La Inmaculada de Amadeo Ruiz Olmos cumple 65 años
El monumento mariano que antaño presidía la Plaza de San Ildefonso salió del taller del autor de obras tan conocidas como el mausoleo de Manolete
No es la única obra de Amadeo Ruiz Olmos (Benetúser, Valencia, 1913-Madrid, 1993) en la provincia, pero sí en su capital.
Autor de piezas tan conocidas como la estatua del sabio Maimónides que puebla la cordobesa Plaza de Tiberiades o el mismísimo mausoleo de Manolete, en el cementerio de la Salud de la Ciudad de la Mezquita, Jaén puede presumir también de un monumento salido del taller de este levantino cuya estancia en tierras andaluzas dio mucho de sí, artísticamente hablando.
Hijo de escultor, profesor, académico de San Carlos, reconocido con primer premio en el Concurso Nacional de Escultura de 1948 con su Alegoría de la Aviación, y en 1950 con primera medalla en el XXIV Salón de Otoño de Madrid por su desnudo Eva, a su cincel se debe la Inmaculada que, allá por 1957, llegó a la jiennense Plaza de San Ildefonso para quedarse, primero presidiéndola y a día de hoy en un lateral, a un paso de los muros varias veces centenarios de la basílica de la patrona.
Se trata de una hermosa imagen pétrea en la que la influencia del gran imaginero lucense del Barroco Gregorio Fernández es más que rastreable: ahí están su elegancia clásica, el evidente academicismo y esa equilibrada convivencia de naturalismo e idealización que conviven en la obra.
El rostro noble, las manos piadosamente unidas como una suerte de escorzo que parece dialogar profundamente con quien se detiene ante una estatua ya entrañable para los vecinos del barrio, en particular, y de la ciudad del Lagarto en general...
La Concebida (como gustaba de llamarla Ortega Sagrista) en pleno hito jaenero, ese cruce de caminos que huele a incienso todo el año, a perfume de Pasión o de Gloria.
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COMENTARIOS
Antonio Ortega Calero Diciembre 27, 2022
Otra maravilla de nuestro querido "pueblo", que nos fue arrebatado... Aunque nuestra plaza sigue siendo otra "maravilla" pero no aquella donde disfrutábamos jugando a los "cromos" de nuestros futbolistas en Primera División...
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