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"Somos católicos, pero no cerramos las puertas a chavales con otras ideas"

Por Javier Cano - Febrero 23, 2020
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Rubén Gutiérrez Baeza, 'Guti' (Linares, 1991), preside la Asociación Diocesana de Scouts Católicos de Jaén. Formado como actor, tiene claro que en el guion de su vida el escultismo ocupa muchas, pero que muchas páginas. Al frente de un movimiento que ayer mismo celebró su día internacional y que cuenta con un buen número de seguidores en la provincia, Gutiérrez resalta los valores que promueve su organización al socaire de la Iglesia. Hemos quedado en la sede jiennense de la asociación, en el Seminario, pero pasa tanta gente por la puerta que más que una entrevista parece una cita a ciegas, un gag de película felizmente resuelto por la pañoleta bicolor que trae anudada al cuello: "Soy un friki del escultismo", confiesa.

—¿Cuándo y cómo empezó su relación con el mundo scout?

—Yo tenía trece años, estaba en el instituto y los responsables y el consiliario del Grupo Scout de Linares fueron a dar una especie de conferencias por las clases, para enseñar el grupo a los chavales que había allí; a mí me llamó mucho la atención, pero no terminé de animarme, era más tímido por aquel entonces. Conocía a una chica que estaba en los scouts y, al final, a raíz de que ella me animó y de que lo vi en el instituto, entré. Y hasta ahora.

—Y ha llegado a ser presidente de la asociación diocesana jiennense...

—Empecé como delegado de clase y mira dónde he llegado [sonríe]. Comencé como niño scout, y me fue encantando. Como cualquier scout diría, esto es una segunda familia. Al final me fui motivando mucho, soy un gran amante de este mundillo, y cuando pasé a ser responsable, a ser uno de los monitores, en una asamblea que tuvimos, los que estaban en ese momento en el puesto en el que estoy yo ahora vieron cómo me desenvolvía y dijeron: "Este muchacho puede estar aquí". Hablaron conmigo para que fuese responsable de Comunicacion de la asociacion. Una cosa llevó a la otra, quien quería presentarse a presidente no pudo finalmente, por motivos personales, y alguien tenía que dar el paso. Yo estaba muy motivado, y pensé: "Esto me importa y me gusta", así que di el paso.

—El salto de Linares a Jaén capital... ¿Vino aquí para estudiar?

—No, no, yo estudié Arte Dramático en Córdoba. Aun así, como casi todos los fines de semana volvía a Linares, seguía activo en mi grupo. Hubo una asamblea a nivel de todos los grupos de Jaén y, al final, me ofrecí. Ya en ese momento tenía espectativas de volver a Linares. Luego, mi trabajo como vigilante de seguridad me trajo aquí, a Jaén. Tuve un punto de inflexión en mi vida, decidí aparcar un poco el arte dramático.

—La asociación que preside agrupa a varios colectivos scouts de la provincia, ¿verdad?

—Sí, en total son ocho grupos actualmente. Aquí, en Jaén, hay dos grupos, y tambien hay en Úbeda, en Linares, en Los Villares, en Santisteban del Puerto, en Campo de la Torre y en Alcalá la Real. Esta asociación los engloba. Nosotros, a su vez, pertenecemos a una federación andaluza que agrupa a las diferentes diócesis de Andalucía y esta, al Movimiento Scout Católico nacional.

—¿Cuántas personas conforman la asociación?

—Somos en torno a setecientos entre educandos y educadores. Aparte, aunque los padres de los chavales no son miembros directos, sí colaboran con nosotros; incluyendo a ellos podemos contar unas mil o mil cien personas en el mundo del escultismo católico en Jaén.

—¿Cómo se sostienen, económicamente hablando?

—Nos sostenemos con las cuotas que pagamos, que incluyen un seguro, para cuando hacemos acampadas y otras actividades de ese tipo.

[Ayer, 22 de febrero, se celebró el Día Mundial del Pensamiento Scout, un homenaje a la memoria de lord Baden-Powell, fundador de un concepto que, según la Real Academia de la Lengua Española, se traduce como un  "movimiento de juventud que pretende la educación integral del individuo por medio de la autoformación y el contacto con la naturaleza".]

—¿Qué es el escultismo exactamente? ¿Cómo lo define usted?

—Para mí es una forma de vida. Antes dije que yo era muy tímido, y creo que gracias al escultismo he crecido mucho como persona. Si tengo que definirlo, el escultimo es, en definitiva, un movimiento que busca educar a los jóvenes en la sociedad para que sean buenos ciudadanos, y también educar su ámbito espiritual, personal, con valores cívicos  y, en nuestro caso, cristianos sobre todo.

—¿Con qué 'herramientas'?

