenciados gente de la talla de Serrat o Aute. Además, es posible que el catalán y el italiano coincidieran en algún pasillo de los estudios de grabación milaneses de los primeros 70.
—Combinó folk con formas del jazz y el soul, e incluso hizo sus pinitos en el tecno-pop hasta producir música experimental. ¿Cree que fue un adelantado a su tiempo?
—Él hizo de todo, rock, pop, funk, electrónica, soul,... y siempre era de los mejores. Basta con decir que David Bowie o Paul McCartney eran fanáticos de Lucio Battisti.
—Asimismo, grabó sus canciones en alemán, francés, inglés y español. 'Il mio canto libero' es un himno generacional que perdura casi medio siglo después de su publicación. ¿Qué le debemos a Lucio Basttiti?
—Sí, probó a cantar en otras lenguas, aunque no fue muy bien recibido, especialmente en América. Sus discos en inglés no funcionaron bien. En España 'Il mio canto libero' sí que caló, yo la he escuchado desde que nací, pero creo que solo esa.
El público español no sé qué le debe a Lucio, yo sí que le debo algo, y me da que muchos españoles más de lo que imagino también están en deuda (y agradecidos) con él. Una cosa bonita del libro es que están saliendo a flote seguidores de Lucio Battisti, algunos lo escuchaban antes de que yo naciera. Meraviglioso.
—¿Cuál es su canción preferida?
—Incontables, cada semana tenía una nueva. Algunas son: 'Vento nel vento', '29 Settembre', 'Io vorrei... non vorrei... ma se vuoi', 'Nel cuore, nell'anima', 'Il vento', 'Anonimo', 'Ma è un canto brasilero', 'La collina dei ciliegi', 'L'apparenza', 'La voce del viso', 'Campati in area', 'Amor mio', 'Nel sole', 'Nel vento, nel sorriso e nel pianto', 'Perché no'...
—¿Cómo llega al personaje?
—La información la saqué de libros en italiano, vídeos, conversaciones con gente, vivencias mías... No he conocido a nadie que haya visto a Battisti en persona. Él estaba fuera de circulación, odiaba a la prensa rosa, no daba conciertos...
—¿Cuánto tiempo invirtió en escribir de "La Apariencia"?
—Desde que comencé hasta que lo he visto publicado, un año.
—¿Cómo ha sido la acogida?
—Debido a que apenas tiene distribución y publicidad, yo me estoy moviendo mucho. Lo estoy presentando por ahí, en Villanueva, Granada, Milán... Parece ser que está gustando, aunque el público al que está enfocado es aquel musiquero, que se emociona al descubrir canciones chulas, que toda información musical sea poca.
—¿Dónde podemos encontrar el libro?
—Lo más fácil es pedírmelo a mí a través de mi correo, migueljuradobautista@gmail.com. Aunque está por Granada, Santiago de Compostela, Madrid, Milán. Sobre todo en tiendas pequeñas, que son las elegantes.
—¿Corren buenos tiempos para la cultura?
—Respecto a la música, es evidente que no. Lo comercial 'fa schifo' -da asco-. Hay cosas muy chulas, pero necesitas investigar mucho para dar con ellas. En los 80 The Cure era comercial, y ahí había una calidad asombrante, en los 70 Led Zeppelin eran dioses y muy merecidamente, en los 60 The Beatles eran todo, en los 50 Buddy Holly... Es muy triste lo que le está pasando a la música de calidad.
—¿Cuál será su próxima obra? Háblenos de sus proyectos futuros.
—Ni idea, ya te digo que yo soy un tío de números. Lo más que había escrito era alguna carta cuando tenía 10 años. Según la gente, debería tener un trabajo en condiciones, un sueldo fijo... pero soy muy mal esclavo, estoy muy mal acostumbrado. Y por desgracia lo que prima en el momento es explotar al prójimo al máximo. Yo lo he vivido, y eso al final te machaca.
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