Ni la pandemia puede con la devoción de Marmolejo a su patrona
El municipio apuesta por la prudencia estos días de fiestas en honor de Nuestra Señora de la Paz, que ayer lunes llegaron a su cenit con la procesión de la Virgen
Marmolejo vive los días grandes en honor de su patrona, la Virgen de la Paz, con todas las ganas del mundo y a la par, una especial atención al cumplimiento de las recomendaciones sanitarias, para que la pandemia no haga de las suyas estos días de celebración.
El municipio tiene en su protectora uno de los principales destinos de su devoción y, sin olvidar las limitaciones, se entrega a festejar a la Señora en estas jornadas frías de enero que una nutrida agenda de actos y cultos se encarga de templar.
El cartel de este año 2022 se abrió el pasado domingo con la exposición de la imagen para su veneración, una recogida de alimentos destinados para quienes más los necesitan y una ofrenda floral y de velas. A eso de las doce del mediodía, las campanas del pueblo repicaron por la Virgen y, ya por la tarde, se celebraron las vísperas.
Ayer domingo se vivió el momento culminante con la salida de la procesión mariana, en un itinerario que comenzó tras la solemne eucaristía de las once y que hizo un camino más corto que en anteriores ediciones pero igual de emotivo y arropado.
"Aunque con un recorrido algo más corto de lo habitual, los marmolejeños y marmolejeñas han podido disfrutar de esta fiesta grande de la localidad por sus calles", celebran desde el Ayuntamiento que preside Manuel Lozano.
La cita con la patrona continúa desde hoy hasta el jueves con el triduo que tiene lugar en la parroquia, a partir de las siete de la tarde. Unos oficios que el jueves serán ofrecidos, como informan desde la hermandad, "por todos los cofrades fallecidos en el último año".
La edición de este año concluirá el viernes 28, día del patrón, San Julián, con el desarrollo de una eucaristía en el rito hispano-árabe.
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