—Las actividades al aire libre son fundamentales. Conectamos mucho a los chavales con su mundo, con la naturaleza, hacemos danzas (como las llamamos nosotros), que son juegos dinámicos con música, con canciones y con reflexión, sobre todo para los más mayores. Se trata de dinámicas que busquen transmitir los valores que queremos que calen en los jóvenes, valores de solidaridad, de comprensión, de hermandad, de amor, de amistad...

—Está claro que el carisma de su asociación es católico, pero ¿ser scout implica profesar la fe?

—Hay muchas vertientes. Del escultismo es de donde nace todo, y basándose en sus valores aparecen diferentes corrientes, diferentes variedades de scouts. La nuestra es el Movimiento Scout Católico, pero aquí también está la ASDE, la Asociación Scout de España, por ejemplo; no quiere decir que ellos no sean católicos, sino que no están tan arraigados en la Iglesia, son más independientes, pero no implica que sean ateos ni nada así. Simplemente tienen otra forma de trabajar, aunque la esencia es la misma: valores de naturaleza, de civismo...

—¿Qué distingue a los grupos scout católicos de los que no lo explicitan?

—Tenemos esa identidad de reconocernos como cristianos, como católicos, de basarnos un poco en la figura de Jesús como uno de nuestros referentes. Eso es lo que nos da esa identidad, esa moral, esos valores.

—En cuanto a la actividad de la asociación, ¿cuáles son las iniciativas más importantes que desarrollan a lo largo de cada curso?

—Me gusta que me haga esta pregunta. Cada año tenemos dos grandes actividades, independientemente del resto de iniciativas que hacemos. Una es la Luz de la paz de Belén, en diciembre: se reparte una luz que se enciende en la gruta de Belén y que por contagio pasa por diferentes países y llega hasta nosotros. La repartimos entre los grupos, y supone uno de nuestros grandes eventos, de gran identidad cristina.

—¿Y la otra?

—San Jorge, que es el patrón de los scouts, el 23 de abril. Ya la estamos preparando, siempre hacemos un encuentro a nivel de todos los grupos de Jaén.

—Como scout, como amante de la naturaleza, ¿su posición respecto al cambio climático está más cerca de quienes lo niegan o de los que lo aceptan?

—Sí, la verdad es que eso, nosotros no lo vemos como algo nuevo, realmente educamos en contacto con la naturaleza y estamos siempre concienciando a los chavales sobre reciclaje, cuidado del medio ambiente... Nos entristece bastante, y seguimos educándolos para que crezcan con el chip de que esto es importante y que lo transmitan a sus hijos.

—El pasado sábado, con motivo del día mundial, ¿celebraron alguna actividad especial?

—Es cierto que aunque el 22 de febrero es el Día del Pensamiento Scout, no hacemos tantas actividades, queda a la elección de cada grupo. De forma particular sí tienen dinámicas, pero como asociación en global no solemos hacer actividades; alguna vez se han hecho, pero no es la tónica general. La luz de Belén y San Jorge son nuestros dos grandes citas.

—San Jorge está a la vuelta de la esquina. ¿Qué programa han preparado para la próxima edición?

—Lo principal es que los niños conozcan a gente de su edad, con sus mismos valores, con sus mismas inquietudes, más alla de su instituto, de su entorno. Al final están conociendo a gente de otros lugares de la provincia de Jaén que tienen sus mismos problemas, sus mismos intereses, que se divierten con lo mismo, que están aquí porque les gusta la naturaleza. Es una forma de compartir experiencias. Para mí, que lo he vivido también como chiquillo, es una experiencia genial. Te llevas amigos, hermanos a los que pasas un año sin verlos y luego, en el siguiente San Jorge, los abrazos son increíbles. Es una experiencia genial y también es una gran oportunidad para seguir trabajando estos valores.

—¿Siempre en espacios abiertos de la provincia?

—Sí, buscamos espacios abiertos, lo más cercano posible al entorno natural. Somos unos setecientos miembros, pero para la convocatoria de los San Jorge aproximadamente vamos entre trescientos o cuatrocientos, porque no puede venir todo el mundo, así que buscamos espacios que puedan acogernos. Perseguimos colaborar con las entidades, las concejalías, los ayuntamientos... Este año será en Jaén, pero ya lo celebrado otras veces en Linares, al abrigo de SAFA; en Úbeda, con SAFA también, en colegios... Siempre intentamos colaborar, que nos echen una mano para que a los niños les cueste menos la actividad.

—¿Atienden las instituciones sus demandas a la hora de estas grandes celebraciones?

—Sí, no es una colaboración continua pero es cierto que cuando llamamos a las puertas de concejalías y ayuntamientos, nos echan una mano, nos ofrecen espacios, hay colaboración y, al final, salen las cosas para adelante. 

