La estrategia de ‘Passo’ para dar trabajo
Mario Liébanas Johnson ultima los encuentros con los grupos parlamentarios para que el plan ARRU sea útil en el barrio
El plan ARRU es una bala que ‘Passo’ no puede desaprovechar por más que haya encontrado un escollo: la catalogación de plazas públicas de facto como privadas. Legalmente privadas. La estrategia de la asociación para invertir cerca de medio millón de euros —unos 50.000 para cada plaza— pasa por poner al tanto a todos los grupos parlamentarios andaluces de cuánto se juega el colectivo con una ayuda que, de momento, no está claro dónde irá a parar. La estrategia implica que los políticos insten a la Junta a desenredar el asunto público/privado de las plazas. Así se daría trabajo a desocupados de la zona.
“Ya nos hemos reunido con Podemos, IU, el PSOE y el PP. El próximo 18 de mayo lo haremos con Cs”, explica Mario Liébanas Johnson, presidente de 'Passo', a este diario. En los encuentros, el colectivo detalla las circunstancias que rodean al asunto: “Les entregamos un dossier con toda la documentación para que entienden el problema y puedan plantear soluciones”, añade. De momento, el dirigente vecinal está satisfecho con el trato obtenido. Según dice, hay partidos que le han prometido darle visibilidad a la cuestión en el Parlamento andaluz, mientras que otros son partidarios de vías alternativas.
LA IDEA DEL COLECTIVO VECINAL
A juicio de la junta directiva de ‘Passo’, la solución más efectiva sería que el Ayuntamiento de Jaén, con el apoyo de la Junta, expropiara las plazas “por un bien común”. “Se puede hacer, porque están abiertas: ya son espacios públicos”, apunta Liébanas Johnson. Cabe recordar que si la titularidad de las nueve plazas (sectores dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete y ocho) aún es pública es por una cuestión prácticamente histórica; se arrastra en los sucesivos planes de ordenación urbana desde la dictadura, según apunta la asociación.
OTRAS VÍAS
Como el efecto final es implicar a parados del barrio en futuras obras de mejora, ‘Passo’ ya tiene en marcha un plan b: derivar el dinero a otras necesidades. “Tenemos solares que están fatal, y nos hacen falta zonas verdes”, concluye. La Delegación de Fomento ya está al tanto.
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