LA GENERACIÓN DEL 'BABY BOOM' CUMPLE 60 AÑOS

Tres jiennenses nacidos en 1964, la fecha de los 697.697 nacimientos en España, narran los cambios vividos en las seis últimas décadas

Son la generación del 'baby boom' en España, porque lo dicen las cifras: hasta 697.697 nacimientos hubo en 1964. En Jaén el número de bebés también batió récords aquel año, con 11.102 críos echando el primer grito al mundo. En 2024 todos los nacidos entonces cumplen 60 años y en estas seis décadas han vivido cambios en todas las órdenes, desde el paso de la dictadura a la democracia pasando por las etapas de una evolución tecnológica galopante, golpeados por las sucesivas crisis económicas y testigos de la pandemia del coronavirus. Tres jiennenses del 64 cuentan cómo era la vida antes y con qué perspectivas encaran la antesala de la jubilación.

"MIS VECINAS SE VENÍAN A CASA VER LA TELEVISIÓN"

Maribel Cano Romero ha trabajado en el comercio y ahora es autónoma en el campo. Echar la vista atrás, tan atrás, la lleva al impacto de la primera televisión, originalmente en blanco y negro, un hito que atrajo a las vecinas de las Eras del Mecedero en Frailes, el pueblo donde aún reside. "Recuerdo que se venían a casa a ver las telenovelas, y cuánto me gustaban a mí los dibujos", rememora en declaraciones a este periódico.

De la infancia rescata los juegos en las calles y la imaginación ocultando las carencias: más que muñecos había inventiva y de la nada aquellas niñas del sur de Jaén eran capaces de armar un mecedero. "Y las Navidades me encantaban. Mi tío Manuel Romero era maestro en Granada y yo tenía la suerte de que siempre me regalaba juguetes. Aunque los regalos eran más ropa que otra cosa; lástima que yo no tenía hermanos", cuenta.

Nada que ver con Jesús Espinosa de los Monteros, el quinto de ocho hermanos en La Carrera de Jaén capital. "Yo también vivo en la casa donde me críe, concretamente en el segundo, y los regalos que recuerdo eran tan sencillos como un balón de fútbol o un tractor de chapa que funcionaba con cuatro pilas", cuenta el comerciante, responsable del negocio familiar Tejidos El Carmen.

Manuel Jiménez Armenteros, funcionario en el Ministerio de Justicia, tuvo ocasión de compartir las memorias de la infancia en el encuentro que celebró en el Restaurante Los Cuñados de Jamilena el pasado 29 de octubre con otros 150 paisanos nacidos en 1964. "Hablamos de todo, de lo bueno y de lo mano. Y quienes hemos emigrado, como yo lo hice a Mallorca, tenemos en la cabeza un pueblo que en septiembre se quedaba en la mitad, porque había que ir fuera a ganarse la vida", señala.

ESPAÑOLES, FRANCO HA MUERTO... Y NO HAY COLEGIO

Cuando Francisco Franco Bahamonde murió el 20 de noviembre de 1975 Maribel Cano no cogió el autobús que la llevaba de Frailes hacia Alcalá la Real; Jesús Espinosa de los Monteros siguió el entierro por televisión, y Manuel Jiménez pasó el día sin actividad, interno en un colegio de Martos. "No tuvimos clase, se suspendieron", coinciden acerca de un hito histórico que los cogió con 11 años.

"Me acuerdo que en la tele dejaron puesta una música de las Fuerzas Armadas y cortaron las emisiones. En ese instante no podíamos imaginar que la democracia traería las libertades que después valoramos tanto. Y en aquel momento los niños simplemente estábamos contentos porque no hubo clases", apunta la frailera. "El golpe de Estado de Tejero fue muy diferente. Yo tenía 18 años y ahí sí palpamos el miedo por lo sucedido", contrapone.

