"Estoy muy agradecido a mi pueblo por todo lo que hace por mí"

Nació bajo el sonido de las bombas en Aranjuez (Madrid) en 1938, pero Vicente Carretero Saeta es más villargordeño que las panzas de vieja y en su pueblo cambió aquellos ecos bélicos por la música, que ha sido y sigue siendo su vida.
Peluquero de profesión, aprendió solfeo de su padre y, luego, enseñó a varias generaciones que tienen en él a una auténtica referencia. Homenajeado por su pueblo el pasado mes de noviembre, vuelve a ser objeto de tributo con la publicación de su biografía.
—¿Cómo vino a parar un arancetano a Villatorres? O viceversa, ¿qué se le había perdido a usted en Aranjuez, señor Carretero, para nacer allí, siendo prácticamente toda su ascendencia de Villargordo?
—Eso es muy largo de contar: el año 38, en plena guerra, mi padre estaba en el frente de Aranjuez, en la cuesta de la Reina, y cayó herido. Lo ingresaron en el hospital, fueron a verlo mi madre, mi abuela y mi tía y el día de Navidad hubo un bombardeo; como mi madre ya tenía el embarazo muy avanzado, se puso de parto y nací yo en Aranjuez.
—O sea, que su sangre es villargordeña cien por cien.
—Sí; bueno, tengo que decir que mi madre era de Fuerte del Rey, pero muy pequeña se vino a Villargordo con unos tíos, aquí se casó y aquí se murió.
—Y usted también volvió a su tierra, a su pueblo.
—Yo ya no he salido de aquí, aquí me cristianaron, hice mi primera comunión, me casé y aquí estoy, ya con ochenta y seis años.
—Nacido entre bombas pero lo cambió usted por otros sones más agradables.
—Lo cambié por el bombo, sí [ríe]
—¿De dónde le viene esa vocación musical suya? ¿Acaso el hecho de nacer en la tierra que da título al hermoso concierto del maestro Rodrigo le marcó el camino, o es que es cosa de familia?
—Mi padre era violinista, tocaba bastante bien. Igual que nací entre el ruido de las bombas, me crié al sonido de la música. Con seis o siete años mi padre me enseñó ya solfeo y ya no me aparté nunca de la música. Primero me enseñó él, luego me llevó al conservatorio y nunca la he dejado.
—Toda su vida entre batutas e instrumentos, entonces.
—Desde muy pequeño, sí; luego di clases a los maestros de escuela, que para sacar el título necesitaban unos estudios preliminares de música y a muchos les enseñé; siempre dando clases, y muchos años también en orquestas.
—¿Se ha dedicado profesionalmente a la música, ha podido vivir usted de su pasión, o ha tenido que compatibilizarla con otro oficio?
—Yo soy peluquero: igual que aprendí la música de mi padre, aprendí su oficio, y he alternado una cosa con la otra.
—En noviembre de 2024, homenaje de su pueblo y el pasado miércoles, presentación de su biografía ante sus paisanos. Parece que se le quiere, Vicente...
—El libro lo han confeccionado alumnos que yo he tenido, es algo muy bonito, muy emocionante, son cosas que no se viven todos los días. Además yo soy, por decirlo así, un poco sensible y me emociono con estas cosas.
—Hablando en plata, señor Carretero: ¡que es usted llorón!
—Bastante, bastante, me emociono muy pronto, y sobre todo con la música
—¿Se siente arropado por la gente de Villargordo?
—La verdad es que tanto en el homenaje de noviembre como la otra noche, en la presentación del libro, estuve acompañado de mucha gente.
—Un mensaje a los suyos, a Villatorres.
—Que les estoy muy agradecido; a veces me dicen que lo que se hecho por mí es poco, pero yo creo que es mucho, tanto la Asociación Músico Cultural 'Maestro Miguel' como las autoridades y el pueblo entero. Eso, que les estoy muy agradecido.
[Los interesados en adquirir el libro pueden ponerse en contacto con la editora de la obra, la AMC Maestro Miguel, o a través de Casa del Libro, librería de El Corte Inglés, Fnac o Amazon, entre otras]
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