"Nos hemos adaptado al formato digital con un esfuerzo titánico"
José Manuel Jiménez Moreno reconoce que dirigir el IES Fuente de la Peña ha sido un reto mayúsculo desde que estalló la crisis sanitaria. El docente, como cualquiera de sus compañeros, no había visto nada igual en 20 años de carrera. Alaba el esfuerzo que ha hecho la comunidad educativa, desde el profesorado hasta el alumnado pasando por los padres, para adaptarse a un tercer trimestre eminentemente digital. Ese máster exprés en tecnologías de la información tendrá continuidad después del Covid-19.
En clave social, Jiménez asume que hay brecha social y recuerda que no es nueva, aunque quizá el concepto haya ganado relieve con la crisis sanitaria. El profesor es otra de las voces que se suman a la prudencia en la desescalada.
—Antes de entrar en materia, profesor, ¿cómo están los ánimos en el IES Fuente de la Peña?
—Como suele hacer con casi todas las cosas, el tiempo ha ido calmando los ánimos también aquí. La incertidumbre era la que provocaba los nervios y ahora ya conocemos cómo será el cierre del curso, cómo será la nueva prueba de acceso a la universidad, etcétera.
—Imagino que desde el Estado de alarma hasta ahora habrán pasado por diferentes etapas en todos los frentes: trabajo entre profesores, trabajo con los alumnos y comunicación con padres y madres.
—Sí, claro. La primera etapa fue un torbellino porque nuestro sistema educativo es presencial al 99,9% y tuvimos que adaptarnos a la modalidad online de un día para otro, cosa que hemos conseguido gracias a un trabajo titánico.
—Hablemos del tercer trimestre. ¿Cómo están llevando la enseñanza vía digital?
—Salvo casos puntuales, cada miembro de la comunidad educativa sabe cómo actuar telemáticamente, tanto el profesorado, que es el encargado de marcar el ritmo, como el alumnado y sus familias.
"LA DESIGUALDAD APARECE EN EL COEFICIENTE DE GINI"
—¿Han notado la misma agilidad en todos los grupos de estudiantes para seguir los contenidos de forma online?
—No. Es evidente que existe una brecha digital, social y económica que imposibilita que un determinado porcentaje de estudiantes siga las clases online. Pero no supone ninguna diferencia con la situación anterior al Estado de alarma, puesto que ese porcentaje o ya era absentista o iba a clase, pero no hacía prácticamente nada. Es decir, la causa de dicha brecha no es otra que la indecente desigualdad existente en nuestro país, pues según el coeficiente de Gini ocupamos un puesto vergonzoso en el ranking mundial no ya europeo, sino mundial. Y esto no tiene nada que ver con el virus Covid-19.
—¿Cuáles son las principales herramientas que han utilizado?
—Cada docente ha creado un aula virtual en Classroom o en Moodle para cada uno de sus grupos y materias a través del cual se va canalizando toda la actividad docente. A partir de ahí, las herramientas son innumerables: para crear vídeos (como GoAnimate), para crear cuestionarios, exámenes o tareas (como Socrative), para crear calendarios que eviten la coincidencia horaria de videoconferencias (como Google Calendar), videoconferencias para dar clase y celebrar las reuniones de evaluación, claustro, consejo escolar, equipo directivo o equipos docentes (como Hangouts, Meet, Zoom, 8x8, Skype o WhatsApp) y un largo etcétera. Y para quienes no saben o no pueden seguir ese ritmo —que son casos puntuales— el profesorado se comunica a través de WhatsApp.
—Confederaciones y asociaciones de ampas han subrayado que la brecha digital existe en algunos hogares, tanto por limitaciones económicas como de aptitudes. ¿Cómo lo han enfrentado ustedes?
—Durante los primeros 15 días de confinamiento, el instituto realizó un censo del alumnado desconectado que durante los primeros dos trimestres no era absentista ni había abandonado el curso y antes de Semana Santa prestamos diez ordenadores portátiles al alumnado que no tenía y financiamos dos conexiones a Internet. Posteriormente, a petición de la Consejería de Educación, hicimos un segundo censo y a principios de mayo hemos recibido las cuatro tablets y dos tarjetas SIM que habíamos solicitado a la Consejería para prestarlas al alumnado. Obviamente, existe también un porcentaje de estudiantes con los que no hemos podido contactar y que coincide con el porcentaje que ya era absentista o no hacía nada durante los dos primeros trimestres.
—¿Qué inquietudes ha trasladado el alumnado?
—Su principal inquietud venía derivada de la falta de información, lógica por otro lado, respecto a cómo iba a ser el tercer trimestre. Una vez se les ha informado, la tranquilidad se ha convertido en la norma general.
"PONERNOS AL DÍA EN LAS TIC ES UNA OBLIGACIÓN"
—“Un trimestre en la vida de un alumno no significada nada en el global de la vida académica”. ¿Qué opina de esta sentencia?
—Sólo estoy de acuerdo con ella al 90%, porque creo que incluso dos trimestres tampoco significarían nada, de manera que no debemos perder el norte “con la que está cayendo” y centrar nuestros esfuerzos como sociedad en las cuestiones más importantes: superar la pandemia y proteger a todas las personas que están perdiendo sus puestos de trabajo.
—¿Qué lección debe sacar la comunidad educativa de la pandemia?
—Que ponernos al día en las TIC no es una opción, sino una obligación y que la defensa del medioambiente ha de ser una prioridad en nuestro sistema educativo porque esta crisis sanitaria no será nada comparada con la crisis ecológica que se nos viene encima si no reaccionamos de inmediato, cueste lo que cueste.
—Usted, como director, está viviendo un desafío inédito.
—Sí, efectivamente. Si antes era un trabajo agotador, ahora lo es más todavía, pues se reciben comunicaciones cualquier día de la semana a cualquier hora por cualquier medio: WhatsApp, correo electrónico personal, correo electrónico oficial del centro, llamadas telefónicas. Aunque supongo que no será muy diferente a otros trabajos, puesto que esto es un desafío inédito para toda la ciudadanía. Sin ir más lejos, el profesorado está haciendo una labor inmensa y además lo está haciendo motu proprio, consciente de su importante labor social.
"LOS EXÁMENES NO SON EL ÚNICO INSTRUMENTO DE EVALUCIÓN"
—Los exámenes están en el horizonte. ¿Qué sistema van a utilizar?
—En primer lugar, tengo que recordar que desde hace mucho tiempo los exámenes ya no son ni el único instrumento de evaluación ni tan siquiera el más adecuado. Por otro lado, la calificación final del curso saldrá de los dos primeros trimestres ya evaluados y sólo podrá ser confirmada o modificada al alza como consecuencia de la actividad online durante el tercer trimestre. Por último, si al final se confirma que no se reanuda la actividad docente presencial, los instrumentos virtuales para la evaluación son muy variados, incluyendo los exámenes orales por videollamada o los cuestionarios online.
—¿Qué mensaje manda a la comunidad educativa para la recta final de curso?
—Un mensaje de calma, de tranquilidad, pues ya conocemos cómo va a ser el desenlace y qué debemos hacer cada persona.
—Puede acabar esta entrevista como quiera.
—Bueno, pues me gustaría terminar con una reflexión y un ruego. Que aprovechemos este “parón forzoso” para preguntarnos si el ritmo frenético que llevábamos antes del Covid-19 era el más adecuado para nuestra sociedad. Y que seamos responsables durante la desescalada porque la euforia no suele ser buena consejera y porque el virus sigue ahí fuera.
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