"No sé por qué a la gente le cuesta tanto invertir en arte"

La pintora jiennense Paula Pérez Camacho expone, hasta el próximo 30 de septiembre, su nueva propuesta: Atmóferas soñadas. Una muestra en la línea onírica y sugestiva característica de la producción de esta artista multidisciplinar que, al pincel o con el micrófono entre las manos, no deja indiferente al personal.

 —Paisajes infinitos, Espacios evanescentes y ahora, Atmósferas soñadas. Los títulos de sus últimas exposiciones pueden ser de todo, menos prosaicos. ¿Qué novedades aporta a su obra esta nueva muestra?

—Por un lado va en la misma línea que las anteriores, puesto que expongo algunas de las obras de hace más  tiempo, pero me he centrado en otras de pequeño formato, más nuevas. Sigo estudiando en la misma línea pero experimentando con diferentes colores. Esa es la novedad.

—La naturaleza, el mundo de los sueños.., ¿vuelven a protagonizar su propuesta?

—Voy por ahí, sí; incluso son soñadas porque algunas cosas no son ni siquiera paisajes.

—Y en sus técnicas, ¿también experimenta con los soportes, las texturas, el color..., o no le apetece salirse de eso que llaman la zona de confort?

—Son acrílicos sobre tabla, y algunos también sobre lienzos, técnicas que uso mucho. 

—¿Cuántas piezas conforman la exposición, Paula? 

—Catorce, y he incluido un pequeño cuaderno con otras obras que tengo en exposición permanente en Casa Cossío, en la calle Llana.

—¿Qué dicen quienes se acercan a conocer sus cuadros?

—La verdad es que está gustando mucho; además, en el espacio en el que está se ha quedado todo muy armónico, la dueña del local está encantada con el ambiente que se ha creado.

—No es precisamente una galería de arte al uso pero Marucalimón presume de servir 'comida con arte'. Hablando de comida..., sabrá usted que el aceite está por las nubes. ¿Ha puesto precios asequibles a sus Atmósferas soñadas, o están por ahí precisamente, por la atmósfera, por las alturas?

—Hay mucha diferencia de precios, pero algunas de ellas son muy accesibles. De lo que se trata es de que si alguna obra te transmite algo y quieres ponerla en tu casa, vale lo que vale, daría un poco lo mismo. Pero bueno, que no son precios desorbitados para cuadros del tamaño que tienen.

—Se lo pregunto por conocer si, en su caso, cree usted que Jaén sigue apostando poco por la adquisición de arte, o todo lo contrario. 

—A la gente le cuesta trabajo invertir en arte, no sé por qué no se lo plantean como una inversión, yo creo que eso es muy importante. Es una cosa que hace una persona manualmente, no tiene nada que ver con los diseños digitales de ahora.

—Una persona, además, paisana, de Jaén, Jaén... 

—Claro, claro.

—Con estos mimbres, Paula: ¿por qué deben acercarse los jiennenses (o quienes anden por los puertos del mar de olivos) a Marucalimón, en plena calle Reja de la Capilla?

—Porque el rato que pases allí viendo arte y disfrutando de la comida que ponen allí es un rato para estar con los amigos, para festejar cualquier cosa. En esas atmósferas te puedes meter, puedes soñarlas y evadirte un poco de la realidad también, que está regular muchas veces. 

—La música también es un buen agarradero para la evasión, ¿no cree? ¿Cómo tiene la agenda con su grupo, Ockham, del que es vocalista?

—Sigue; hemos tenido un poco de parada este verano, aunque hemos hecho algunos conciertos, y ahora vamos a tocar, el próximo 30 de septiembre, en el Restaurante Arauz (calle Antonio Herrera Murillo, 4). Y tenemos previsto otro en Las Infantas, el 7 de octubre. También vamos a grabar los nuevos temas a final de octubre, para poder subirlos a las plataformas.

—La creación artística, la música, sus cursos de pintura... ¿Se puede saber de dónde saca el tiempo Paula Pérez Camacho? ¿O es que su reloj no marca horas humanas?

—[Ríe] Que hay que levantarse temprano.

—Y no acostarse tarde...

—Eso también.