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Frailes, cultura para un mundo mejor

Por Manuel Molina Glez - Agosto 28, 2018
Frailes, cultura para un mundo mejor
Protagonistas y participantes de las Jornadas Literarias Internacionales de Frailes. Fotos: Manuel Molina Glez.

El viajero regresa cansado después de tres día en Frailes, donde ha participado en las VI Jornadas internacionales Maelse que rinden homenaje a dos amigos que se fueron, pero que permanecen muy presentes en la memoria, Michael Jacobs y Manolo “El Sereno”. Cuando ambos, sobre todo el primero, pergeñaron la idea de convertir Frailes en un lugar de encuentro literario no imaginaron hasta qué punto aquella idea inicial se ha consolidado y ampliado hasta alcanzar una de las citas más importantes de la provincia desde el punto de vista cultural.

Dos factores ayudan a que ocurra la conjunción astral que permite la presencia de grandes personalidades de la cultura (y de la ciencia) en una minúscula localidad apartada de los grandes eventos que muy de cuando en cuando se celebran en Jaén. Por un lado, la gestión de una asociación como Maelse, unida a la fundación Inquietarte y a la Fundación Michael Jacobs, que logran contactar con ponentes y artistas ofreciéndoles un lugar de encuentro atractivo. Es curioso, quien viene desea volver, retornar otro año y en variados casos, otro y otro. La segunda piedra angular del proyecto es la naturalidad y sencillez, la fluidez del encuentro entre todos los asistentes. Sin perder el rigor o la excelencia se departe amenamente sobre inquietudes en una comida, en una terraza o en un pasillo. El saber y el arte no se esconden tras el academicismo, sino que se muestran y encuentran en la mejor versión de lo espontáneo.

Por Frailes han pasado e intervenido en esta edición nombres como el presidente de Maelse, el británico Chris Stewart, el economista José Vidal, los cronistas Álex Ayala, Sabrina Duque y Diego Cobo —incluso Federico Bianchini desde Argentina—, un repóquer de ganadores de la Beca Michael Jacobs de periodismo junto a la Fundación García Márquez para Nuevo Periodismo Iberoamericano y el Festival Hay Cartagena de Indias.

José Ramón Pardo, fuente y enciclopedia singular narró algunos de sus viajes con José María Íñigo, a quien se le rindió homenaje en el Asno Azul de Ribera Baja, nombrando a partir de ahora a su biblioteca con el nombre del periodista. Han intervenido también Jackie Rae, viuda de Jacobs que presentó a la editora Pilar Rubio Remiro, a cargo de la última obra de este, El ladrón de recuerdos, sobre el río Magdalena.

La singular pintora Yolanda del Riego, descendiente del que fuera general republicano Riego, presentó su última exposición de grabados digitales sobre cambio climático, el gerente de la Fundación Generación del 27, Eduardo Herrero, presentó en exclusiva un vídeo de homenaje a la poeta malagueña Mª Victoria Atencia. El colofón lo aportaron Raúl Gómez y José Ignacio Foronda en una extrarodinario recital que combinaba imágenes de poesía sobre pájaros. Finalmente el viajero, perdonen la inmodestia, participó leyendo su poemas y relatos sobre mujeres o con voz de mujer.

A todo esto no sería justo recordar a todos los que participan, pero especialmente el factótum e inquieto periodista Jesús Pozo junto con dos personajes de libro y sin embargo reales como Manolo Caño y Merce Castillo o la singular Elisabeth Wagner. Sería injusto no aportar la relación de todas esas hormiguitas que participan y desde su callada labor hacen que todo funcione, pero el espacio manda. Todo ello permite hablar con un embajador sobre la situación de Nicaragua, con una catedrática de la Complutense sobre la mujer como realidad respecto a su papel en la historia, de la vida en Alaska o Sudán, el negocio del vino en Dinamarca o de las tradiciones culinarias en México. Es curioso cómo se pasa con naturalidad del español al portugués o al inglés y la cantidad de ricos acentos españoles que se escuchan; las lenguas que unen.

El denominador común de estas jornadas para el viajero ha sido la inquietud de quienes participaron, aunados desde su diversidad tanto profesional como artística en generar un mundo mejor a través de la escritura, la reflexión o el arte. Esa esperanza en un mundo que intenta cambiar el dominio de la indiferencia y la aceptación silenciosa de la injusticia tal vez sea la mejor lección que podemos llevarnos de un encuentro así. Ha destacado también de manera sorprendente la presencia de público tanto en la Casa de Cultura como en el colofón en la que fuera la casa de Manolo El Sereno, donde Carlos Yáñez y un grupo de fraileros (mujeres, y niños sobre todo) narraron cuentos fabulosos y fragmentos de libros de Jacobs, mientras la luna llena, que parecía invitada, iluminaba como un telón vivo el final encuentro. Impagable escuchar de un pequeñito cuentacuentos las aventuras de Jasón.

Y así se pasa la vida, con algunos momentos en que la esperanza logra doblegar el hastío de lo insustancial, con la escucha atenta del otro, de su viaje, que en realidad es desde ese instante el nuestro compartido, seres (aves) que cambian el paisaje de su mirada sin ni siquiera la necesidad de elevarnos. Mientras acompaña en la vuelta el serpear del asfalto en un caluroso domingo entre los olivares. El viajero recuerda otro pequeño narrando las aventuras de Ulises y su intento de regreso a Ítaca. El viaje, le recuerdan los versos de Kavafis sobre ese lugar, es el camino. Y el viajero vuelve otra vez a su costa, donde le espera su fiel perro. El pequeño aconsejaba volver otro año para seguir escuchando más aventuras de Ulises o mientras tanto, leerlo. Qué cosas.

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