Gran Hermano en la piel

El jiennense Miguel Ulloa Chamorro intentó entrar en la edición del programa que recibe críticas de los propios aspirantes por “tongo” en las votaciones

La revolución de Gran Hermano ha empezado menos espectacular de lo que se le presupone al formato: segunda gala seguida bajando de audiencia —aunque logró un 15 por ciento de share, según recoge Fórmula TV. Miguel Ángel Ulloa Chamorro, agricultor bedmañero, se ha quedado a las puertas de su sueño, entrar en la casa de Gaudalix de la Sierra. Ulloa, ya lo hemos contado, lleva un tatuaje del logo del programa en la muñeca.

Los 80 aspirantes protagonizaron un momento de tensión el día en que dos de ellos se sumaron a la aventura. “Tongo, tongo”, empezaron a decir desde sus asientos los que se quedaron sin plaza, y Jorge Javier Vázquez los retó a darle cuerpo legal a sus sospechas. Lo que ha intentado el programa es un poco raro. Hay innovaciones que no terminan de convencer, que se vuelven en contra.

La actitud de Ulloa después de saber que no entra ha sido muy digna. Al menos en redes no ha levantado la voz ni ha cargado contra nadie. Acepta que no ha podido ser con deportividad. Quién sabe si volverá a intentarlo.

Desde que supe que Ulloa quería entrar en GH contacté por el vía Facebook para pedirle una entrevista. No me la ha dado, y creo que lo entiendo. Mi teoría es que él no quiere ser famoso; quiere entrar en Gran Hermano. Es un oxímoron, sí. Pero ¿cuántos de los que entran capitalizan su estadía más de un verano después de salir?

Hay lectores que no entienden que haya gente que lea sobre Gran Hermano. Hay lectores que no entienden que se escriba sobre Gran Hermano. Hubo críticas en el hilo de una información sobre el posible ingreso del bedmareño en el formato. La reacción de él fue deshacer las etiquetas en redes. También el silencio.

Yo apenas vi la primera edición. El resto las tengo juntas, como un puzzle que no encaja. Sospecho que el bueno de Ulloa las ha visto todas y quería ser parte de una. Quizá no esperaba recibir críticas en calidad de pre-concursante. Eso también, parece, implica llevar Gran Hermano en la piel.