La factura por vandalismo ascendió en 2018 a más de 468.000 euros

El Ayuntamiento de Jaén debe hacer frente cada ejercicio a una importante suma de dinero para reparar los daños causados por los actos vandálicos, que al final sale del bolsillo del ciudadanos

Papeleras, contenedores, farolas, señales de tráfico, bancos, juegos infantiles y aparatos de gimnasia al aire libre; plantas y flores, arquetas de riego, cableado, inmuebles municipales, edificios históricos y hasta cementerios... Nada parece salvarse de las 'cacerías' de los vándalos. La última tuvo como objetivo la piscina cubierta del complejo deportivo de Las Fuentezuelas, uno de los más atacados de un tiempo a esta parte.

El Ayuntamiento de Jaén ha cuantificado el coste que tuvo para los bolsillos de los jiennenses en 2018 los actos vandálicos y la factura fue realmente cara, ascendió a 468.188 euros, según los datos facilitados por la Concejalía de Hacienda y Contratación a este periódico, tomando como referencia distintas áreas municipales y empresas concesionarias. Las cifras son demoledoras.

Solo la reparación de los baños del recinto ferial, que fueron saqueados el pasado mes de diciembre, costó diez mil euros de las arcas públicas. Sin embargo, la peor parte se la llevó Mantenimiento Urbano. El departamento que dirige Juan José Jódar tuvo que destinar casi 200.000 euros a arreglar todo lo que destrozaron los vándalos y limpiar las pintadas que proliferan a cada paso de la ciudad.

Su compañero en Deportes, José María Álvarez, no le fue a la zaga y se vio obligado a desviar del presupuesto del Patronato una partida de 97.100 euros para reparar los daños que causó el gamberrismo a las instalaciones deportivas.  

Por lo que respecta a las empresas concesionarias, el balance definitivo de FCC -recogida de basura y limpieza viaria- sobre actos vandálicos, correspondiente al pasado año, cifra el coste total en 106.500 euros, de los que 35.000 fueron para reposición de contenedores; 6.000 para papeleras; 20.000 para mano de obra y maquinaria para reparar mobiliario urbano; 9.000 para arbolado y 8.000 para la sustitución de riego dañado. Por su parte, Indra -dedicada al alumbrado público, semáforos y fuentes- se gastó 53.088 euros en cables robados (22.467 euros) y actos vandálicos indeterminados (30.620).

Con ese casi medio millón invertido en arreglar lo que destrozan los vándalos, se podría haber construido pistas polideportivas, asfaltado más de 30 calles y solucionado más de una demanda vecinal en los barrios de Jaén.

PROFUNDA PREOCUPACIÓN

El equipo de Gobierno no oculta su profunda preocupación por este vandalismo salvaje que sufre la capital, sobre todo porque estos acciones excesivamente incívicas lo único que hacen es dañar al propio ciudadano que es el que, al final, debe pagar la cuenta. "Es una verdadera pena. No sabemos ya qué hacer. Que tengamos que vigilar los parques para que no los destrocen en vez de gastar ese dinero en zonas recreativas para niños o espacios de esparcimiento para mayores es verdaderamente triste", lamenta el concejal de Mantenimiento Urbano.

Desesperación es lo que sienten las autoridades municipales ante esta lacra. Juan José Jódar hace un llamamiento a la colaboración ciudadana con el fin de lograr acotar el problema. "Les pido a los jiennenses que, cuando vean algo, llamen a la Policía Local o Nacional. Esa llamada quedará en el anonimato, pero puede ayudarnos a perseguir este tipo de actos", solicita. 

El edil aboga, por lo tanto, por una mayor concienciación para luchar contra este indeseable fenómeno. Porque la realidad es que los gamberros siguen campando a sus anchas sin atisbo de escarmiento mientras el ciudadano de a pie sigue pagando de su bolsillo la factura del vandalismo.