FERIANTES SIN PATRÓN Y SIN DINERO
Jaén detiene la noria. Las fiestas y verbenas populares quedan suspendidas a causa de una pandemia que deja a dos mil familias sin trabajo. Feriantes sin dinero y sin patrón se echan a la calle demandando soluciones
Marisol mostró a millones de españoles que la vida es una tómbola. La luz y el color de sus notas musicales son las mismas que, año tras año, llenan los espacios de los 97 municipios de Jaén desde abril cuando empiezan los primeros festejos hasta octubre, cuando San Lucas cierra España. En la tómbola da la vida te toca ganar o perder en función de los pasos que uno dé para forjar su camino. Con lo que la malagueña Pepa Flores no contaba a la hora de escribir su canción era con la llegada de una amenaza invisible que ha frenado en seco la noria y dejado a cientos de familias sin un empleo. Por ende, a 97 municipios sin la riqueza económica que generan sus fiestas, ferias y verbenas populares.
—Somos unas dos mil familias autónomas que lo estamos pasando realmente mal y que nos sentimos desamparados.
Federico Gaitán es el presidente de la Asociación Provincial de Atracciones de Feria de Jaén. Es la voz de los feriantes, a los que el virus ha provocado una enfermedad económica: se quedan sin patrón y sin dinero. Independientemente del tamaño del municipio, de su historia o trayectoria, las fiestas de pueblo son un motor económico y generador de un turismo de cercanía, de los familiares que regresan al pueblo a veranear. Como ocurre en Navidad o Semana Santa, el impacto monetario del vaivén de ciudadanos es tan importante que en localidades como Torredelcampo o Navas de San Juan suponen el pilar de todo el año junto con la agricultura.
Pero ni alegría, ni alboroto y mucho menos un perrito piloto tendrán los jiennenses este año. El coronavirus ha hecho que estas míticas celebraciones se suspendan en cascada. Los últimos, los ayuntamientos de Iznatoraf, Sorihuela de Guadalimar, Villacarrillo y Villanueva del Arzobispo. "Vista la recomendación de la Junta de Andalucía de que no se celebren fiestas, verbenas, romerías y otras actividades populares o tradicionales mientras continúe la situación epidemiológica actual, los alcaldes y alcaldesa de la Comarca de Las Cuatro Villas han llegado al acuerdo de suspender las fiestas de sus respectivos municipios durante este año 2020". Y tras este comunicado siguen desvaneciéndose las esperanzas de futuro para dos mil familias autónomas jiennenses.
La mayoría del sector de los profesionales de las ferias no se ha podido acoger a los Expedientes Temporales de Regulación de Empleo ni a ayudas por cese de actividad por la pandemia, ya que se encontraban sin producción en los meses de invierno.
—Se trata de un sector de temporada que empieza en abril y acaba en octubre. Cerca del 78% se da de alta como autónomo cuando empieza la temporada, por lo que la pandemia del coronavirus les ha dejado sin nada.
La indignación de Federico Gaitán es compartida por sus compañeros e intenta expresarla en todos los foros donde se le invita. Recientemente, se reunió con la subdelegada del Gobierno, Catalina Madueño, para trasladarle la crítica situación en la que se encuentran. Y es que detrás de cada uno de estos autónomos hay una historia. Gaitán estaba dado de alta cuando llegó el Estado de Alarma, pero la ayuda de 671 euros a la que se ha podido acoger no es suficiente para mantener a su familia, con dos hijos a su cargo.
No tienen epígrafe en el Impuesto de Actividades Económicas, han sido apartados de la calificación de sector de ocio y cultura para las ayudas Covid-19, mientras que sí fueron incluidos para frenar su actividad, y son obligados a quedarse sin trabajar cerca de un año y medio porque hasta abril de 2021 no volverán esos domingos por la tarde, de coches de choque, de fichas y de abonos.
—Es muy difícil calcular cuánto dinero se va a perder porque cada negocio, desde la montaña rusa hasta la máquina de algodón, tiene unas características propias. Pero son pérdidas millonarias porque cuando una feria llega a un pueblo, el dinero se mueve, es un atractivo para el turismo. No es sólo riqueza para nosotros, es consumo en los negocios del municipio, en la hostelería, peluquería, tiendas, etcétera.
