Los cacharritos se apagan y con ellos el futuro de 2.000 familias
Preocupación de la Asociación Provincial de Atracciones de Feria de Jaén por cómo recuperarse de la cascada de cancelaciones de fiestas locales
Mengíbar no celebrará ningún evento multitudinario de la Feria de La Malena. Suspende la mayoría de las citas tradicionales de las celebraciones patronales, como la gala inaugural, los conciertos y espectáculos, la Feria de Día, las concentraciones y, en definitiva, las actividades lúdicas, culturales y deportivas que cada verano congregan a miles de mengibareños y visitantes, tanto en el Pórtico como en la propia Feria. La Carolina cancela todos los actos lúdicos y culturales previstos para los meses de julio y agosto. Continúa la cascada de suspensiones y hay un sector que a diario mira estas noticias con máxima preocupación: los feriantes.
Tienen una caída total de la actividad y de los ingresos motivada por la crisis del Covid-19 y miran al futuro con desesperación. El de ferias es un sector estacional, y como tal, la mayoría de empresarios del colectivo se encontraba inactivo en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos en el momento de decretarse el Estado de Alarma. Esto ha hecho que se queden fuera de las medidas económicas y fiscales aprobadas por el Gobierno durante la crisis sanitaria. El colectivo está compuesto por más de 2.000 microempresas y autónomos en la provincia.
Varios representantes de la Asociación Provincial de Atracciones de Feria de Jaén con su presidente a la cabeza, Federico Gaitán, acompañados por el secretario general de la Confederación de Empresarios, Mario Azañón, han mantenido una reunión con la subdelegada del Gobierno, Cataliña Madueño, para trasladarle la crítica situación en la que se encuentran. Reclaman que, al igual que se ha hecho con otros sectores, el de feriantes pueda contar con un plan que les permita retomar de manera gradual y con todas las garantías su actividad. En su lugar, lamentan, la Junta de Andalucía ha hecho una recomendación para no celebrar ferias y fiestas patronales, delegando en los ayuntamientos tal responsabilidad, que en la práctica supondrá que ninguna ciudad celebre sus fiestas en verano ni en los meses de septiembre y octubre, tal y como se está viendo.
Una de sus reivindicaciones es que los trabajadores por cuenta propia o autónomos que desarrollen actividades estacionales de temporada y acrediten haber estado de alta al menos 120 días entre abril y octubre de los dos últimos años puedan cursar alta en el RETA con fecha posterior a la declaración del estado de alarma y optar, así, a la prestación extraordinaria por cese de actividad. En la misma línea, la Asociación de Feriantes ha pedido flexibilidad para que los ERTEs de fuerza mayor derivados de esta situación puedan prolongarse en tanto no sea posible reanudar la actividad. El colectivo también critica que, pese a soportar un tipo impositivo del 21% al estar enmarcados en actividades de ocio, haya quedado completamente excluido de las ayudas millonarias que el Gobierno ha dispuesto para otras actividades que también tributan en este grupo.
La Unión de Autónomos UATAE-Andalucía ha pedido que se solucione de forma urgente la situación que viven los trabajadores autónomos feriantes como consecuencia de la pandemia de la Covid-19. "Han sido los grandes olvidados de la reactivación", afirma Pepe Galván, secretario general de los autónomos andaluces. Estos pequeños empresarios se encuentran en un limbo legal y político, ya que la suspensión de ferias, romerías, verbenas y fiestas populares les ha dejado sin lugar donde realizar su actividad y sin reflejo en ninguna normativa de reactivación. Esta dinámica condena al sector a la ruina, "con lo que se ponen en peligro el empleo y la vida de más de 8.000 personas en toda Andalucía".
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