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Juan Bustos, un villacarrillense con unas manos de oro

Por Javier Cano - Diciembre 24, 2023
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Juan Bustos, un villacarrillense con unas manos de oro
Juan Bustos, con indumentaria navideña, ante algunas de sus piezas de artesanía. Foto cedida por Beatriz Bustos.

Albañil jubilado, la destreza de este artesano con el esparto ha convertido su "taller" en uno de los lugares más visitados del municipio

Si no fuera porque este reportaje viene envuelto en papel de regalo y quieren que sea una sorpresa para él, aquí no habría más palabras que las de Juan Bustos Granero (Villacarrillo, 1954).

Un hombre alegre, amable y querido por sus vecinos que tras toda una vida en la obra, ha encontrado en la manufactura el esparto el mejor destino para su tiempo y que, día a día, maravilla al personal con las virguerías que se cuaja con esas manos de oro capaces de convertir lo que nace como humilde fibra silvestre en hermosa y entrañable obra de artesanía:

"Siempre le ha gustado hacer sandalias pequeñas, de esas que se cuelgan en los coches, pero todo surgió a raíz del coronavirus. Cuando estábamos confinados, y como dejó de trabajar de albañil por la edad, empezó con el esparto como una afición y ya no hay manera de que lo suelte", aclara Beatriz Bustos, hija del protagonista de estas páginas digitales.

 El artesano villacarrillense, trabajando en el marco de un espejo. Foto cedida por Beatriz Bustos.
El artesano villacarrillense, trabajando en el marco de un espejo. Foto cedida por Beatriz Bustos.

Lo que se dice un 'hobby', porque ni él aspira a comprarse un chalé con lo que hace ni lo que hace suele dar para comprarse un chalé. ¿No dice un refrán que quien trabaja el esparto, de pan nunca harto? Pues eso. 

Él disfruta viendo cómo los demás disfrutan con sus creaciones, que realiza en un particularísimo "taller": la cochera de su casa:

"Ahí enciera el coche y es también un trastero, pero se pasa horas ahí, se va por las mañass y creo que echa más que un jornal. Lo bueno es que mucha gente y los amigos que pasan por allí, al final se quedan, hablan y echan sus tertulias", comenta Beatriz. 

Burritos, sillones, pozos, alfombras... "Se pone loco de contento cuando le dicen lo bonitas que son las cosas que hace", exclama la hija de este auténtico artista del esparto, que incluso se autosurte de materia prima en el momento en que le escasea en sus "almacenes":

"Mi hermano Juan Francisco y yo, cuando nos lo dice, vamos con él a la sierra, que es donde lo recoge". Hasta ahí llegan, porque ni la vocación espartera es cosa de familia ni parece que ellos hayan heredado la habilidad de papá: "Yo hago muy bien las trenzas del pelo, pero las otras no. ¡A lo mejor si le pongo intencion...! Quién sabe.

Casado con Brigi, así transcurre la vida de Juan Bustos, entre el cariño de los suyos y el afecto de todo un pueblo que tiene en él a un cercanísimo celador de la cultura popular. 

 Con su esposa, hijos y nietos. Foto cedida por Beatriz Bustos.
Con su esposa, hijos y nietos. Foto cedida por Beatriz Bustos.

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