La campaña está perdida y lo que se demanda, entre otras medidas, es que a los compañeros a los que el Estado de Alarma sorprendió estando de baja se les pueda reconocer el cese de actividad y percibir un ingreso. También algún tipo de plan de apoyo, como se está haciendo con el turismo de playa en Andalucía.
—Vamos a estar 18 meses sin tener ingresos en caja. A la hora de reactivar nuestra actividad nos tienen que echar una mano. Porque no se les puede olvidar que nosotros seguimos manteniendo nuestras atracciones, seguros y demás obligaciones. Yo ya he gastado 9.000 euros.
TORREDELCAMPO, UN MUNICIPIO DE FERIANTES
En Jaén hay dos municipios feriantes por excelencia, Navas de San Juan y Torredelcampo. Localidades en las que este sector tiene tanta importancia como la aceituna y en las que el varapalo está siendo especialmente sangrante.
José Alcántara es el presidente de la Asociación Cultural de Empresarios Feriantes de Torredelcampo y su voz representa a más de un centenar de familias del municipio. Su sentir y sus reivindicaciones son las mismas que en Navas de Juan. Él, como otros tantos y tantos profesionales del sector, se ha montado en un autobús y está acudiendo allí donde haga falta al grito de "SOS, la feria se muere". La última vez ha sido en Madrid, en una numerosa y respetuosa manifestación que se replicará el lunes en Córdoba.
—Si no hay ferias, verbenas, fiestas, eventos... ¿de qué viven las familias y sus empleados que se dedican a tal actividad?
Son empresarios que desde octubre no han tenido ingreso alguno. Autónomos que invierten en reformar, arreglar y poner al día sus negocios, a los que la pandemia ha cogido con seguros de responsabilidad civil y de vehículos en vigor, con las ITV pasadas, los impuestos de rodaje de sus vehículos, caravanas, negocios pagados...
—Pero nos obligan a parar y nosotros gastamos en nuestros municipios los pocos ahorros que generamos durante las fiestas. Ahora nos quedamos sin nada, ni tan siquiera tuvimos la oportunidad de engancharnos a la aceituna y estamos dejando de generar riqueza en nuestros pueblos. Cuando los feriantes regresamos a Torredelcampo se nota la alegría porque somos como los chinos, ganamos dinero en otros sitios pero las inversiones las hacemos en casa.
De momento, el respaldo que encuentran es el de sus ayuntamientos. Tanto el de Navas como el de Torredelcampo son conscientes de la importancia del sector y se movilizan para echarles una mano. En este último caso, como explica José Alcántara, se ha creado un paquete de ayudas, una bolsa de empleo e incluso se baraja la posibilidad de montar algunos cacharros en espacios seguros para que los vecinos puedan disfrutar, aunque sea un poco, de las fiestas.
Francisco Godino es feriante de Torredelcampo. Lleva toda la vida, en el sentido más literal de la expresión, dedicado a este sector. La mítica hamburguesería El Abuelo Godino es un negocio que ya va por la tercera generación.
—Ni mi padre ni mi abuelo hubieran pensado jamás en la vida que nos podía ocurrir algo así.
Godino siente rabia a la par que desesperación. Como tantos y tantos compañeros, ya tenían planificadas sus medidas de seguridad para reabrir. Pero no ha servido de nada; nos les han dado la oportunidad, denuncian. Él es uno de esos autónomos que no se ha podido beneficiar de ayuda alguna y ha tenido que reinventarse y buscar otro trabajo. Ahora es camionero, un empleo que le permite llevar algo de dinero a casa.
—Y no es sólo que nosotros lo estemos pasando mal, sino todos los vinculados al empresario. Yo voy con mi padre que, normalmente, en esta época hubiera tenido a siete u ocho personas trabajando. Unas familias que ahora tampoco tienen nada.
El sentimiento es compartido por su paisano Sebastián Martínez. Cuenta 33 años dedicados al sector de la hostelería en las ferias, no sólo de Jaén, sino de toda Andalucía.