"El sentir con la muerte de Franco fue traumático y el cambio de régimen lo vivimos, sin embargo, sin traumas, primero con la Unión de Centro Democrático en el Gobierno y luego con el PSOE", señala el jamilenudo, quien subraya la apertura en la economía de España en las décadas de los años 60 y 70. "Aunque hubo también un sentir de nostalgia con el fin del franquismo, la democracia parlamentaria supuso un cambio esperanzador. Había ilusión y nuevas ganas. En mi caso empecé a trabajar como aprendiz con 16 años y al poco tiempo ya tenía un poco de dinero", narra el comerciante de Jaén, con 45 años de trayectoria.

DE LA CABINA AL VÍDEO Y AL AUGE DE INTERNET

Claro que 60 años dan para cambios. Pero ¿pensaron quienes se deslumbraban con las cámaras de fotos que algún día podrían capturar miles de imágenes con un teléfono (móvil)? "A mí me encanta la fotografía y es verdad que es alucinante. Antes para hacer una foto en condiciones tenías que medir con cuidado diferentes parámetros, y ahora con el móvil haces las que quieras y enseguida las puede ver todo el mundo en internet", comenta Jesús Espinosa de los Monteros.

El vídeo de boda de Maribel Cano fue una de las primeras cintas VHS de Frailes junto con la de otra mujer llamada María Luisa. "Yo he pasado de ir a lavar la ropa al río a tener lavadora. Y recuerdo que no había móviles y que para llamar a mi marido, cuando estaba en la mili, tuve que ir a una casa con teléfono fijo y conversar con él estando la familia moradora delante. ¡Qué intimidad!", bromea.

"Antes nos divertíamos con pocos medios y la vida de ahora está llena de pasatiempos y oportunidades. Nosotros somos de los que con un balón echábamos las tardes corriendo en las calles", concede Manuel Jiménez. "Lo curioso es que a día de hoy estamos muy conectados con la gente que está lejos gracias a las redes sociales, pero más separados físicamente. Ya no se estilan las pandillas, o al menos tengo esa sensación", interpreta Espinosa de los Monteros, quien pasó la juventud en los cines Alkázar y Cervantes, entre otros locales del Santo Reino.

LA JUBILACIÓN Y LAS MANERAS DE VIVIR

"Yo no puedo decir que vivamos ahora peor ni mejor, pero quizá la cultura del esfuerzo se ha resentido", apunta el autónomo de la capital, quien reconoce que fue "un mal estudiante". "Puede que nuestra generación fuese más sana. La primera cerveza me la bebí con veintitantos y en la adolescencia los domingos salíamos a bailar a las discotecas para encontrarnos con los ligues en presencia de nuestras madres", recupera Maribel Cano, quien en aquella época tuvo más de un roce con su padre; ir a la fiesta de La Abuela de Santa Ana (Alcalá la Real), en la aldea de al lado, ya levantaba sospechas. "Salvo esas riñas, mi juventud fue muy buena, las drogas ni se conocían", apostilla.

Manuel Jiménez no piensa en la jubilación, tiene una bodega y quiere seguir haciendo lo que le gusta. "Es cierto que cuando cumples 60 adviertes que el tiempo pasa rápido y te planteas cuestiones como la muerte u otras que antes no se te habían pasado por la cabeza", desarrolla. "Me encanta leer y escuchar música, pero es que no tengo tiempo. Aún no pienso en la edad, aunque cada día me duele algo diferente. Creo que siempre hay motivos para la ilusión y tengas ganas de superar las dificultades de cada día", celebra Espinosa de los Monteros.

Maribel Cano alcanzará los seis dígitos el 25 de diciembre, su día favorito del año más allá del aniversario. "Nunca me ha importado cumplir años. Una sí se da cuenta de que todo pasa rápido y hay una inclinación a vivir deprisa, porque eres consciente de que queda menos tiempo de calidad", razona y promete que celebrará al menos unas navidades en Laponia finlandesa. Los hijos del 'baby boom' se hacen mayores y, venga lo que venga, quieren seguir viviendo.

Fotografías de época: Cedidas.