El Marcelo Góngora más desconocido, a través de su obra fotográfica

La iglesia de San Lorenzo de Úbeda muestra una de las facetas más ignoradas del artista de la mano de una colección de imágenes inéditas en su mayoría

Algo tiene el agua cuando la bendicen, o lo que es lo mismo: que nombres propios de la creación contemporánea como Antonio Muñoz Molina aseguren que "las fotografías de Marcelo Góngora son impresionantes".

Sí, del desaparecido pintor ubetense (1940-2014) se sabía que "desarrolló a lo largo de su vida artística una obra muy personal, fruto de una manera especial de contemplar y de interpretar la realidad", como recuerdan desde la Fundación Huerta de San Antonio, que muestra hasta el próximo mes de febrero una colección de treinta fotografías del artista, "la gran mayoría nunca antes expuestas en público", bajo el título El fotógrafo desconocido. 

"Las imágenes inquietantes que asoman en sus lienzos, envueltas en una neblina de ensueño y melancolía, hablan de un mundo de vivencias que se difuminan en el pasado pero que, a la vez, persisten en la memoria colectiva de los lugares y de las gentes que los habitan".

Un mundo personalísimo en el que, aseguran, "se ayudó de la fotografía para atrapar aquellas imágenes que luego evocaría en sus cuadros":

"No pretendía que fuesen una obra artística en sí, eran más bien como una especie de boceto o dibujo preparatorio de sus posteriores creaciones. Sin embargo, después de contemplar esta exposición, es imposible negarles dicha condición. La fotografía, además, tiene gran relevancia en el proceso creativo de Marcelo Góngora, quien hace uso de sus recursos, como es el desenfoque o la sobreimpresión, para recrear tan particulares mundos metafísicos, oníricos, turbadores...".