—Nos hemos visto desamparados y abandonados por nuestros gobiernos, como si no existiéramos. No nos han tenido en cuenta para la desescalada y ahora no tenemos ayudas.
Confiesa que lo están pasando realmente mal, sin ingresos. Como otros, intentan trabajar en otros sectores para poder tener algún sustento. ¿Pero qué pasa con sus trabajadores? En su caso, contrataban entre cinco y seis personas al inicio llegando hasta 19 en los momentos de máximo rendimiento de la temporada, como son las fiestas de agosto. Eso ya se ha perdido porque la temporada está prácticamente finiquitada. Las ferias de primavera son de las más fuertes y ese dinero ya no se puede recuperar. Las de agosto no se celebrarán y, aunque todavía no se ha anunciado, todos sospechan y están convencidos de que San Lucas se cancelará. El patrón no cerrará España.
UN FARO EN ÚBEDA
En medio de toda esta desesperación, en Úbeda se enciende un faro. Norias Sánchez cuenta con más de ochenta años en el sector y tampoco se ha visto en una tesitura como ésta. Diego Sánchez evoca a su abuelo, que llevaba una noria de madera. El negocio lo heredó su padre y ahora están al frente ellos, que se ven abocados a trabajar lo mínimo ya que sus atracciones se instalan en eventos masivos. Eso es incompatible con el coronavirus.
Pero estos días se han convertido en un foco mediático casi sin querer, como ocurrió el año pasado con la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio. El parque de la Avenida de la Constitución de Úbeda alberga, desde el jueves hasta mañana, la tradicional noria gracias a la iniciativa de la empresa Norias Sánchez y la colaboración del Ayuntamiento de Úbeda. Se trata de una acción solidaria, puesto que para montarse en ella solo hará falta entregar alimentos no perecederos que van destinados a la Red Solidaria.
La entrada tiene un horario específico con la intención de evitar colas y aglomeraciones de gente dadas las circunstancias. Por supuesto, la empresa ha activado todos los protocolos de seguridad y medidas de higiene como prevención frente al contagio por coronavirus. Una muestra, a sus ojos, de que si se quería, se podía hacer.
—De hecho, he estado pensando y diseñando unos planos de cómo se podría hacer una feria segura. De los circuitos de entrada y salida de gente. Hubieran sido diferentes a las que estamos acostumbrados, sí, pero se podrían haber hecho.
Diego Sánchez ya prepara otra noria en el Puerto de Santa María y tendrá una tercera para julio en Barcelona, en Santa Susana. Ha retomado la actividad y, por lo tanto, ha dejado de percibir las ayudas. Ha reactivado a trabajadores que tenía en el ERTE pero no gana dinero porque, esta vez, es por una causa solidaria.
Desde el Ayuntamiento de Úbeda se agradece el gesto que ha tenido con su ciudad la empresa Norias Sánchez, quien corre con los gastos de todo el montaje. Sin duda, todo un detalle que llena de ilusión a niños y a mayores, que falta hace en tiempos de pandemia. Y, además, cargado de solidaridad. Tanto éxito está teniendo la iniciativa que este feriante no descarta proponer a sus compañeros que se lleve a cabo en otros puntos de España.
Mientras tanto, Diego Sánchez seguirá acudiendo a las manifestaciones al grito de "SOS, la feria se muere". El lunes será en la vecina provincia de Córdoba y allí estará Antonio Palacios, presidente de la Asociación de Feriantes de Andalucía.
—Tenemos que hacer ruido y presión en la calle porque nos tienen que ayudar. Algunos ayuntamientos ya se están prestando a cedernos espacios sin pagar el suelo pero no es suficiente. Necesitamos un plan de recuperación del sector.
Y mientras ese plan no llega, ellos ven cómo abren hoteles, bares, discotecas y centros de ocio. Observan con impotencia cómo se celebran botellones y las playas se masifican con la rabia de que ni tan siquiera les hayan permitido poner sobre la mesa los protocolos que ya tenían preparados para hacer de la ferias un espacio seguro. El tiovivo se detiene para un sector sin regulación específica que demanda, entre otras medidas, poder montar las atracciones durante el verano aunque no se celebren las fiestas. En Úbeda hay un ejemplo.
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