[El coqueto espacio donde tiene su sede la asociación, dentro del Seminario Diocesano de Jaén, está copado de pañoletas, de pines y un sinnúmero de elementos escultistas, de recuerdos de hermanamientos con otros grupos a lo largo de los veintitrés años que cuenta el colectivo. Perdida en los inacabables pasillos del edificio de principios del XX, la sala abre su ventana y una puerta auxiliar a los amplios y casi secretos claustros del centro que, un día, fueron patio de colegio y, ahora, destilan silencio a manos llenas.]

—¿Se puede decir que esta sede es el 'cuartel general' del escultismo jiennense?

— [Ríe]. Sí, un poco, exactamente, aquí nos reunimos para nuestros comités ejectuvivos, para ver los planes que vamos a llevar a cabo, los rumbos. Nos reunimos en consejos y en asambleas y decidimos qué actividades vamos a hacer, comisiones...

—Lleva usted al cuello una pañoleta bicolor, pero en estas paredes las hay de diferentes tonos. ¿Responden estas variantes a una suerte de jerarquía organizativa, por llamarla de alguna manera?

—No es una jerarquía como tal, sino que cada pañoleta pertenece a cada uno de los grupos scout que tenemos, cada una de ellas responde a la idiosincrasia de cada grupo, no es una jerarquia como tal. Los colores son con los que cada grupo se siente identificado por diferentes circunstancias.

—¿Cómo se organizan los grupos?

—Se dividen por edades, por ramas, y cada rama se asocia a un color; los más jóvenes se llaman castores, de primero, segundo y tercero de Primaria; rangers o exploradores (tiene las dos nomenclaturas), de primero a tercero de la ESO; los lobatos, de cuarto, quinto y sexto de Primaria; pioneros son los cuarto de la ESO y primero y segundo de Bachillerato, y después están los rutas, que es la opcion servicio del escultismo. A partir de ahí, quien quiera y tenga a bien seguir, el siguiente paso es estar entre los educadores, como responsables. 

—¿Y los procesos electorales? ¿Cuánto dura cada mandato?

—En asamblea, se abren unos plazos en los que se presentan y proponen proyectos para tres años. Se presenta un presidente y el resto de responsables de los grupos eligen la candidatara. Normalmente, el presidente se presenta con un equipo, la gente vota le vota a él y al resto de áreas de trabajo (comunicación, tesorería, secretaría...). En cada grupo pasa un poco igual, aunque los proyectos pueden variar en el tiempo y oscilar entre dos años, tres...

—Usted está en su segundo año de presidencia. ¿Tiene pensado optar a la reelección?

—Bueno, bueno, ya veremos cómo echo el tercero. La verdad es que esto es una gran responsabilidad. Tienes a mucha gente detrás que espera muchas cosas de ti. Yo quiero hacer lo mejor, pero esto pesa bastante. Espero que alguien dé el paso cuando llegue el momento.

—¿Los scouts 'se jubilan', o se puede seguir toda la vida en este movimiento?

—No, no, una vez que terminas la etapa de educando puedes entrar en la de educador. Hay quien dice que el educador no es scout, pero yo difiero de eso. Si has vivido esto mucho tiempo, al final eres scout también, aunque te encargues de educar a otros, de formarlos. En tu corazón lo eres siempre, hasta que tú estes dispuesto a darte a los demás.

—Si a alguien le entran ganas de anudarse una pañoleta al cuello cuando lea esta entrevista, ¿puede venir aquí y formar parte de la asociación? ¿Reciben los scouts católicos de Jaén a nuevos miembros? 

—Con los brazos abiertos. Aunque seamos un movimiento de scout católicos, nos consideramos también un movimiento de frontera y no cerramos las puertas a chavales que tengan otra ideología, otra idiosincrasia, otra educación espiritual. Acogemos y aceptamos a todo el mundo; evidentemente, cualquier persona que venga aquí va a recibir una educación desde el prisma católico, pero en ningún momento se le va a presionar o a obligar a nada, aquí se viene voluntariamente, esto es una elección personal. 

—Y a los que lean esta entrevista y, aun así, no tengan claro si este es o no su sitio, ¿qué les diría Rubén Gutiérrez?

—Les diría como muchas veces decimos a los padres cuando creen que sus hijos pueden estar intersesados: Ç"Ven y prueba". Que se acerquen a un grupo, que vayan a sus actividades y conozcan a los chavales, que lo van a pasar genial. Van a conocer a mucha gente, van a hacer cosas diferentes. Esto, al final, es una alternativa de ocio. Van a conocer técnicas de campismo, van a hacer acampadas al aire libre, y esto siempre une mucho a la gente y enriquece a la persona gracias al contacto con la naturaleza y con los compañeros. Que vengan y prueben, y si no les gusta "les devolvemos su dinero" [concluye entre risas].

Fotos y vídeo: Esperanza Calzado

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